Argentina, tierra de amor y venganza: Aldo revela su jugada en el nuevo plan
LA NACION
Los planes de la banda salieron a la perfección. El grupo de protagonistas pudo liberar a Bruno (Albert Baró) de la cárcel y ahora lo tienen oculto en el conventillo. Poco a poco, los personajes avanzan en sus nuevos planes de revanchay, en este contexto, uno de los roles más importantes es el de Aldo Moretti (Gonzalo Heredia).
Francesca (Malena Sánchez), luego de insultar a su hermano en la calle, sigue ayudando al español a permanecer escondido. A través de los túneles que abrieron tiempo atrás, los personajes pueden moverse cómodos a lo largo y ancho de la ciudad, y de esa forma Bruno puede regresar al conventillo. Pero allí, lo sorprende la presencia de Aldo. El hombre de confianza de Torcuato (Benjamín Vicuña) se cruza al español, y ahí mismo él lo acusa de traidor y de no haberlo visitado ni una sola vez en la cárcel. Moretti le devuelve el insulto y ambos se miran fijamente… hasta que finalmente se abrazan. Nada perece tener sentido, pero había algo que era un secreto: en realidad, el marido de Alicia (Mercedes Funes) siempre fue un espía en las filas enemigas.
En el diálogo entre los dos amigos, Aldo le explica que desde hace años está infiltrándose en el circulo de mayor intimidad de Torcuato, y que ahora todos confían en él. Por ese motivo, debe simular en público una pésima relación con sus antiguos aliados. Todo sea para mantener su fachada. Tiene un poder clave en el devenir de las futuras estrategias que se trazarán para atacar a Torcuato, porque nadie sospecha que él pueda clavarle un puñal en la espalda.
Mientras el trío de amigos se reencuentra, Bruno abre la ventana y ve una imagen que no esperaba, la de Lucía (Delfina Chaves) junto a su marido y un niño. El español no puede disimular el impacto de esa postal, y a Francesca le preocupa que su novio aún ame a la mayor de las Morel. Él niega que eso sea así, aunque comienza a obsesionarse con la posibilidad de que ese pequeño sea hijo suyo, teoría que sus amigos le niegan rotundamente.
Sobre el final del episodio, quien hace su reaparición en Buenos Aires es Raquel (Eugenia Suárez). Luego de estar varios años en Viedma junto a Salaberry (Luciano Cáceres), un traspaso del comisario a la Capital marca el regreso de la polaca. Contenta de volver, lo primero que hace es reencontrarse con sus antiguas amigas del burdel. Sin embargo, pronto volverá a verse con Aldo, que ahora es alguien de confianza de Samuel Trauman (Fernán Mirás).
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