Cómo fue el primer capítulo de Inconvivencia, la miniserie de Laurita Fernández y Tomás Fonzi
Durante décadas, millones de televidentes esperaban con ansias el último capítulo de sus telenovelas favoritas para ver a los protagonistas dar el gran paso hacia una vida en común. Pero los tiempos cambiaron. Tanto, que la nueva propuesta de Telefe comienza, justamente, un tiempo después de aquel momento clave, con los dos personajes principales en plena convivencia. Podríamos decir que ese fin ideal y romántico se convierte, ahora, en el comienzo del conflicto.
Inconvivencia se propone echar luz en la compleja experiencia de compartir un espacio físico con una pareja. Una experiencia que puede resultar armónica, pero también abrumadora y desgastante, como en el caso de Lucas (Tomás Fonzi) y Caro (Laurita Fernández). Pero también, ahondará sobre las consecuencias de vivir cada uno por su lado.
Ya desde la primera escena queda en claro que, tras siete años de relación, el romance entre ellos perdió cierta magia. Caro corre e intenta despejarse, pero no lo logra: su mente, mecánicamente, va haciendo un repaso de todo lo que le molestó durante el día, lo que pudo decir y lo que no. Su novio, Lucas, en tanto, intenta concentrarse en su trabajo, pero solo consigue pensar en todos los reproches que le hizo su novia durante el día.
Más tarde se encontrarán en la casa que comparten. Él cocina para ella, pero lejos de sentirse agasajada, Caro le reprocha que haya preparado pastas sabiendo que intenta dejar las harinas. Harán una pausa entre reproche y reproche para brindar por los siete años de relación, pero la paz no durará mucho. Todo parece ser motivo de crítica: la serie que él quiere ver y ella no, la ropa interior de él tirada en el baño, la botella de agua sobre la mesa... Pequeños gestos que a ella le parecen gigantes y en los que él ni siquiera repara.
Si la idea en un principio fue compartir un espacio para pasar más buenos momentos juntos, en la práctica, y con el paso del tiempo, la experiencia no resulta como esperaban. Ni siquiera en la cama logran encontrarse.
La vida profesional de ambos, a su vez, dista mucho de ser un bálsamo. Mientras Lucas no consigue convencer a su jefe (Luis Machín) de que es hora de dar el paso de lavaplatos a ayudante de cocina, Caro se encuentra con un paciente que la hace tambalear. En su rol de psicóloga, escucha la historia de Pablo (Luciano Cáceres), quien le expresa que la convivencia con su exmujer lo terminó convirtiendo en otra persona, una persona poco feliz.
Por la noche, Lucas se atreve a poner en palabras una propuesta que viene pensando desde hace un tiempo: que dejen de convivir. "Hay momentos en los que siento que mi sola presencia te molesta. Vos decís que quisieras volver al momento en el que empezamos a salir. ¿Y si empezamos por ahí?", tantea.
Ella no entiende muy bien cuál es la propuesta. Cree que él quiere separarse o tomarse un tiempo. "Vos lo que querés es separarte. Es ridículo e infantil. Hagamos como que no me dijiste nada y que esto no pasó. Pensalo bien y mañana me decís qué querés hacer: si te quedás o te vas. Y si te vas, no volvés", sentencia.
La joven, luego, busca el consejo de su madre (Cristina Banegas), quien le dice: "La convivencia es un tema si elegís que sea un tema". Su amiga Sol (Marina Bellati), por el contrario, le aconseja que tome en cuenta la propuesta de su novio.
Lucas también comparte su situación con uno de sus amigos, Pepo (Iair Said), pero el muchacho entiende que lo que él pretende "no es el amor" y le dice que su plan de salvataje directamente atenta contra la relación de pareja.
Tal vez por eso, a la mañana siguiente, el joven chef vuelve sobre el tema. Le dice a su novia que cambió de idea y que después de pensarlo considera que lo mejor es seguir viviendo juntos. La respuesta de Caro lo desconcierta: "Creo que lo que proponés es una locura, pero quizás es la solución. Si no funciona, nos separamos definitivamente, pero por lo menos lo intentamos".
Entonces, ella lo ayuda a mudarse al departamento que le presta Pepo. Allí, con el espacio a medio armar y allí, entre anécdota y anécdota, vuelven a conectarse y se dejan llevar por primera vez en mucho tiempo.
Ya sola en la casa que supieron compartir, Caro ordena a su gusto muebles y adornos, pero el cuerito flojo de la canilla de la cocina le hará tomar consciencia de que eso de vivir sola también tiene sus complicaciones.
La siguiente sesión con Pablo resulta tan reveladora como la anterior. Su paciente comienza a contarle cómo fue su infancia en el campo, pero al notar el ruido del goteo se ofrece a arreglarlo. Ella se niega. Él insiste y finalmente, se pone manos a la obra.
Todo indica que la nueva dinámica comienza a funcionar. Ahora, cuando se encuentran, Lucas y Caro tienen cosas para contarse. Pueden comunicarse, se ríen. Hacen el amor. Pero todavía tienen cosas para resolver, y eso queda en evidencia con un llamado: el de Pablo, que la invita a cenar. Ella le dice que no corresponde, pero comienza a hacerse cargo de que algo siente por él.
Y entonces, regresan los reproches: las cajas, el desorden del departamento de él disparan los reclamos de ella. Y entonces, él responde: "Sos una insatisfecha". Esa frase sirve como disparador para que Caro decida aceptar la propuesta de Pablo. Y aunque en un primer momento sólo le habla de Lucas, termina en la cama con su paciente. ¿El hecho de no vivir más juntos habrá sido el primer paso para terminar la relación? Habrá que esperar a los próximos capítulos para saberlo.
Inconvivencia, el programa producido por Kuarzo e Idealismo Contenidos, con guiones de Mariano Hueter y Ezequiel Goldstein, puede verse por Telefe los miércoles a las 23.30 y por Cablevisión Flow.
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