A pesar de los estudios que existen acerca de la historia del pop, hay muchos misterios que continúan: ¿Quién mató a Jam Master Jay?; ¿Qué pasó exactamente la noche de la muerte de Sam Cooke?; ¿y cuál era exactamente la relación entre Johnny Cash y Richard Nixon? La nueva serie documental de Netflix ReMastered busca investigar estos y otros relatos durante los próximos meses, empezando con su primera entrada, Who Shot the Sheriff?, una examinación de los eventos que desembocaron en y siguieron al intento de asesinato de Bob Marley en 1976. Aquí, un par de cosas que dedujimos del documental de una hora, dirigido por Kief Davidson, que anteriormente hizo The Ivory Game, acerca de los activistas que tratan de mantener a raya el comercio de marfil en Africa.
Incluso en la época de Kanye-Trump, Marley era una figura política de un modo que los músicos contemporáneos quizás no se puedan imaginar.
Antes del intento de quitarle la vida, Marley estaba en medio de dos facciones en su país natal: el PNP (Partido Nacional del Pueblo), progresista y socialista, del primer ministro Michael Manley, y el JLP (Partido Laboralista de Jamaica) conservador, dirigido por Edward Seaga. Ambos querían usar la fama y la reputación de Marley como alguien que ayudaba a los pobres. ("Trenchtown Rock" habla de la batalla de Marley para permanecer neutral en esa atmósfera). Luego de que Marley revelara sus planes de un concierto a beneficio de Jamaica en diciembre de 1976, Manley anunció que el gobierno haría una elección poco tiempo después del show, sugiriendo así que Marley estaba trabajando con Manley. En el documental, los amigos recuerdan que aparecían matones en la casa de Marley para tratar de convencerlo de que cancelara el show, lo cual hacía que Marley se sintiera más estresado, y sospechara más de los políticos.
Tras cuatro décadas, todavía no sabemos quién trató de matar a Marley ni por qué.
La noche del 3 de diciembre de 1976, unos hombres armados se colaron en la casa, normalmente segura, de Marley en Kingston, hiriendo a Marley, su esposa Rita, su manager Don Taylor, y otros. La motivación detrás del mal golpe -donde casi muere Taylor, quien recibió la mayoría de las balas dirigidas a Marley- sigue siendo un misterio. Quizás estuviera conectado con el amigo de Marley Skill Cole, un jugador de fútbol jamaiquino que estaba en problemas con personajes desagradables; Marley estaba ayudando a Cole a pagar su deuda, según el documental, y quizás le hubiera faltado un pago. El PNP, si bien apoyaba abiertamente a Marley, también era considerado culpable: los guardias de seguridad del PNP que protegían a Marley en su casa desaparecieron sospechosamente esa noche, y los socios de Marley se preguntan si el motivo era responsabilizar al contrario JLP. Más tarde, Marley vio a un pandillero local, Jim Brown, y le dijo a un amigo que Brown estaba en su casa la noche del tiroteo. Pero Marley nunca denunció a nadie y dijo que el incidente había sido "una de esas cosas".
La CIA vigilaba a Marley.
El gobierno de Estados Unidos seguía a muchos músicos en los sesenta, pero su preocupación por Marley era palpable. Marley tenía una carpeta en la CIA (con documentos que muestra el documental) y fue catalogado como "subversivo". La CIA estaba particularmente preocupada por la relación cada vez más cercana entre Manley y Fidel Castro y temía que Jamaica siguiera a Cuba hacia el comunismo. Who Shot the Sheriff? se pregunta si el asesinato de Marley fue un intento de la CIA -que supuestamente le proporcionaba armas al JLP- para desestabilizar a Jamaica y empeorar la imagen de Manley. Un informante del JLP (cuyo rostro y voz aparecen distorsionados) dice que Seaga sabía del plan a través de intermediarios, pero cuando se le pregunta esto mismo en el documental, Seaga hace una pausa y dice: "Nunca hablé con la CIA, man. No lo sé, en serio". Otra coincidencia: Carl Colby, el realizador contratado para documentar el concierto benéfico de Marley en 1976, era hijo del director de la CIA, William Colby (y se lo dijo al entorno de Marley en la época).
Además de la perennidad de su música, el concierto One Love Peace de 1978 demostró el poder de Marley.
Más allá de sus heridas, que incluyeron una bala en el brazo, Marley participó del concierto benéfico original de 1976 dos días después del ataque. Pero se fue de Jamaica la mañana siguiente para una gira de un año y medio, durante la cual vivió en Londres. ("Le gustaba que la policía no tuviera armas", dice Vivien Goldman, amiga de Marley, en el documental). Luego de una tregua con pandilleros violentos, Marley se convenció de volver a su país para un concierto que celebraría la nueva unidad del país, la cual duraría poco.
Acontecido en el National Stadium de Kingston en abril de 1978, antes de One Peace Love hubo grandes titulares que anunciaban el regreso de Marley. (Las noticias acerca de un terremoto que afectó al país ese mismo día tuvo menos espacio en los diarios). En el recital, Marley demostró una presencia escénica más salvaje y chamánica, resultado de sus giras internacionales, e invitó a pandilleros en disputa a subir al escenario -e incluso a Manley y Seaga, que se dieron la mano y posaron junto a Marley-. La seguridad fue manejada por locales, pero no hubo una tragedia estilo Altamont.
La paz no duró, y Seaga sería elegido primer ministro dos años después, pero One Peace Love no tiene parangón en cuanto a su demostración del poder de la música para curar a un país y una sociedad. Es una lástima que Marley ya no esté entre nosotros para recrear ese show ahora, en este país.
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