Lo de Mariana: una fórmula ya probada, pero bien realizada
Así fue el debut del nuevo programa de Mariana Fabbiani en eltrece, que tuvo a Pablo Echarri y a Carina Zampini como grandes atraccciones
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Como si fuera su casa: Mariana Fabbiani abrió la puerta de la escenografía e invitó a la audiencia a ingresar por el mismo lugar donde, minutos después, entrarán los invitados. En el debut de Lo de Mariana, que comenzó este lunes a las 11.30 en punto por la pantalla de eltrece, Pablo Echarri, Carina Zampini y el médico Facundo Manes fueron los elegidos para acompañar a la conductora en este magazine coherente con todos los basamentos del género y atravesado por la gastronomía, temática que hoy parece ineludible en buena parte de los formatos que conforman la grilla televisiva.
“Estoy nerviosa”, reconoció la conductora, aunque, a decir verdad, tal cosa no se percibió. Con su habitual fluidez de palabra y su contagiosa risa, Fabbiani timoneó el estreno de su nuevo ciclo, producido por Mandarina, con soltura. A pesar de emitirse en vivo, el debut no tuvo traspiés de organización ni técnicos. Es más, pareció la emisión de un programa que ya carga historia sobre sus espaldas. Eso sí, no faltaron algunas perlas ni un par de momentos incómodos. Todo sea por el bendito rating que, en este caso, premió al ciclo con picos de 5,5 puntos, aunque muy parejo en su promedio con Flor de equipo, el espacio conducido por Florencia Peña en Telefe con el que compite directamente. Todo hace pensar que la lucha será, de ahora en más, cuerpo a cuerpo.
Actualidad
En el inicio del programa, la anfitriona dedicó unas palabras para recordar al periodista Mauro Viale, fallecido en el día de ayer por complicaciones derivadas del Covid, e inmediatamente dio paso al móvil de exteriores que reflejó la partida del cortejo fúnebre hacia el cementerio de La Tablada donde descansarán los restos del comunicador. En las imágenes, en vivo, se pudo observar a Jonatan Viale, hijo del periodista, absolutamente consternado.
Ese arranque dejó en claro que el pulso de la actualidad irá marcando buena parte de la agenda del ciclo. Además, el periodista Federico Seeber será el encargado de aportar la información caliente del día a día y participar de la charla con los invitados en busca de aquella respuesta más vinculada a la coyuntura social y política. Seguramente, con el correr de las emisiones, Seeber tendrá una mayor participación, al igual que la locutora Martina Soto Pose.
Almorzando con Mariana
Luego del recuerdo a la figura de Viale, Fabbiani presentó al chef Christophe Krywonis, encargado de preparar el plato que, minutos después, degustarán los invitados. Esta vez, el cocinero preparó Bondiola champvallon, un guiño a sus orígenes franceses. La conductora no dudó en calzarse un delantal con la leyenda “Afilate” y simular cierta ayuda en la preparación de la receta. Lo hizo con gracia y alertando sobre sus pocas virtudes para la tarea.
Hoy por hoy, pareciera ser que la cocina es una materia ineludible en buena parte de los programas, acaso como si tal cosa garantizase el éxito. Por citar algunos ejemplos, esto se da en La peña de morfi y en el pionero Almorzando con Mirtha Legrand, que desde el año pasado muestra la intimidad de la cocina. En la TVP, siempre goza de público el muy buen programa Cocineros Argentinos, en eltrece se destaca El gran premio de la cocina y, en Telefe, arrasa el tanque MasterChef Celebrity, acaso el gran motor que impulsa el fenómeno. PH, podemos hablar es otro exponente del género, aunque evita el paso a paso sobre las hornallas.
La fórmula no es nueva y ya se veía en aquel Buenas Tardes, Mucho Gusto de los años ´60. Más allá del tutorial que se hace de la preparación, en Lo de Mariana tal proceso es simplificado, ya que el foco está puesto en la charla con los entrevistados que, a su tiempo, probarán el plato del día. No solo se cocina, sino que también se come en cámara. Cocinar y comer, esa es la cuestión para lograr el éxito. ¿Será así?
En 1968, Mirtha Legrand estrenó Almorzando con las estrellas por la pantalla de Canal 9. “¿Comer en televisión?”, le preguntó la diva a Alejandro Romay, quien le había acercado la propuesta. Pasaron décadas y se siguen estrenando programas con tal dinámica. Desde ya, la bacanal de Fabbiani tiene más informalidad que las elegantes mesas, hoy lideradas por Juana Viale, en el mismo canal.
Como en casa
Cada vez que el timbre sonó, un invitado apareció. Primero fue el médico Facundo Manes, quien comentó cómo fue su tránsito por la infección de Coronavirus. “Que ganas de abrazarte. Me cuesta mucho esto de no poder expresar con el cuerpo”, le dijo Fabbiani con la afectuosidad que mantendrá con todos los invitados, un sello en su forma de conducir, sin golpes bajos y con mucha calidez. El prestigioso profesional de la salud no dudó en afirmar que “ahora uno conoce la vulnerabilidad de la especie, es un momento de mucha empatía, nadie se salva solo”. Cuando la nieta de Mariano Mores mencionó el trabajo de los profesionales de la salud, Manes reconoció que pudo superar la enfermedad porque otros seres humanos lo cuidaron. “Hoy el país tiene héroes y heroínas”, remarcó.
