Amy Schumer: en su nuevo especial de Netflix, la emprende contra Alec e Hilaria Baldwin, el embarazo y, sobre todo, contra sí misma
La plataforma acaba de sumar a su catálogo Emergency Contact, el nuevo especial de un personaje carismático y siempre envuelto en polémicas con otras estrellas
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En Emergency Contact, el nuevo especial de una hora disponible en Netflix, Amy Schumer hace chistes sobre el sexo oral, habla de los pro y los contra del Viagra masticable y se burla de la desaparición del erotismo en el proceso del matrimonio. Hay más de una broma subida de tono en este espectáculo filmado en vivo en Los Ángeles, donde Amy arrancó su rutina agradeciendo la ovación con la que la recibió el público que llenó el Teatro Orpheum para verla y escucharla con un comentario obviamente gracioso: “No hagan que los quiera”, les dijo a esos fans de una ciudad que siempre ha rivalizado con su Nueva York natal. Lo que en boca de otro humorista podría sonar vulgar, no suena como tal en Schumer, una comediante que le suma a su picardía, su acidez y su carisma una dosis importante de autoparodia. Son los indicios de su vulnerabilidad, que aparecen intermitentemente en momentos claves de todos su monólogos, los que terminan transformando potenciales groserías en visiones universales y reveladoras.
Parte de la eficacia de Schumer tiene que ver con su estilo relajado para clavarse la estaca de la autocrítica, una característica de la generación millennial, a la que ella pertenece y que es mayoría entre sus seguidores. Emergency Contact tiene mucho de eso y menos momentos emotivos y cargados de cierta formalidad que Growing, un show anterior también disponible en Netflix donde la comediante hablaba en serio sobre la experiencia del embarazo y el diagnóstico de autismo de su esposo. Y más importante aún, probablemente, es el resultado dramático (y humorístico, claro) de su admirable trabajo gestual: en ese aspecto es una de las mejores de su profesión.
En Emergency Contact también hay apelaciones al humor negro que son picantes, atrevidas, pero que combinadas con esos pasajes de autoflagelo, casi siempre vinculado con los traumas que nos provoca el paso del tiempo, mantienen un equilibrio saludable. Tampoco falta la faceta trash, que se mantiene viva pero en un contexto distinto: en los inicios en los clubes de comedia neoyorquinos, las cataratas de vómitos que contaba con pelos y señales se debían siempre a la ebriedad, más adelante tuvieron que ver con la hiperemesis (náuseas y vómitos intensos y persistentes) que la afectó durante su embarazo y hoy quizás son más simbólicos que concretos, una reacción que nos advierte con mordacidad sobre las sensaciones que le provocan el machismo o los personajes extravagantes y soberbios como Hilaria Baldwin, una de las víctimas más sonadas de Emergency Contact.
Schumer es impiadosa con la esposa de Alec Baldwin, una instructora de yoga que se casó con el actor en 2012 y tiene con él siete hijos. La insólita obsesión de Hilaria por difundir públicamente unas raíces españolas que aparentemente no tiene fueron un tema muy conversado en redes sociales hace tres años. Y que reaparece de vez en cuando. En este caso, reflotado por la comediante con un tono sarcástico y pendenciero: era cantado que calificar a Hilaria Baldwin de “sociópata” iba a incentivar polémicas. Y si, además, acto seguido se trae a la memoria el incidente en el cual Alec Baldwin mató accidentalmente a la directora de fotografía Halyna Hutchins durante un rodaje, el escándalo tenía que crecer. “A ninguno de los dos les importan las transgresiones del otro”, desafía Schumer en su envenenado ataque a los Baldwin. Es probable que la animosidad tenga que ver con él: Alec Baldwin tuvo una época complicada que incluyó problemas con el alcohol, incidentes con la prensa y la policía y sobre todo maltratos a su pareja de entonces, Kim Basinger, con quien mantuvo una relación muy turbulenta en los años 90. Y fue también el blanco de los dardos de Schumer cuando le tocó ser una de las presentadoras (las otras dos fueron sus colegas Regina Hall y Wanda Sykes) de la ceremonia de los Oscar 2022, la de la célebre bofetada de Will Smith a Chris Rock.
