Desde hoy, "Maridos a domicilio"

"La otra noche veía la asunción de Duhalde, los cacerolazos, y me preguntaba: ¿no será mejor postergar el lanzamiento? Estaba asustado y en un momento llegué realmente a pensarlo. Hasta que hablé con la gente que me rodea, con mi familia, y llegué a la conclusión de que la gente quiere ver algo ajeno a tanta pálida . Por eso aquí estamos, dispuestos a largar."

Enrique Estevanez se mueve entre el desánimo y la esperanza. Por un lado, carga con los ecos todavía frescos del fracaso resonante de su reality show con actores, circunstancia que lo llevó por primera vez a imaginar su futuro con algún proyecto fuera de la Argentina. Pero, por otro, confía en su buen ojo para la ficción y espera repetir con "Maridos a domicilio", que comienza hoy, a las 22, por Azul, el éxito alcanzado por "Los buscas" unos años atrás.

"«Los buscas» fue mi llegada al prime time. Y en este caso estoy repitiendo prácticamente los mismos pasos antes de salir al aire. La única diferencia es que salimos ahora al aire una semana después, pero con todo lo que pasa en la Argentina no estuvo mal elegir esta fecha, ¿no?", sugiere el creador y productor general de la primera novedad local del año en materia de ficción.

El punto de partida de "Maridos a domicilio" es el cierre de la fábrica en la que trabajan Mario Martini (Juan Leyrado) y Bocha Aguilar (Fabián Gianola), que a la vez son cuñados, grandes amigos y vecinos. Frente a la desocupación y al temor de no encontrar sustento para sus respectivas familias, ambos resuelven asociarse en una empresa que ofrece soluciones a todo tipo de desperfectos hogareños.

La presencia de un elenco amplio en nombres conocidos (Andrea Bonelli, Luisina Brando, Enzo Viena, Daniel Fanego, Carlos Moreno, Ximena Fassi y Julieta Cardinali, entre otros) abre la posibilidad de que se desarrollen simultáneamente varias historias de cuño familiar y barrial.

Apuesta fuerte

Estevanez lo admite, pero a la vez reconoce estar "jugadísimo" con Juan Leyrado y Fabián Gianola, a quienes define como los protagonistas absolutos de la historia. "Lo que están por ver es una comedia costumbrista, que apueste a la identificación entre los personajes y el público, y que lleve a la gente a decir: ése es como mi hermano, como mi papá, como mi abuelo. Pero siempre con una historia atrás que respalde ese retrato", explica el autor de la idea, guionista (junto a Marisel Lloberas y Adriana Lorenzón) y productor general del ciclo.

Estevanez anticipa que "Maridos a domicilio" arrancará "con un 90 por ciento de comedia costumbrista y un 10 por ciento de culebrón". Y agrega que paulatinamente irá incursionando cada vez más en este último género, aunque sin abandonar aquella esencia.

"Hemos logrado aquí lo que siempre buscamos: la mancomunión entre la autoría, las actuaciones, la producción y la dirección. Pasamos todo el tiempo discutiendo cosas, tratando de enriquecer las escenas", dice Estevanez, dejando en claro que esta fórmula es el remedio ideal contra la "picadora de carne" en la que se convierte una tira diaria con jornadas de 12 y 13 horas de grabación.

Y en este momento el productor vuelve al tema que obsesiona por estos días a todos, de un lado o del otro de la pantalla. "Cuando alguien se sienta hoy en la Argentina a desarrollar un programa de estas características hay días en que está inevitablemente pinchado. Y hacer comedia en esas condiciones es terrible", describe.

Ficción y realidad

Para Estevanez, la complicadísima realidad entrega a cada momento situaciones que no podría imaginar ni el más inspirado autor de ficciones. "Lo que pasa en la Argentina es un culebrón. Que los jubilados estén un 31 de diciembre con un paraguas haciendo colas de diez horas en un banco me pone la piel de gallina", ilustra.

Cuando le toca trasladar a la TV el complejo panorama social y económico que vive el país imagina, sin hesitar, un futuro en el que hay lugar sólo para dos canales de aire y un tercero en condiciones de desempatar en medio de una situación de enorme incertidumbre en relación con el futuro.

"Creo que algún canal se va a quedar en el camino -afirma-. Eso es malo porque va a significar menos trabajo, pero lamentablemente el círculo se reduce tanto como la torta publicitaria. Esto va a hacer que la televisión tenga menor nivel al no haber plata. Ya de hecho las tardes son tétricas", describe.

Estevanez reparte su desazón entre el panorama que enfrenta hoy la TV argentina y la situación general del país. Dice que en los veinticinco años que lleva en la actividad nunca sintió la necesidad de buscar nuevos horizontes en el exterior, pero confiesa que por primera vez hoy considera como factible esa posibilidad. "El solo hecho de pensarlo -admite- me provoca angustia y tristeza. Pero siempre fui optimista y aquí estamos de vuelta, con una comedia en la que no faltará la realidad. Si hasta por casualidad, porque lo grabamos hace ya un mes y medio, tenemos un cacerolazo..."

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