Bienvenidos a bordo: Hernán Drago contó la extraña obsesión que tiene cuando come aceitunas
Si se revisan las redes sociales, quien se deje llevar por los comentarios podría pensar que Hernán Drago es perfecto. No importa la edad, la raza o el credo, los comentarios hacia las virtudes del modelo son unánimes.
Pero si alguien le escapa al estereotipo es el propio Hernán, quien encontró en Bienvenidos a bordo el vehículo perfecto para mostrar sus virtudes histriónicas, hacer un juego antagónico con Guido Kaczka y crear un personaje divertidamente serio.
Pero para ir contra el mandato de la imagen faltaba algo más, y era bucear en su intimidad y en sus costumbres menos glamorosas. Se dio luego de una pregunta sobre las semillas de sandías (esas cosas que solo pasan en el programa), y la consiguiente reflexión del conductor: "Odio esa gente que cuando come sandías o mandarinas, para las semillas hacen ‘vasito’", refiriéndose a aquellos que las retienen en sus manos.
"¿Vos cómo hacés, Drago?", le dio el pie Guido para sacarlo de su zona de confort, y lo que menos se esperaba era la respuesta que dio su compañero: "En homenaje a mi abuelo, que me lo enseñó hace muchos años, no puedo comer una aceituna sin apretar el carozo con estos dos dedos (mostrando pulgar e índice) y ver cuán lejos llega".
Para llevar las cosas todavía más al límite Kaczka se mostró un experto en el tema, y le sugirió probar con semillas de sandía. "Con esas no intenté", le respondió Hernán dando por concluida una conversación demasiado bizarra e íntima para seguirla mucho más.
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