Cantando 2020: balance de un reality que supo adaptarse a la pandemia
En un año atípico para la TV, el Cantando 2020 se convirtió en una de las mayores propuestas del prime time de eltrece. Frente a las imposibilidades de llevar a cabo el histórico ciclo de baile conducido por Marcelo Tinelli –las distancias exigidas por los protocolos sanitarios lo tornaban impracticable– la posibilidad de reflotar el Cantando fue la única alternativa posible. De ese modo, el 27 de julio comenzó este reality que si bien mantuvo varios rasgos en común con el Bailando por un sueño, supo ganar una identidad propia.A pocas horas de la final, repasamos sus principales características, qué fue lo mejor del ciclo y cuáles fueron sus pasos en falso.
La construcción del jurado
Al igual que en el Bailando por un sueño, los encargados de puntuar a las parejas son un grupo de cuatro jurados. Y para esa tarea, la producción llamó a tres figuras muy vinculadas a La Flia, Moria Casán, Nacha Guevara, y Karina "La Princesita" Tejeda (que debutaba en este rol, luego de una aplaudida participación durante el Bailando 2019). El cuarto de esos integrantes era Pepe Cibrián Campoy, la única cara no tan habitual dentro del universo de la productora. Inicialmente las devoluciones de los cuatro miembros parecían fluir con relativa armonía, y no surgían entre ellos fricciones importantes (a excepción de algunas chicanas entre Moria y Nacha). Pero la sorpresa llegó la última semana de agosto, cuando Cibrián fue reemplazado por Oscar Mediavilla (otra figura recurrente en estos ciclos). Pronto surgieron versiones de todo tipo con respecto al motivo detrás de ese cambio, y si bien oficialmente la salida de Pepe respondió a cuestiones personales, el mismo Cibrián luego aseguró que le pedían que fuera "más duro en las devoluciones".
Luego de esa modificación, el jurado quedó establecido y así se mantuvo hasta el último día. Claro que eso no impidió que hubiera algunos experimentos. Y así fue como llegaron miembros invitados como Flavio Mendoza, Marcela Morelo o Fátima Flórez. También hubo un intento de agregar el BAR, ese segundo jurado integrado por tres especialistas abocados al aspecto técnico de los números, y con la potestad de modificar el puntaje de cada pareja. Pero en el caso del Cantando 2020, eso duró apenas un solo ritmo, porque quienes lo integraban (Lourdes Sánchez, Aníbal Pachano y Laura Fidalgo), no estaban plenamente capacitados dar devoluciones técnicas sobre canto. Otra idea que solo se utilizó una vez, y que generó sorpresa entre los participantes, fue la de sumar un bolillero que le restaba o sumaba puntos a las parejas. De más está decir que esas ideas no prosperaron, y que el jurado base de cuatro integrantes nunca dejó de ser la mejor opción.
Entre las peleas y el canto
Las peleas, las internas y todo tipo de tensiones son (para bien o para mal) un ingrediente que se destaca en los Bailando por un sueño, y en alguna medida, algo de eso sucedió en el Cantando 2020. Durante sus casi seis meses en el aire, el reality tuvo un puñado de sonadas peleas. Eso que comúnmente se llama "barro" sin embargo, poco a poco perdió lugar, casi como si muchos de los participantes comprendieran que lo importante era destacar en el canto, y no en las discusiones. Desde luego que hubo varios episodios muy fuertes, como la renuncia de Alexander Caniggia después de una discusión con Oscar Mediavilla, las aburridas chicanas de Floppy Tesouro a Karina "La Princesita" Tejeda, las erupciones de Gladys "La Bomba Tucumana", y –quizá el que representó el punto más bajo en materia de buen gusto– el cruel comentario con el que Lola Latorre pretendió hacer un chiste sobre Nacha Guevara. La jurado, con la altura que la caracteriza, puso las cosas en su lugar sin necesidad de caer en el show mediático iniciado por la influencer (que por el repudio del público, al poco tiempo dio un paso al costado).
De esa manera, valga la redundancia, en el Cantando 2020 el canto fue más protagonista que las peleas. Y en ese sentido, el gesto de mayor madurez que demostró el reality sucedió en uno de sus últimos programas, cuando lejos de alimentar viejas discordias, Karina y Ángela Leiva hicieron las paces, y "La Princesita" le dijo a su colega: "Más allá de lo que pasó, podemos estar unidas como cantantes y como mujeres".
El protocolo, ¿prueba superada?
