Échale la culpa al rating: Infómanas, el programa que rompió moldes pero no pudo soportar las presiones
Elizabeth Vernaci y Claudia Fontán se pusieron al frente de un ciclo que fue muy disruptivo para la época y que se burlaba del machismo pero también del universo “femenino” de la TV: tanto, que ambas conductoras están convencidas que hoy sería imposible de llevar a la pantalla
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¿Soportaría hoy la televisión, en tiempos de empoderamiento femenino, un programa donde sus conductoras hicieran humor cosificando a los varones, cruzando todos los límites de lo políticamente correcto? Ese fue el desafío que tuvieron Elizabeth Vernaci y Claudia “la Gunda” Fontán cuando se pusieron al frente de Infómanas. Solo hay un pequeño detalle que le da contexto a esta historia: el programa salió al aire a fines de la década del 90, donde la sociedad era otra y la televisión no tenía mucho margen para propuestas disruptivas de verdad.
Allá por 1996, la productora Andrea Stivel llevó adelante un ciclo experimental en la pantalla de El Canal de la Mujer. Infómanas, “alimentadas por la información”, debutó en VCC (Video Cable Comunicación) con la conducción de Vernaci, Fontán y la periodista Paula García, parte del trío original. Con la premisa de hacer humor, el ciclo por un lado ironizaba sobre los programas dedicados al mal llamado “universo femenino”, que en esa época tenían mucho éxito dentro de la TV abierta, y por el otro, se animaba a poner en tela de juicio al machismo imperante.
Infómanas fue parte del relanzamiento de El Canal de la Mujer, cuyos pilares eran los programas de Teté Coustarot, Mónica Gutiérrez y Silvina Chediek, para poder competir -como una alternativa moderna- con Utilísima. En aquella época eran varias las señales de cable que se disputaban al público femenino: además de los pertenecientes a VCC y Fox, estaban los canales Siempre Mujer y el latinoamericano Gems Televisión. Un año después de su debut en el cable, las autoridades de Telefe vieron con buenos ojos que un programa así, diferente, debutara, a las 15, en lugar de la novela Mía, solo Mía.
Desprejuiciadas
Lo que poca gente sabe de este proyecto es que el título, tan capcioso, se lo dio Jorge Guinzburg. La propuesta nació como un espacio en el que las mujeres pudieran reírse de los lugares comunes propios de la TV pensada para mujeres, de los talk shows y los programas femeninos, que por aquel entonces estaban conducidos por modelos. Y a la vez podían poner bajo la lupa el prejuicio instalado en la cabeza de algunos hombres sobre los escasos roles que tenía a su disposición una mujer.
Con todas estas ideas y este espíritu, las infómanas salieron al aire con varios segmentos muy disruptivos para la época. “Tortita Tortón”, un micro de humor de dos lesbianas -interpretadas por Vernaci y Fontán- que irrumpían de la nada en el medio del programa y hablaban de todo con un tono solemne, o “La vida es un bricolage”, en donde de forma estereotipada enseñaban a hacer “un teléfono con un pancho”, o los informes de exteriores con críticas a “los hombres”.
Pero sin duda lo que marcó al programa fueron los reportajes a galanes de aquel momento como Pablo Echarri u Osvaldo Laport, a quienes le pedían un piquito y les realizaban preguntas con doble sentido. En el debut, Diego Markic, jugador de fútbol del Sub 20 entrevistado por las conductoras, tuvo que responder a todo sin red y terminó merendando leche con vainillas mientras Vernaci y Fontán los miraban comer.
La repercusión que tuvo el ciclo en la pantalla de Telefe hizo que la polémica no tardara en estallar y amparados un poco por los llamados de los televidentes y otro poco por los bajos índices de audiencia (7 puntos de rating en promedio) varios canales del interior del país decidieron dejar de emitir el ciclo. Canal 7 de Neuquén, Canal 5 de Rosario y Canal 8 de Córdoba fueron los primeros en tomar esta medida. Las razones esgrimidas para el cambio eran las mediciones y no el contenido del ciclo. Sin embargo, los tres canales emitían en su prime time por ese entonces Naranja y media. La ficción en la que Guillermo Francella tenía dos mujeres en su vida, la esposa y la amante, medía 16 puntos.
Las presiones de la entonces poderosa Liga de Amas de Casa y de algunos grupos religiosos, sumado a los partidos del Mundial, hicieron que las Infómanas quedaran fuera de juego. El programa dejó de ser diario y pasó a emitirse semanalmente, los sábados a la medianoche. Una manera sutil de sacar del aire a un ciclo que había pasado todas las barreras de lo políticamente correcto para ese tiempo. Luego de algunas emisiones con un promedio de 6,2 puntos -número nada despreciable para ese horario marginal- finalmente se discontinuó.
Hace un par de años, Net TV pensó en reeditar la idea de Infómanas para su pantalla, pero no lo consiguió. En aquel momento, en declaraciones a La Once Diez/Radio de la Ciudad, Claudia Fontán contó que ella y Vernaci estaban tentadas de volver con una nueva versión del ciclo. Fiel a su estilo, bromeó: “Hemos decidido que algún día vamos a volver como las viejas sentadas arriba de una chata, pero vamos a volver a hacerlo”.
Por su parte, hace pocos días, invitada al programa de Florencia Peña, Vernaci sorprendió admitiendo que sería imposible hacer algo así en la TV de hoy. “Me hubiese gustado tenerle menos miedo a la TV, siempre la padezco”. Cuando Peña le preguntó si volvería a conducir Infómanas, su invitada le respondió: “Sí, pero no en esta situación, porque es una gran mentira que estamos deconstruidos. No se podría hacer hoy porque sería la deconstrucción al revés, hoy meter a un tipo, bañarlo y tocarlo no podés”.
Un programa de vanguardia, con dos mujeres que supieron decir las cosas por su nombre, en un tiempo en el que eso perturbaba. Pasaron más de 25 años del estreno de Infómanas y hoy molesta que Florencia Peña, otra actriz que siempre arriesga, corra los límites por la pantalla de América. Aunque ya pasaron tantos años de la despedida de este ciclo y se ha recorrido un largo camino lleno de obstáculos, la pantalla chica sigue siendo bastante machista.
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