En exclusiva, LA NACION conversó con el conductor, quien adelanta detalles inéditos del programa que este lunes 15 estrenará Telefe y que buscará quedarse con el rating líder que dejó Gran hermano
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Si en el reality Gran hermano -que acaba de finalizar su temporada por Telefe- el encierro estaba dado por la convivencia dentro de una casa confortable, muy bien ambientada y con amenities de ensueño; en Survivor, Expedición Robinson, el confinamiento se da, paradójicamente, por todo lo contrario. La inmensidad de la naturaleza en estado virginal, en un entorno paradisíaco, se convierte en el espacio de refugio, pero también de agobio, de los 25 participantes que competirán por un premio millonario.
El nuevo espacio, que se estrenará este lunes 15 de julio a las 22.30 por la pantalla de Telefe con la conducción de Marley, regresa a la televisión argentina, en un año donde no abundan las grandes producciones. Este formato, que tiene una realización de notable envergadura, se verá de domingos a jueves y tendrá la particularidad que la eliminación semanal de cada jugador no se dará en un día estanco.
“Survivor siempre fue mi sueño, pero es tan caro de realizar, por el presupuesto y por la realización que implican dos meses de grabación en una selva, que llevo diez años tratando de poder hacerlo; finalmente se me cumplió”, sostiene Alejandro “Marley” Wiebe, uno de los nombres estelares de su canal, quien viene de conducir la última edición de La voz argentina y el actual formato Por el mundo en el marco de la Copa América que se disputa en los Estados Unidos.
Además de la pantalla de la señal abierta, los episodios podrán verse en repeticiones que ofrecerá Disney+, plataforma que también ofrecerá Mucho más Survivor, Expedición Robinson, una versión expandida de cada capítulo. Por otra parte, Telefe volverá a apelar al stream, como lo hizo con Gran hermano, para potenciar los comentarios y polémicas en torno a la competencia. Las múltiples vías de consumo buscarán traccionar a las audiencias con una oferta amplia que abarcará prácticamente las veinticuatro horas del día.
Como en todo espacio de su linaje, este formato buscará azuzar el ojo voyerista del televidente. De eso se trata. Espiar por la cerradura, una vez más. Aunque, en este caso, los rasgos ociosos de Gran hermano mutan por una actividad incesante de parte de los jugadores. Sobrevivir, de eso se trata, casi como un simbolismo de la existencia. Este reality propone, al menos, aventuras que le permiten al televidente ir más allá de la expectación de la intimidad y adentrarse en la lógica con otra dinámica. Una especie de Proyecto Blair Witch -sin mediación del esoterismo- donde también los puntos suspensivos del destino mandan en medio de la jungla.
En el anticipo al que tuvo acceso LA NACION, ya durante los primeros minutos de aire del ciclo se comienzan a plasmar las “incomodidades” a las que son sometidos los jugadores. Marley adelanta que ese primer día será “el más largo del desafío”. No miente. Aún de noche, en plena madrugada, comienza la acción. “No es un viaje de egresados, nunca quise venir a disfrutar”, dice uno de los participantes y define el espíritu de este juego donde los que deciden adentrarse en él no contarán ni siquiera con comodidades esenciales como un baño. Acá la naturaleza y su brutalidad lo dominan todo.
Solo para valientes
Divididos en dos grupos (Norte y Sur), los “supervivientes” deben ir cumpliendo con diversos desafíos extremos donde entra en juego desde el potencial físico hasta el equilibrio emocional, ya que, a las condiciones extremas de la fauna y la flora salvajes, el clima impiadoso y la dificultad de las consignas a cumplir, se le suman la posible falta de alimentación y, reality al fin, los liderazgos, encontronazos, luchas de egos y disputas intestinas.
En definitiva, lo grupal da paso a los intereses individuales. “Los jugadores tienen que ser muy inteligentes, es una especie de ajedrez humano”, reafirma el conductor.
Los integrantes de ambos equipos, hombres y mujeres de diversas edades, provienen de los más diversos ámbitos. Un colectivero cordobés, una estudiante de derecho de Chubut, un empleado de una farmacia de la ciudad de Buenos Aires o una modelo entrerriana.
