Échale la culpa al rating: Mi mamá cocina mejor que la tuya, el programa de Julián Weich que no dio con la receta correcta
El ciclo culinario llegó a la pantalla de eltrece en 2014 pero, pese a varios cambios en el formato, no consiguió establecerse
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Los meses de encierro que produjo la cuarentena obligatoria por la pandemia de Covid puso en valor a los programas de cocina en la televisión. De golpe, la fiebre por preparar platos caseros logró que un reality como MasterChef Celebrity se convirtiera en el ciclo más visto de 2020.
De todos modos, el ciclo conducido por Santiago Del Moro tenía como precedente otro éxito, aunque más modesto: El Gran Premio de la Cocina, con Carina Zampini al frente, se ocupó de descubrir a nuevos talentos culinarios durante varias temporadas, en las tardes de eltrece. Pero cuatro años antes de ese suceso, cuando nadie pensaba que preparar recetas en vivo podía ser el boom que después fue, Julián Weich sorprendió con una competencia para buscar a la mejor madre “dentro de la cocina”.
El lunes 1 de diciembre de 2014, de 18.30 a 20 horas, debutó Mi mamá cocina mejor que la tuya en la pantalla de eltrece. La estructura del programa consistía en parejas de madres e hijos que competían, por primera vez en tiempo real, realizando un plato en 18 minutos. El estreno midió 10.3 puntos, le ganó la franja a su principal competidor, el drama médico ER -que obtuvo 7.8 puntos- y además fue el quinto programa más visto de ese día.
Las primeras en competir fueron Marisol y Magalí, madre e hija, agentes de tránsito. Tuvieron que preparar un pollo strogonoff con timbal de arroz, papas fritas y mollejas como ingrediente sorpresa estipulado por la producción. Por otro lado, Lydia y Nahir presentaron milanesas rellenas con tortilla de papa y huevos rellenos. Las concursantes, que por momentos cocinaban solas, podían apelar a un botón de pánico para poder pedir a su compañero en el momento que lo necesitara.
Pero el concurso de cocina entre madres e hijos no logró sostener los índices de audiencia del primer programa, y los números fueron bajando semana a semana. Un reality de esas características posiblemente no haya sido la mejor elección para ese horario, en una época en que las grillas de la tarde de los canales estaban plagadas de novelas. En febrero, a dos meses del arranque, se ubicaba segundo en la franja con marcas entre los 4 y 6 puntos. “El rating me importa siempre, sobre todo porque es lo que te sostiene. Si hago poco me sacan, si tengo un número aceptable, me dejan al aire. Así funciona”, declaró en su momento Weich sobre la performance del programa.
Como suele suceder cuando un ciclo no funciona, la producción realizó varios cambios en la búsqueda de audiencia pero sin resultado alguno. Primero recurrieron a invitar famosos, fórmula a la que muchos programas apelan, por lo general, sin demasiado éxito. Luego, realizaron un cambio drástico dentro del formato y en lugar de buscar a la mejor madre, decidieron virar la competencia hacia cocineros profesionales y cambiar el nombre del programa: El mejor de la cocina.
La primera semana de marzo debutó esta nueva propuesta, como una especie de relanzamiento del ciclo, en el que ocho aspirantes a chef se medían, primero, en un juego de preguntas y respuestas sobre técnicas culinarias. El ganador tenía la posibilidad de elegir qué plato cocinar y quién sería su competidor, todo eso en 18 minutos, bajo la estricta mirada de dos periodistas especializados como Elizabeth Checa y Pietro Sorba. Al término de la semana se sabía quién era el primer concursante que podía aspirar a llegar a la final.
Pero ni el profesionalismo de Weich, ni todos los cambios de formato e ideas, lograron que el público le dijera sí a esta propuesta que continuó en baja en materia de rating. En sus 25 emisiones, El mejor de la cocina alcanzó un promedio general de 5.5 puntos. Su pico fue el 3 de marzo con 6.8 puntos, mientras que su marca más baja fue en el estreno, el día anterior, con 4.5 puntos.
En la última emisión, en viernes Santo, Weich le dedicó unas palabras al público e hizo una reflexión sobre el devenir del ciclo: “Quiero agradecer a eltrece por dejarnos hacer este programa, con el que nos hemos divertido, en estos cuatro meses. Por primera vez en un canal de aire, y en este horario, se presentó un programa en el que se cocina en tiempo real y se involucró a periodistas gastronómicos. Hemos tratado de que la cocina traspase y llegue a los hogares. Estamos muy contentos de haber intentado hacer estos dos programas, estamos muy felices, así que no tengo más que palabras de agradecimiento”.
El jurado, integrado por Elizabeth Checa, Pietro Sorba e Iwao Komiyama, declaró entonces ganador a Martín, un joven cocinero que, además de llevarse los 50 mil pesos de premio, le propuso matrimonio a su novia en vivo. En el final, El mejor de la cocina obtuvo 5.4 puntos de rating y perdió frente a la telenovela de Telefe Rastros de Mentiras, que marcó 10.3 puntos.
En cuanto a los promedios generales del año 2014, Telefe fue el ganador con 8,9 puntos de rating, mientras que el segundo lugar fue para eltrece, con un promedio de 7,6 puntos. Tercero quedó América con 4,4 puntos de rating, seguido de Canal 9 con 4,2 puntos. La Televisión Pública obtuvo un promedio de 3,2 puntos, la marca más alta de los últimos once años, gracias a la transmisión del Mundial de Fútbol de Brasil.
2015, por su parte, fue el año en el que las latas extranjeras coparon la pantalla. Luego del éxito arrasador de Avenida Brasil, que finalizó con 27 puntos de rating, llegó el turno de la ficción que sería la encargada de abrirle la puerta a las novelas turcas, Las mil y una noches. El prime time de aquel verano se debatió entre la historia que conquistó el corazón de los argentinos, consagrándose como lo más visto de cada día, y Rastros de Mentiras, que luego fue la competidora del ciclo gastronómico conducido por Weich cuando Telefe decidió mudarla de las 23 a las 18:30.
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