La cita es en el piso 43 en una exclusiva torre de Puerto Madero, desde donde se puede ver la ciudad por completo. En la cocina del lujoso penthouse, hay un despliegue de platos que hacen crujir la panza de cualquier mortal. "Pasen, pónganse cómodos y tomen lo que quieran que la noche es larga", invita la anfitriona, la modelo y actriz Floppy Tesouro. Mientras recorremos la terraza, que está minada de cables, cámaras y productores, se preparan aperitivos y se termina de delinear el menú de la noche.
En unos minutos arranca otra jornada de grabación de Divina Comida, el reality con el que Telefe sorprendió este verano y en el que, cada semana, cinco famosos abren las puertas de sus casas para agasajar a sus invitados con una cena, con el objetivo de transformarse así en los mejores anfitriones.
"Es súper estresante ser anfitriona, es más fácil ir a comer a la casa de los demás, pero le pongo onda", asegura Tesouro, que corre de un lado al otro preparando lo que luego cenará junto a Coco Sily, Denise Dumas, Boy Olmi y Grego Rossello. Es que se trata de un programa sin conductor, donde los protagonistas son solo los invitados. En cada emisión, uno de ellos debe recibir en su hogar al resto del grupo, preparándoles una cena muy especial, con entrada, plato principal y postre; procurando que nadie se aburra y se converse durante toda la velada, intentando sorprenderlos con un final de fiesta divertido.
Al finalizar la noche, los invitados califican al anfitrión y le dejan una pequeña devolución. Algo así como lo que le pasó al ciclo, que fue de cero a 10 en la escala de valoración por parte del canal.
La mesa está servida
La idea, sencilla pero efectiva, no es local. Con producción de Turner Latin America, la versión argentina de Come dine with me, el exitoso formato de entretenimiento con más de cuarenta versiones en el mundo, fue bastante combatido. El proyecto estuvo cajoneado un año y medio; de hecho, los primeros programas que salieron al aire fueron grabados hace meses. Al ver las repercusiones en el rating -que aún con el bajo encendido de verano y el horario adverso que le tocó en la grilla de programación trepa aproximadamente a los 10 puntos-, Telefe decidió grabar nuevos episodios y extender así lo que iba a ser en principio una temporada corta.
Ya abrieron las puertas de su casa figuras como Lizy Tagliani, Gerardo Rozín, Jorgelina Aruzzi, Fabián Cubero, Federico Bal, El Polaco, Nicole Neumann, Georgina Barbarossa, Guillermo Coppola, Charlotte Caniggia, Robertito Funes Ugarte, Silvina Luna, Barbie Vélez y José Chatruc, entre muchos otros. El efecto Gran Hermano y esa posibilidad de poder hurgar en la vida de los famosos, conocer sus casas y ver cómo viven, también es un punto fuerte.
Desde la producción aseguran que lo más difícil de todo es conseguir a los talentos. "Antes de que el programa salga al aire, nos costaba muchísimo lograr que acepten, pero una vez que vieron el formato y las repercusiones, todos querían participar", le aseguró un productor a LA NACION. Otra de las contras que encontraron, es que la mayoría de las celebrities se encuentran de temporada, lejos de la ciudad. Sin embargo, nada de eso hace que el canal descarte una segunda temporada.
"Nunca había mostrado mi casa, me la habían pedido muchas veces para producciones fotográficas de algunas revistas y siempre me negué", asegura Sily. "Pero cuando vi el formato del programa, me dijeron quiénes iban a formar parte de mi grupo y la guita que iba a ganar, ese conjunto de cosas me decidió a aceptar", bromea. Para el humorista había un solo motivo para negarse: que quieran entrar a su habitación. "Viste que cuando muestran las casas van a la pilcha, a la intimidad, y eso no me gusta. Si querían venir a mi habitación, les hubiera dicho que no. Es más, estoy maravillado con el equipo de producción porque me dio vuelta el living y la cocina, literalmente, y cuando se fueron me dejaron todo mejor que cuando habían llegado", señala.
Para Boy Olmi también al comienzo hubo algunas dudas: "Abrir las puertas de mi casa es la parte que más me cuesta de este ciclo. De hecho con Carola [Reyna, su compañera y también actriz] elegimos muy bien cuándo trabajar o dar una nota juntos porque nos cuesta romper ese espacio. Ante cualquier trabajo uno se pregunta por qué sí y por qué no. Soy actor, conductor, director; esta cosa de involucrar lo personal en una especie de reality me da mucho pudor, pero me gusta mucho cocinar, comer, y la idea de juntar a un grupo tan ecléctico a compartir y que eso dé material de conversación para ver qué pasa, me divirtió".
