Cuenta regresiva para el tiro del final
Esta noche, por HBO, se verá el primero de los últimos nueve capítulos de la serie norteamericana
El comienzo del fin. Esta noche, a las 22, HBO emitirá el primer capítulo de la última parte de la última temporada de Los Soprano . Si la descripción de lo que viene resulta complicada es porque lo es. Nada que involucre a esta serie creada por David Chase fue ni es sencillo. Para empezar, la historia de los mafiosos de Nueva Jersey comandados por el conflictuado Tony Soprano, era uno de esos guiones que nadie creía que podía llegar a ver la luz de la pantalla. Todos y cada uno de los canales de aire de los Estados Unidos rechazó el piloto de la serie que Chase había escrito con su familia italiana (cuyo verdadero apellido es De Cesare) en mente, que aunque no pertenecía a la Cosa Nostra estaba integrada por esos personajes tan violentos y macabros que convirtieron al programa en lo que es: una de las obras maestras de la cultura popular norteamericana. Al menos eso escribió el periodista Peter Biskind (autor del libro Moteros tranquilos y toros salvajes ) en la edición de abril de la revista Vanity Fair .
Allí, el escritor dedicado al cine dice que las 86 horas que duró la serie, repartidas en seis temporadas, está a la altura de El padrino , Calles salvajes y Buenos muchachos, clásicos del cine de mafia. "Es comparable con épicas europeas como Il gattopardo, de Luchino Visconti; Novecento, de Bernardo Bertolucci, o, como aseguró el fallecido crítico del New York Times , Vincent Canby, con las quince horas y media del Berlin Alexanderplatz, de Rainer Werner Fassbinder", agregó Biskind en su largo artículo de despedida. En él cuenta también que una vez que HBO decidió correr el riesgo de producir la serie, que costaba casi tres millones por capítulo y estaba protagonizada por un actor desconocido, James Gandolfini, ésta se encontró con su primera gran controversia. Los integrantes de la asociación por los derechos de los ciudadanos ítalo-noteamericanos se quejaron públicamente de la imagen que el programa mostraba de su comunidad. Pero ninguna queja, que solían hacer hincapié en las violentas muertes de algunos de los personajes centrales, logró desviar del camino al programa, que llegó a ser visto por 18 millones de personas, sólo en los Estados Unidos, en su cuarta temporada.
Con el éxito enorme, inesperado, llegaron también los conflictos internos. Gandolfini, sabiéndose indispensable para la trama y muy consciente de las decenas de millones que el canal ganaba gracias a él y sus compañeros, se negó a volver al trabajo para grabar la quinta temporada hasta recibir un considerable aumento de sueldo. HBO amenazó con demandarlo por 100 millones de dólares. Todo fue arreglado, entre gallos y medianoche, a la manera de Tony Soprano. Y gracias a eso, cada capítulo llegó a costar alrededor de 10 millones. Así, las últimas dos temporadas del ciclo resultaron más costosas que una superproducción hollywoodense. Claro que, frente a los films pochocleros que podrían haberse realizado por esos más de 300 millones de dólares, HBO produjo los dos últimos años de la primera serie dramática que fue exhibida en el influyente Museo de Arte Moderno (Moma) de Nueva York.
Los últimos días
Cuando el pequeño programa en el que nadie confiaba se convirtió en fenómeno mundial, las exigencias de sus realizadores no se limitaron a lo monetario. Además de plata, Chase pedía tiempo para sostener la excelencia de sus primeras temporadas. Y como se trataba de la gallina de los huevos de oro, la que había transformado al canal de una señal de cable más en una nueva fuerza de la TV, se lo dieron. Así, entre el final de la quinta temporada y el estreno de la sexta pasaron casi dos años y entre la primera y la última parte de la sexta hubo que aguantar una gestación de diez meses. Los nueve capítulos que resultaron de la amarga espera de los fanáticos comenzarán esta noche (domingo), a las 22 (y se repite pasado mañana, a las 20.45), por la señal de cable premium HBO con la emisión del episodio "Soprano Home Movies" (algo así como "las películas caseras de los Soprano"). La trama retoma un episodio de hace un par de temporadas atrás en el que Tony huye de los federales y se deshace de un arma que terminará en las manos equivocadas.
Aunque muchos críticos dijeron que estos últimos episodios carecieron del valor artístico al que la serie los había acostumbrado, lo cierto es que al capítulo de esta noche no le falta nada: ni los conflictos mafiosos ni los problemas familiares que la familia Soprano arrastra desde antes del nacimiento de Tony, el hijo pródigo, ese que cumple 47 años y decide festejarlo con su esposa Carmela (Edie Falco), su hermana Janice (Aida Turturro) y su cuñado Bobby (Steve Schirripa) en la casa de veraneo de ellos. Y como se trata de Los Soprano, si bien en el primer plano se canta el feliz cumpleaños, en el fondo sucede mucho más. Toda la vida de una familia que desde su estreno, el 10 de enero de 1999, cambió la cara de la TV y que está a punto de dar su último grito y pegar su último tiro.
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