Bake Off Argentina: accidentes, lágrimas y resultados sorprendentes en el primer desafío múltiple
Los aspirantes debieron preparar ocho tartas con dobles rellenos y dos decoraciones distintas, pero una terminó en el piso
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En el tercer programa de esta nueva temporada de Bake Off Argentina, los aspirantes al mejor pastelero amateur del país tuvieron que encarar un nuevo reto: el desafío múltiple, en el que debieron realizar 8 tartas individuales con dos rellenos, pero cuatro con una decoración y las otras cuatro con otra, realizadas con los mismos ingredientes.
La primera en quejarse por la titánica tarea que debían realizar en dos horas fue Kalia, que el martes quedó en la segunda posición y se perfila como una de las referentes de sus compañeros a la hora de buscar consejos. Quien sí se mostró tranquilo fue Hernán, el ganador de los dos primeros desafíos.
“Lo más difícil es lograr una muy buena masa, que el relleno sea agradable y se sostenga y que la decoración sea igual en todas las tartas”, los alertó Dolli Irigoyen, antes de dar por comenzado el desafío.
El primero de los aspirantes al que la flamante miembro del jurado visitó en su isla fue Hernán, quien había comenzado a realizar una masa sablée. El problema es que había agregado los huevos a la masa desde un principio. Por eso, la cocinera “metió mano” en su preparación y los quitó.
Irigoyen, a su vez, no se mostró muy contenta con la decisión del participante, que fue quien tuvo la peor calificación el martes, por usar margarina en lugar de manteca. Minutos más tarde, su sospecha se volvió realidad, cuando vio que la masa le había quedado muy líquida. Otra vez, entonces, la jueza volvió a aconsejarlo: “Tenés que pesar. Hiciste masa como para un regimiento; usá la mitad. Agarrá la harina y agregale”.
Gino, a su vez, utilizó demasiada sal, pero fue “salvado” por Damián Betular y Pamela Villar, que, al notarlo le hicieron comenzar de nuevo la preparación. El aspirante, además, quiso reivindicarse realizando nuevamente una crema pastelera, una preparación que no le había quedado del todo bien en su último desafío.
Al pasar por las estaciones, Villar y Betular notaron que algunos aspirantes estaban trabajando en medio del caos. “¡Tenés un quilombo! Y hasta está inundada la bacha”, le marcó el jurado a Gianluca. Al interrogarlo sobre los ingredientes de su preparación, se sorprendieron al ver que pensaba combinar remolacha, kiwi y mango.
Belén, a su vez, no lograba que la crema de menta que pensaba usar lograra su punto. “Me duele la panza. No llego. No voy a llegar”, se quejó. Pero el peor accidente lo protagonizó Kalia, luego de que le hiciera caso a Villar y llevara sus tartas a último momento al abatidor. “Tengo miedo de resbalarme”, se justificó primero. Y, si bien su predicción no se cumplió a rajatabla, estuvo cerca. Al abrir el abatidor una de las tartas se cayó al piso y no tenía una de más para reemplazarla. “Quiero llorar”, reveló a cámara, y terminó siguiendo el consejo de la jurado: presentar en un vaso los restos de la tarta rota para cumplir con la consigna.
Llegó entonces el momento en que los tres jueces probaran las preparaciones y dieran su veredicto. El primero en pasar al frente fue Emiliano, quien se llevó puros elogios: “La masa está muy bien, la base también. La pastelera está brillosa y la ganache está muy rica. Está impresionante. Las capas de sabor son extraordinarias”.
El segundo fue Gabriel, quien casi pierde su preparación camino a su encuentro con los jurados. Al probar sus tartas, los especialistas indicaron: “La masa quedó un poco gruesa y le faltó consistencia a la pastelera con banana. Llegaste a hacer ocho tartas, pero lo demás no”.
Carlos corrió con mejor suerte, pero también cosechó críticas: “A la masa le falta cocción y está gruesa. La capa de frambuesas y la curd de limón están fantásticas. El merengue está mal, y nos dijiste que ibas a ser unos puntos de gel y terminaste haciendo un espiral, que quedó como si le hubieses puesto ketchup”.