Tu casa, mi casa
"Quiero denunciar que me hicieron bullying ", anuncia Grego Rossello y anticipa lo que vendrá en su casa: "Hice un revuelto gramajo que tengo miedo que sea tendencia en Twitter, porque no fue bien recibido por mis compañeros pero estuvo divertido. Estoy más cómodo cuando me bardean que cuando me halagan, el antihéroe es mi zona de confort. Lo mejor de este programa fue que me di cuenta de lo malo que soy con la cocina. ¿Si planeo hacer un curso de cocina? ¡No, con esta experiencia decidí que cocinar no es algo que yo tenga que hacer!".
El actor deja una anécdota de aquella jornada que dice que será inolvidable para él: "Cuando fuimos a la casa de Coco, él empezó a enumerar baños: uno para que se vistan las chicas, otro para producción, otro para nosotros y así seguía señalando baños y yo pensaba 'mañana vienen a casa, que tengo un solo baño para todos y encima están quemadas las lamparitas'. Literal, minutos antes de que vengan cambié un par de dicroicas para no pasar vergüenza y me tuve que putear con todo mi edificio, porque se quedaron hasta tarde y el durloc es tan finito que los vecinos escuchaban a Coco Sily".
Para Denise Dumas esto de abrir las puertas de su casa no es nuevo ni le trajo conflictos, porque tanto ella como su marido [el humorista Campi] ya hicieron distintas producciones desde su hogar. Además, están habituados a la multitud. "En mi vida soy muy anfitriona, en mi casa siempre hay gente y el que pasa toca timbre y entra, ya saben que es así. No soy buena cocinera pero siempre tengo picada, vino, te pongo velitas, musiquita, la voy llevando así. A Campi y a sus compañeros los esperé hace poco con un asado a la salida del teatro que no lo podían creer", cuenta la conductora.
Mientras se termina de preparar, ya con la comida lista, Tesouro asegura que está siendo "lo más anfitriona" posible. "Es que yo soy de las que aman recibir gente en su casa pero no te levanto el plato. Tenía ganas de cocinarles de verdad. Hice una entrada y un postre que me enseñó mi mamá Moni y que a ella se lo enseñó su mamá. Y preparé el único plato principal que sé hacer: pollo al horno con papas. Pero me estoy poniendo sola en un compromiso, ahora toda mi familia y la de mi marido van a decir que soy una caradura porque nunca hago nada. Eso sí, amo estar en los detalles, hoy decoré toda la casa, me gusta que vean todo lindo y se sientan a gusto", asegura.
Para Sily todo es más simple: "Yo cocino pero soy más minutero, de la hamburguesa, pero tengo tres o cuatro especialidades que sé que con eso mato. Una es obvia por mi edad, por mi personaje y por mi género, y es el asado; me sale espectacular. Y dentro del asado tengo 4 o 5 detalles personales que no lo voy a revelar. Uno solo les voy a compartir: arriba del carbón tiro algunas especias, que se queman y aromatizan desde abajo. Único secreto que les voy a dar... Y bueno, hago el asado desnudo".
La sobremesa
Para que este programa llegue tal como lo vemos en pantalla, hay equipos que editan por turnos durante 24 horas. Se trabaja a contrarreloj, con tan solo una semana de anticipación y se graba de corrido, de manera que una vez que los comensales se sientan a la mesa prenden las cámaras y los dejan hablar. A lo sumo, una guionista apunta algún tema a desarrollar, pero todo depende qué tan fluido funcione el grupo.
"Algunas semanas tuvimos que intervenir más y otras, como esta semana de grabación, los dejamos y ellos solos no dejaban baches. En algunos casos tuvimos que sumar más juegos o tiramos tópicos para que desarrollen. Ya tenemos el entrenamiento de saber qué sirve y qué no cuando los escuchamos conversar, y vamos decidiendo sobre la marcha", explican desde la producción.
Otro punto a tener en cuenta es lo que sucede con el correr de los días en esta cuasi convivencia. Para algunos grupos, el desgaste de cenar a diario con las mismas personas se hace evidente y aflora el fastidio. En otros grupos, por el contrario, los participantes van afianzando su relación y todo fluye de forma más natural. Incluso se van conociendo, hacen referencias a momentos compartidos y a aspectos de su vida que van descubriendo. Y eso se nota, traspasa la pantalla y le llega al televidente.
"Para mí, el día bisagra es el miércoles. O te amás o te matás. Son muchas horas de grabación cada noche, al otro día uno sigue con su vida y sus trabajos, y empezás a sentir el cansancio, el desgaste del mal descanso y la intensidad de verte todos los días con la misma gente que en algunos casos ni siquiera se lleva bien", asegura Sily.
En el último encuentro de la semana, o sea cada viernes, el participante del quinteto que obtiene el mayor puntaje se consagra como el "mejor anfitrión de la semana". ¿Quién será el próximo ganador? Por lo pronto, Divina Comida se convirtió en una de las sorpresas del verano y en una fórmula que ya conquistó el corazón -y el estómago- de muchos argentinos.
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