El más grande tiene 53 años y fue bombero rescatista de CABA, mientras que el más joven apenas suma 18 años y es un emprendedor de Pilar. Ya se viralizaron las imágenes de Iván, un entrenador orgánico nacido en Neuquén, quien, a los 29 años, va por todo y decidió tomarse un baño de mar completamente desnudo, lejos de sus compañeros, pero cercano para el lente de las cámaras. ¿Nace una estrella?
Aixa, Malena, Giselle, Baltasar, Malvina, Francisco, Samanta, Janet, Eugenia, Inés, Maru, Iván, Martín “Lobo”, Agustín, Tomás, Gabriel, Agustín, Martina, Braian, Fiorela, Julieta, Mauro, Martín “Colli”, Goldi y Juan Pablo, nombres que, en pocos días, serán familiares para el público. Algunos de ellos, incluso, posiblemente se conviertan en figuras mediáticas. Acaso el gran deseo de unos cuantos.
Para Marley “la gran diferencia que tiene el formato es que los que llegan tienen que armar su propia casa, proveerse el alimento y armar relaciones con los otros. Además, como existe la instancia del ´complot´, cada uno debe tener mucho cuidado en qué dice y a quién se lo dice”.
Así como se pondrán en marcha “juegos de beneficio”, en busca de elementos que faciliten la vida en la selva, también aparecerá el recurso de la “inmunidad”, otra de las piezas clave del engranaje, ya que permite que los votados para ser eliminados, puedan continuar en carrera. Sobre el final de la competencia, cuando los bandos se unifiquen, los participantes echados del juego pasarán a ser jurados, con lo cual, quienes van “sobreviviendo” deberán seducir a aquellos que fueron eliminados por ellos mismos. “Hay que ser muy estratega”, reconoce el conductor.
Infraestructura
Los campamentos donde se desarrolla la acción se encuentran ubicados al norte de Colombia, en la zona conocida como el Tapón del Darién, un lugar inaccesible. A simple vista, un verdadero paraíso terrenal. Sin embargo, la falta de recursos, los peligros de la fauna y los desafíos a cumplir convierten esa morfología geográfica en una pesadilla.
Survivor, Expedición Robinson insumió 60 días de grabación, el tiempo necesario para grabar los más de 70 juegos que conforman la temporada del ciclo. Si frente a cámaras puede verse a Marley y a los jugadores, ocultos para los televidentes existe un batallón de más de 200 personas que trabajó en la logística técnica y de producción.
Las cámaras de Telefe nunca dejaron de grabar, registrando las 24 horas del día todo lo sucedido en las 10 locaciones caribeñas que sirvieron como escenario. Un equipo médico y una lancha ambulancia estuvo a disposición de la producción y de los participantes de manera permanente.
Tal es lo agreste del sitio que ni siquiera cuenta con pista de aterrizaje. Solo modestas avionetas pueden descender sobre una pista improvisada que no es otra cosa que un poco de tierra abierta en medio de la selva para que los niños que conforman algunas de las comunidades originarias del lugar puedan jugar al fútbol. Cuando, cada tanto, una aeronave solicita su descenso por radio, un vecino se encarga de alertar a los chicos y dejar libre el “aeropuerto” para el aterrizaje y el posterior decolaje.
Marley debía atravesar la selva durante 50 minutos para poder llegar desde la casa donde se hospedaba hasta los lugares de grabación. “En el camino ibas viendo cómo se armaban y desarmaban los juegos; doscientas personas trabajando al mismo tiempo y una organización de relojería para que todo saliera maravilloso, aunque tuvimos algunos inconvenientes naturales que ya se irán viendo en el programa”, anticipa y siembra la incógnita el animador.
El entorno fue bien riesgoso tanto para los jugadores como para el equipo técnico y de producción de Telefe. Durante las grabaciones, la naturaleza propuso sus tiempos y “caprichos”. Desde tormentas inesperadas hasta la llegada de “visitantes” sorpresivos.
Una tarde, los participantes se toparon con una serpiente venenosa cuya mordedura puede resultar mortífera. Lo curioso de la especie es que suele movilizarse en dupla, con lo cual, encontrar al otro ejemplar del reptil ocupó mucho tiempo y preocupación.
