Caso Mühlberger: "Entré como empleada de limpieza y pasé a ser su asistente en las operaciones"
Paola Fuentes es otra de las denunciantes del caso del doctor Rubén Mühlberger que fue a Intrusos a dar su testimonio. La mujer, que trabajó como empleada del cuestionado médico, asistió acompañada por el abogado Ignacio Trimarco ya que primero hizo una denuncia en la Justicia y el próximo martes declarará ante la fiscalía.
"Entré como empelada de limpieza y en pocos días pasé a ser su asistente en las operaciones sin tener conocimientos de enfermería siquiera, pero era una especie de instrumentista. Yo preparaba a las pacientes antes de las intervenciones y después lavaba y planchaba las batas. Las liposucciones se hacían en un quirófano improvisado, sin ningún tipo de cuidado. Yo me ponía guantes para protegerme, de los comunes", contó Fuentes.
"Cuando se ponían impacientes, el doctor me pedía que les diera un té. Sabía que tenía algo y después me enteré que era clonazepam. Yo era la encargada de hacer el té y también ponerle las gotitas, según me decía el doctor. Y también iba a la farmacia a comprar el clonazepam. No había anestesistas en la clínica: el tecito era la anestesia. Tampoco había equipo de resucitación. Muchas se quejaban, porque les ponían unos anteojos para que no vieran nada, pero les dolía. Era muy maltratador el doctor, conmigo y con todos. A una empleada le dijo que si no adelgazaba, la echaba. Y se ponía muy nervioso en todos los procedimientos. Yo creo que los hacía esperar tanto tiempo porque no le gustaba hacerlos".
Fuentes contó muchos detalles del quehacer diario en la clínica: "Cuando veían de inspección, Natalia, que es la secretaria, me mandaba a esconder medicamentos. Las jeringas vencidas se guardaban porque no querían tirar nada. Hubo una paciente que yo creo que estuvo unos segundos muerta porque no tenía ni pulso. Era gordita y se hizo una lipo láser. La llevó a la sala de quelación, la vi pálida y se desmayó. Fui a avisar y el doctor pidió a otra persona que fuera. Al lado de esta paciente estaba Leonor Benedetto, haciéndose una quelación, y me pidieron que la sacara de ahí porque la chica no controló esfínteres y no querían que Leonor se diera cuenta de lo que estaba pasando. Después el doctor bajó, vio cómo estaba la paciente y me dijo: 'Hacé algo'. Ese día llegué muy mal a mi casa", relató la mujer, muy angustiada.
"Sentí mucha pena por esa chica porque los pacientes eran números, no les importaba. Me acuerdo que la reanimaron, la lavé, la cambié y me quedé al lado de ella a pesar de que el doctor me pedía que siguiera trabajando. Después siguió yendo esa persona algunas veces más y dejó de ir. Otra paciente se desmayó en la puerta de quelación y el doctor pasó por ahí para irse a su casa y ni se agachó para ver qué pasaba. Dijo que llamaran a una ambulancia y como si nada, se fue. No le importaba nada", explicó Fuentes.
"El día que empecé a trabajar fue Diego Maradona, con Rocío Oliva. Otro día vi a Susana Giménez, y el doctor no quería que se cruzara con Moria Casán. El doctor pedía que le den turnos en distintos días. Estuve también en el procedimiento de Lilita Carrió, que se hizo lipo láser. Venía con custodios y también la hacían esperar un poco. Y tomó el té con clonazepam antes de la intervención, para que se durmiera. Nadie se quedaba para recuperase, sólo se les daba un té con azúcar y un platito de frutos secos. Hubo gente que supe que chocó después de irse, seguramente por el té", finalizó la mujer.
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