Christiane Amanpour y el arte de la entrevista
Su rostro es sinónimo de los peores males de este mundo globalizado: guerras, catástrofes naturales, pobreza abyecta, hambre y persecuciones étnicas. Con cada una de ellas como telón de fondo, a lo largo de los últimos veinte años, provista de un anotador, un chaleco de combate y un gesto adusto que, sin embargo, nunca parece ensayado, Christiane Amanpour, la célebre jefa de corresponsales de CNN (cadena en la que comenzó como asistente de producción, en 1983), se ha convertido en una presencia constante, casi tranquilizadora en su familiaridad, en momentos de incertidumbre para el público común y corriente.
Decidida a "evolucionar", la periodista estrenará hoy, a las 16, por CNN International, un programa diario de entrevistas en vivo -y en inglés, sin subtítulos- bautizado con su apellido (en el debut estará el presidente afgano Hamid Karzai). "Quería usar la experiencia de esos veinte años que pasé como corresponsal de guerra para contar esas historias de una manera distinta, para hablar con quienes son responsables de las grandes decisiones que afectan a millones en el mundo. En definitiva, la idea del programa es ayudar a la gente a entender y contextualizar lo que pasa", explicó, vía telefónica desde Nueva York, desde donde se emitirá el programa que, según afirma, la hizo descubrir que "la gente tiene «fatiga noticiosa», pero no porque recibe demasiadas noticias, sino porque es bombardeada con titulares catástrofe, trivia y teorías a medio enunciar en lugar de información concreta para formar su propia opinión. Eso es lo que quiero cambiar con el programa".