Durante varias semanas, los integrantes del equipo de producción tomaron baños en el mar hasta que una aleta dio cuenta de la presencia de tiburones a muy pocos metros de la orilla.
Marley, la única estrella al frente del ciclo, si bien soportó también las inclemencias y las incomodidades de las grabaciones en exteriores, no la pasó tan mal como los participantes. “Me alquilaron una casa frente al mar con una vista bellísima, donde la puerta jamás se cerraba con llave. Era raro vivir de esa manera”, explica, aunque recuerda que “una noche me despertó un murciélago que había entrado a la casa; cuando se posó sobre mi cama, lo cubrí con una camisa y lo pude sacar”. Durante dos semanas, pudo estar acompañado por su hijo Mirko.
Escándalos
Las diversas ediciones del Survivor en el mundo no estuvieron libres de polémicas de los más diversos tonos. Hace dos años, en la versión que se vio por la televisión mexicana, participó el periodista de espectáculos Gabo Cuevas, quien suele mostrarse con poca ropa, y que generó más de un enfrentamiento con sus compañeros, especialmente con su colega Javier Ceriani, quien lo habría tratado de “don nadie”.
La convivencia en medio de la brutalidad de la naturaleza también hace emerger confesiones inesperadas. También en México, dos participantes hicieron catarsis y contaron sus historias de abuso.
En Estados Unidos, el representante Dan Spilo fue retirado de la competencia luego de haber sido acusado de manoseos inapropiados con una concursante y una productora del reality. Luego de ser expulsado, Spilo pidió disculpas públicas. El conductor del ciclo lamentó los hechos y reconoció que nunca antes había sucedido algo igual.
La actriz Itzel Peniche, concursante de la última edición del formato, habría recibido amenazas de muerte, lo cual condujo a su familia a iniciar acciones legales de protección.
Larga data
El formato es un producto ya conocido en nuestro país. Bajo el nombre de Expedición Robinson, Julián Weich condujo las dos temporadas del programa que salieron al aire por eltrece durante el 2000 y 2001, curiosamente, y al igual que lo que sucede en la actualidad, también años complejos para la economía nacional y donde la televisión ofrecía pocos productos de gran producción, trocados por ciclos de paneles y escasa inversión.
Hoy, con los servicios de producción de TIS, el formato de Banijay Rights -creado por Charlie Parsons hace más de 25 años- cuenta con ediciones en más de 50 territorios y más de 400 temporadas en todo el mundo. En Estados Unidos el programa siempre contó con la conducción del reconocido Jeff Probst, quien continúa aún hoy al frente del formato.
La elección del territorio para la grabación de la flamante temporada reside, desde ya, en que reúne las características geográficas que conjugan belleza natural, dificultades propias de un lugar agreste, pero también, en el apoyo recibido para la realización ya que el proyecto fue aprobado para recibir el incentivo CINA (Certificado de Inversión Audiovisual), otorgado por el gobierno colombiano y administrado por Proimágenes Colombia: un descuento tributario equivalente al 35% del gasto en servicios audiovisuales en el país.
Luego de las dos temporadas muy bien conducidas por Julián Weich hace más de dos décadas, Survivor, Expedición Robinson parece hecho a la medida de Marley, conductor muy acostumbrado a los ciclos realizados fuera de la comodidad de los sets televisivos. Claro que, esta vez, no se trata de recorrer la Gran Vía de Madrid y sus bares de tapas ni mostrar las bondades del Teatro de la Ópera Garnier de París.
“Creo que al juego le aporto experiencia porque soy un fan total, me vi las 46 temporadas de los Estados Unidos, alguna de Inglaterra y otra de Australia; así que conozco todas las situaciones posibles. Cuando vino gente de Inglaterra para ver cómo hacíamos el programa, no podían creer sobre mis conocimientos sobre el formato y tampoco entendían cómo los argentinos podíamos hacerlo. Creo que hemos atravesado tantas crisis en nuestras vidas que estamos preparados para todo, por eso vivimos la supervivencia extrema de otra manera con respecto a otras sociedades. Nos decían que estaban sucediendo cosas que en las versiones de otros países tomaron quince años. En la apuesta argentina sucedió todo mucho más rápido, porque los argentinos somos distintos”, finaliza Marley, con toda la expectativa puesta en el estreno.
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