Kalia volvió a romper en llanto al enfrentar a los jueces, pero las devoluciones que consiguió fueron bastante buenas: “La decoración es muy vos, la masa está bien cocida, pero no hubiese mezclado los elementos. Todo está en armonía”:
Gisela pasó al frente sin estar del todo segura sobre si su preparación estaba bien cocida, pero ese no era el principal problema de su plato: “Los sabores que elegiste están bien, pero la masa invade mucho a la naranja. No cocines con miedo. Lograste un buen resultado. Relajate y disfrutá de este momento”, le recomendaron.
Llegó luego el turno de Ximena. “Es muy difícil colocar la masa en cuadrados y están impecables. Es muy buena la combinación de cacao, el chocolate blanco y frutilla. Faltó un poco de presentación, pero te estás superando. Están muy prolijos y hay una muy buena ejecución”, expresaron los jueces. Y a diferencia de lo ocurrido el martes, esta vez las devoluciones dejaron conforme a la aspirante.
Celeste llegó confiada con su original propuesta: una deconstrucción de la clásica manzana con caramelo y pochoclo. Sin embargo, no terminó convenciendo del todo: “La masa está muy gruesa, pero cocida. Yo no habría puesto el pochoclo en el relleno, porque se siente como arena. La idea fue muy buena”.
La presentación de Silvina fue una de las más vistosas, pero a pesar de las excelentes devoluciones, un detalle le jugó en contra. “Está riquísima. La consistencia de las cremas es perfecta, pero la consigna decía que había que usar los mismos ingredientes en la decoración”, coincidieron Betular, Villar e Irigoyen.
“¡Qué pasó con la gelatina! No hiciste hervir el mango con el jugo de naranja”, le marcó Dolli a Gianluca, al ver su presentación, y le cuestionó, también, el uso de la remolacha. Betular, que odia el kiwi, hizo un gesto extraño al probarlo. “La masa se mojó, no hay crema y hay demasiado kiwi”, le marcaron y le recomendaron ir a lo seguro.
Gino fue muy nervioso a enfrentarse con el jurado. “Hay una mala interpretación de ustedes de la consigna. Voy a defender mi tarta. Debían tener los mismos ingredientes”, se excusó, mitad en broma, mitad en serio, antes de que probaran sus tartas. En realidad, se había olvidado de que las tartas debían llevar dos rellenos. “La masa está muy bien y la pastelera es perfecta, pero falta la decoración o un relleno. Sos como un niño que no lee el enunciado del problema. Concentrate en lo que te pedimos”, expresaron los jueces en su devolución.
Belén fue por un clásico: menta con chocolate, y cumplió la consigna. Sin embargo, no logró convencer a los jueces: “Hay mucha masa y poco relleno. Hay un exceso de esencia de menta y el sabor le gana a todo. Hay que trabajar más en la decoración”.
Hernán esta vez no logró el mismo resultado que los días anteriores: “Calculaste más las medidas de los ingredientes de la crema pastelera. No están armadas prolijamente, pero están ricas”.
“No le sacaste las semillas a las frambuesas”, notó Betular al probar las tartas de Paula. Y continuó: Me gusta mucho la idea y los colores, pero hubiese sacado el licor irlandés. A la masa le falta cocción”.
Luego pasó al frente Facundo, que tenía dudas con la cocción de la masa. Sin embargo, su devolución fue una de las mejores de la noche: “Están muy lindas, como de vidriera. Combinaste los sabores y lograste una alquimia. Y está muy bien la masa; lograste tartas magníficas. Vamos a lograr esto como tu carta de presentación”.
Tras deliberar, el jurado eligió primero a los tres aspirantes que lograron peores resultados: Gabriel, Gianluca y Belén. Luego, dieron a conocer a los dos mejores: Facundo y Emiliano, a quienes volvieron a llenar de elogios. Finalmente, quien se llevó los cinco minutos extra para utilizar en la prueba del domingo, en la que uno de los concursantes abandonará el programa, fue Facundo.
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