La obsesión de Schumer con Baldwin aumentó las críticas de sus detractores en redes sociales, que no son pocos. Se los empezó a ganar cuando bromeó con la muerte de Ryan Dunn, conocido por sus participaciones en la serie de MTV Jackass. Dunn murió en un accidente automovilístico en Pensilvania y a Schumer se le ocurrió decir en uno de sus espectáculos que habría sido mejor que el accidente lo sufriera Steve-O, otro actor del programa, famoso por los numerosos escándalos de su vida privada (desde el vandalismo contra algunos vecinos hasta la posesión de armas, pasando por escalar sin autorización el monumento a Lincoln en Washington D.C). Los fans de Jackass no la trataron nada bien a partir de ahí. Y al poco tiempo empezaron los rumores sobre supuestos robos de chistes ajenos, en particular a Dave Chappelle y sobre todo a Dave Attell, a quien ella señaló más de una vez como uno de sus comediantes favoritos.
Las acusaciones llegaron justo en un gran momento de la carrera de Schumer, cuando había sido nominada a un Globo de Oro por su protagónico en Trainwreck (2016), de Judd Apatow y era un ícono del feminismo en el terreno de la cultura pop. Tres comediantes estadounidenses (Kathleen Madigan, Wendy Liebman y Tammy Pescatelli) le echaron más leña al fuego asegurando en Twitter que Amy robaba chistes y los presentaba como propios. Los borraron rápido, pero muchos otros usuarios y medios online ya los habían capturado. Fue el revés de la trama de una época de gran éxito y elogios de medios como CNN y Time que la catalogaban de heroína por burlarse de su propio exceso de peso y por enfrentarse con decisión a un entrevistador un poco impertinente de la radio australiana, Matt Tilley, casualmente un comediante de stand up que en ese caso oficiaba de conductor radial. O que elogiaban su compromiso político y su valentía para reclamarle mejores pagas a Netflix. Pero que después amplificaron más de una vez los embates en su contra: cuando un columnista de The Washington Post la acusó de racista, cuando tuvo un incidente con un joven crítico independiente (Jackson Murphy) en Twitter al que señaló como sexista o cuando otra vez puso a prueba los límites del humor enviándole a su amiga Jennifer Lawrence, otra estrella envuelta muy seguido en polémicas, un ramo de flores el día que se enteró de que se había separado de su pareja, el cineasta Darren Aronofsky. ¿Qué problema había con ese detalle, en principio cariñoso? Nada menos que la tarjeta que lo acompañaba, en la que Schumer escribió de puño y letra “Siento mucho que vayas a morir sola. Con todo mi amor, Amy”.
Dónde verla
- Sexy por accidente (I Feel Pretty, 2018): Los rígidos cánones de belleza y los traumas que generan son el centro de esta comedia que levanta vuelo cuando los gags están a la altura del talento de su protagonista, pero que pierde eficacia cuando se ata demasiado a la moraleja políticamente correcta. Un atractivo especial de la película es la presencia de Michelle Williams, que compone a una glamorosa heredera de un imperio de la cosmética con gracia, frescura y atrevimiento. Disponible en Amazon Prime Video.
- Esta chica es un desastre (Trainwreck, 2015): La primera película que Judd Apatow dirigió sin ser autor del guion. Amy Schumer fue quien escribió esta frenética comedia que puede considerarse una extensión cinematográfica de la serie que ella misma protagonizó en Comedy Central, Inside Amy Schumer, o un anticipo zarpado de lo que luego veríamos en la serie Life & Beth (Star+). El personaje que interpreta Schumer es torpe para la vida social, vive su sexualidad de una manera particularmente intensa y rechaza abiertamente las convenciones de las relaciones de pareja. De allí provienen todos los esperpénticos desastres en los que queda envuelta, pero también hay en la historia un toque romántico que la aligera. Disponible en HBO Max y Movistar+.
- Expecting Amy (2020): Si la vida íntima de Amy Schumer siempre ha sido material decisivo para sus shows en serio, en esta miniserie de tres capítulos lo es todo: la comediante cuenta sin tapujos cómo vivió su embarazo y la hiperémesis gravídica que sufrió en ese período de su vida. También desnuda parte de su relación con el chef Chris Fischer y abre las puertas del proceso creativo que desembocó en el especial Growing que se puede encontrar en Netflix. Disponible en HBO Max.
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