Minutos después, volvió a sonar el timbre y la dueña de casa recibió a Carina Zampini y Pablo Echarri. “Carina, sos vecina”, le dijo a la actriz, quien conduce El gran premio de la cocina por el mismo canal. De hecho, el año pasado, Mamushka, el anterior programa de Fabbiani, fue corrido de su horario para dejar paso al concurso gastronómico animado por Zampini, que se movía de su horario para ir más cerca del prime time.
“Pablo, cuánto hace que no se te ve por este canal”, le dijo Fabbiani a Echarri ni bien puso un pie dentro de la escenografía. Luego recordaron un fallido intento de programa llamado Piyama party, que jamás vio el aire. “Gracias a Dios, nunca salió”, dijo él. Ella, más lanzada que de costumbre, reconoció: “Yo lo besé a Pablo, lo digo con todo respeto por Nancy que sabe que la quiero, pero Pablo es un gran besador”. En cambio, los actores invitados recordaron que jamás se besaron en Mujercitas, la única tira que compartieron.
Ramiro Alzuaga, “el ambientador de los famosos”, tal como lo presentó Fabbiani, fue el encargado de decorar la mesa. Una de sus creaciones, mostró el nombre de los comensales adherido a una verdura tooneada. “No sirve para el escabeche”, dijo Echarri. Algo de todo eso recordó a las “rosas rococó rosadas”, que presentaba Legrand en el siglo pasado. Acaso, será por eso que, minutos antes, en el programa de Ángel de Brito, Marcela Tinayre renegó del cambio de horario de LAM: “Un éxito no se mueve”. El periodista no pudo evitar la cara de satisfacción.
Ramos generales
A pesar del tono amable, no faltaron un par de momentos incómodos: Carina Zampini le marcó varios errores al plato preparado por Christophe Krywonis. El gesto adusto del chef habló por él. Nada de lo dicho por Zampini, que luego aclaró que fue en tono jocoso, fue bien tomado por Krywonis.
Más tarde, la conductora quiso saber si los rumores que circularon el año pasado en torno al supuesto romance entre Carina Zampini y su colaborador Federico Seeber eran reales. “No puedo desaprovechar este momento”, se excusó la conductora. Zampini, rápida de reflejos, atinó a decir: “Estamos preparando la boda… Vamos a pasar el avance de la relación en las redes”. Fabbiani, en su mejor versión Hello Dolly, no dudó en afirmar: “Todos tenemos unas ganas… Da bien la pareja”. Seeber solo atinó a sonreír.
No faltó el análisis de la pandemia y sus consecuencias emocionales y el recuerdo de la ayuda a los actores desocupados que lleva adelante Sagai, institución que lo cuenta a Echarri como uno de sus mayores impulsores.
Uno de los segmentos más interesantes se dio cuando Echarri reflexionó sobre su abierto compromiso en torno a la realidad del país: “No hay que fomentar la división”, sostuvo y luego agregó: “Hay un ser político dentro mío”, pero no dudó en arrepentirse de cierta vehemencia con la que solía manifestar sus posturas. Con buen tono, todos coincidieron en esa necesidad de unidad. Incluso, Echarri hizo hincapié, en varias oportunidades, sobre su charla previa con Facundo Manes, quien se para en un lugar ideológico diferente. Lo de Mariana se plantea como un espacio anti grieta, algo nada menor en los tiempos que corren y en una televisión que busca, generalmente, la confrontación.
Un video, que contó con los saludos de las actrices Eleonora Wexler y Paola Krum, repasó la exitosa carrera de Echarri. Y el saludo grabado de Manuel, hijo de Zampini, emocionó a su madre y al resto de los invitados.
Modo Mariana
El programa, que no tuvo cortes publicitarios, apela a una fórmula ya transitada, pero de impecable puesta en escena y sostenida por el imán que habitualmente logra Mariana Fabbiani para atrapar a la audiencia. La conductora siempre maneja un tono ameno y sensible, algo que genera inmediata atracción. En ese sentido, la primera emisión de Lo de Mariana permitió desplegar todos los recursos que formarán parte de esta receta con ingredientes conocidos, pero que, bien amalgamados, pueden lograr un buen plato a la hora del mediodía.
Fabbiani deja hablar y se muestra como una mujer cotidiana, sensible y real. Conoce sobre la realidad nacional y no pregunta desde el pedestal, no es la estrella intentando bajar a la problemática de la gente de manera artificiosa. Ese ha sido, y sigue siendo, uno de sus fuertes como líder de un formato. No es una conductora que busca incomodar a sus invitados, ni lograr rating a cualquier precio. Tiene estilo y límites.
Si la receta ya fue probada, será ella la que tendrá que sazonar con recursos propios para marcar el diferencial. La pólvora ya está inventada, dicen. Aunque siempre hay algo nuevo por descubrir. No sería el caso; aquí el desafío es que, con lo conocido, se pueda hacer algo diferente. Y ese diferencial tiene nombre propio: Mariana Fabbiani.
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