El Cantando 2020 comenzó en un momento muy álgido de la pandemia, y si bien los ciclos en vivo que respetan cabalmente las medidas de prevención en la Argentina pueden contarse con los dedos de una mano, el reality musical hizo un gran trabajo por establecer un protocolo interno que garantizara la seguridad sanitaria. Los participantes solían mostrarse con barbijo y con las distancias de rigor; Ángel y Laurita no se acercaban entre ellos más de la cuenta, y las coreografías con bailarines prácticamente brillaban por su ausencia. En ese sentido, el ciclo cumplió su objetivo y aún cuando hubo casos positivos de coronavirus, no se produjo jamás una serie de contagios como los que aquejaron a otros envíos. Pero sobre el final del reality, el respeto por el protocolo comenzó a relajarse: cada vez había más bailarines en escena, los barbijos no eran tan habituales, e incluso se empezaron a ver abrazos. Y todas esas eran señales inequívocas de cómo las distancias prudenciales, al menos desde los participantes, eran cosa del pasado, lo que brindaba un peligroso mensaje hacia el público en tiempos de rebrote de Covid-19.
Sorpresas, influencers y decepciones
Como es tradición en el Bailando por un sueño (o en el Cantando 2020, en este caso), hubo varios participantes que sorprendieron por su talento, otros por su carisma, algunos que no cumplieron con las expectativas y otros que pasaron sin pena ni gloria. En primer lugar, es llamativa la poca repercusión de los influencers dentro del certamen, y nombres como el de Lizardo Ponce, Lucas Spadafora, Mica Viciconte o Sofi Morandi no lograron un papel relevante. Otras figuras que no tuvieron la posibilidad de desplegar del todo sus encantos, fueron Laura Novoa o Federico Salles, mientras que otras concursantes como Melina Lezcano o Mariana Brey no recibieron apoyo por parte del público, y de ahí su breve estadía en el ciclo.
Sin lugar a dudas, las grandes sorpresas (por su nivel de empatía con los espectadores y su talento) vinieron de la mano de Luisa Albinoni, que ingresó como un reemplazo pero luego se quedó; Rodrigo Tapari y Rocío Quiroz, Miguel Ángel Rodríguez, o Dan Breitman, que junto a Nacha protagonizó uno de los grandes momentos musicales del certamen. De ese modo, el Cantando 2020 mezcló participantes para todos los gustos, y así encontró un muy buen equilibrio.
Los finalistas
Cachete: la gran revelación
"Nosotros veníamos por dos o tres temas, y estamos acá entre todos estos megatalentosos" confesaba Agustín "Cachete" Sierra en una de las últimas galas del certamen, cuando la posibilidad de la semifinal parecía lejana. Desde su debut en la pista, se hizo evidente que el actor era por lejos uno de los menos habilidosos para el canto. Pero Cachete tenía algo que trascendía su voz, y era su carisma en pantalla. Quizá como otro ejemplo de que en esta edición el el público se alejó de los participantes que generan barro, los televidentes respondieron favorablemente al respeto con el que Cachete recibía las críticas del jurado.
Junto a Flor Anca, una ladera ideal que supo mimetizarse con las posibilidades vocales de su compañero, Sierra se convirtió en el gran favorito de los espectadores, lo que le permitió seguir adelante cuando su voz era en lo que menos destacaba. Y durante su camino evolucionó, el jurado comenzó a felicitarlo (aunque no siempre), y nunca dejó de destacar su respeto y amabilidad. Cachete fue al Cantando 2020 para divertirse, y aunque aún no se sabe si será o no el ganador, es por lejos el participante que mejor capitalizó la inmensa vidriera que significó ese certamen.
Ángela Leiva y Brian Lanzelotta: el triunfo de la cumbia
En el Cantando 2020, la cumbia fue la gran protagonista. Desde siempre, ese género fue un semillero de talentos, y los representantes de la movida tropical que tuvieron la oportunidad de participar del reality, todos lograron destacarse. De ese modo, Tiago Gryffo, Gladys "La Bomba Tucumana", Rocío Quiroz y Rodrigo Tapari protagonizaron las semifinales gracias al apoyo del jurado y el público. Y de ese grupo, Ángela Leiva y Brian Lanzelotta fueron quienes llegaron a la final.
El recorrido de esa pareja fue fluido, sin altibajos, simplemente brindando números que siempre se destacaban por sobre la media. Sobre ese tema, Moria les dijo: "Ustedes fueron los que mejor regularon la velocidad durante el certamen. No tuvieron ni subidones ni mesetas, y nunca decayeron". Apoyados en sus talentos, y entregados a la labor de complementar de la mejor manera posible sus voces, Ángela y Brian recibieron un merecido lugar en la final. Poco a poco, ellos conquistaron el corazón no solo del público, sino también del jurado, que los elogió incansablemente y los alentó a pulir sus habilidades. De esa manera, ambos crecieron a pasos agigantados, Brian perfeccionando su voz, y Ángela confirmándose como una de las cantantes más importantes no solo de la cumbia, sino de la música en la Argentina.
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