Diez años con los Teletubbies
La decisión no podía llegar desde más arriba para ser considerada con la máxima atención. Desde la mismísima oficina del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quedó proclamado el miércoles último como el Día de los Teletubbies en la Gran Manzana. Lugares tan representativos de la ciudad como la Grand Central Station y el teatro Apolo, de Harlem, vieron llegar a Laa-Laa, Tinky Winky, Dipsy y Po con sus coloridos atuendos, y en un local especialmente ambientado en el corazón del barrio de Greenwich se vende por tiempo limitado merchandising de todo tipo para celebrar el aniversario.
Exactamente una semana atrás se cumplieron diez años de la primera aparición de los Teletubbies en una pantalla de TV. Ocurrió en Londres, por iniciativa de la prestigiosa BBC y a partir de allí la serie dio la vuelta al mundo, llegándose a ver en 120 países con traducción a 45 idiomas. Pero más allá de esa voz en off que nos orienta y nos lleva hacia ese mundo tan particular habitado por los Teletubbies, en el que por ejemplo el sol es el rostro de un sonriente bebe, hay una única lengua que comparten todos quienes tuvieron con estos personajes su primer contacto auténtico con la televisión.
Más bien habría que referirse a esa media lengua a la que recurren los Teletubbies para comunicarse, ese "ooooaaaa" a modo de saludo que los precoces televidentes enseguida reconocen y responden. Esos gestos y expresiones básicas que durante toda la última década también sirvió para que se pusieran frente a frente con igual pasión los defensores y los detractores del programa.
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El debate perdura hasta hoy. De un lado están entre quienes afirman que la estructura de la serie (con situaciones que se repiten más de una vez) y el lenguaje utilizado contribuyen al desarrollo de la comunicación entre los más pequeños. Y de otro, todos los convencidos de que precisamente esos factores, con el magnético poder que ejerce en tan temprana edad la exposición a la tele, pueden llegar a alterar algunas fases de un aprendizaje correcto y natural.
Pero en lo que seguramente coincidirán unos y otros es en el hecho de que los Teletubbies se convirtieron en verdaderos pioneros de un fenómeno que pasa inadvertido respecto de otros acontecimientos mucho más ruidosos y efectistas, pero sin dudas marcó un cambio de época en la historia de la televisión. De allí en adelante, programadores, creativos, educadores y televidentes comenzaron a percibir que los niños más pequeños también tienen, por acción u omisión de sus padres, una presencia insoslayable frente al televisor.
Y si por un lado crecieron los preocupados llamados de atención para evitar por todos los medios una exposición desmesurada, también crecieron en la misma proporción los cuidados de muchos creativos televisivos para llevar adelante cuidados proyectos televisivos, capaces de acompañar las distintas etapas de crecimiento evolutivo y no invadir el mundo de los televidentes más desprotegidos.
Hoy, todos los canales dedicados a la programación infantil cuentan con segmentos y programas especializados para niños en edad preescolar. Y si después de mucho tiempo los Teletubbies dejaron de formar parte de la programación de Discovery Kids, casi al mismo tiempo llegó a la Argentina la señal Baby TV, especialmente concebida para niños de hasta tres años. Primero funcionó como un bloque en Fox Life y ahora integra el grupo de señales del nuevo Digital Pack, un servicio de costo adicional con el que los principales operadores del servicio en el área metropolitana intentan atraer a potenciales usuarios de la nueva TV digital.
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