Adrián Suar y Gustavo Bermúdez, en un desopilante sketch en un avión capitaneado por Pablo Codevilla
En la última edición de La divina noche de Dante, que conduce Dante Gebel desde Los Ángeles, el actor, productor y gerente de contenidos de eltrece recordó el éxito de Poliladron, que protagonizó con Laura Novoa, y habló de su vida junto a su gran amigo y colega
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En la última emisión de La divina noche de Dante, el late night show que conduce desde Los Ángeles Dante Gebel, rompió la rutina de su inicio como lo hizo cuando los invitados fueron Soledad Pastorutti, Marcelo Tinelli, Ricardo Darín o Guillermo Francella, entre otras grandes figuras que estuvieron presentes en el programa de eltrece. Esta vez, los invitados fueron Adrián Suar y Gustavo Bermúdez. Los dos amigos protagonizaron un divertido sketch en un avión que está por partir a los Estados Unidos. Apenas se ubican en sus asientos surge el primer problema: no están ubicados en primera clase. Todo parece ser una confusión, pero no. En medio de eso llega Gebel para ocupar el otro asiento disponible de la fila.
Al parecer, muy a tono con la época, hubo problemas en el presupuesto para el último programa del año y los números no dieron para comprar pasajes en primera. “Pero Tinelli viajó en business”, le recrimina Suar. En esta especie de comedia de enredos, el conductor del programa les reconoce que sumado al costo que implicó Tinelli y todas sus demandas extras y además, haber llevado a Moria Casán y a Graciela Alfano, terminó de limar el presupuesto del ciclo. Es en ese momento que, desde el rol de gerente de programación de la emisora, Suar le desliza una picante indirecta: “Me gustaría que el año que viene, si es que estás en el canal, este tipo de cosas las mejores...”.
Y es en medio de los reproches cruzados cuando se acerca el comandante del avión, personificado por Pablo Codevilla. Apenas los ve, se reconoce un fan de Gebel sin darle mucha cabida a los otros dos famosos sentados a su lado. En tono de confesión, les advierte que el vuelo va a tener mucha turbulencia, pero para aliviarle el vuelo, invita al conductor del programa a una confortable butaca de primera clase. “En el programa, no le voy a dar ninguna primicia”, masculla Suar a su amigo cuando ve a Gebel dirigirse hacia un lugar preferencial.
“La verdad cruda”
Tras el sketch, se inició la rutina del programa que se graba en un estudio de Hollywood. Luego del monólogo a cargo del conductor, la dupla descendió de un gran descapotable. “Fuiste uno de los primeros que le puso ficha al programa”, la agradeció Gebel a Suar.
Ya en plena conversación ambos actores hicieron un repaso por sus respectivas trayectorias. “Soy partidario de querer lo que uno hace y no hacer lo que uno quiera”, se sinceró Bermúdez. Ante la pregunta de qué haría Suar por fuera de su trabajo como actor, productor y gerente de contenidos no dudó: “Me quedaría sentado en una plaza, vería películas, iría a ver Boca. No se me despertó otra gran pasión a nivel profesional”.
Entre ambos reconocen que tienen una relación casi de hermanos. “Gustavo aporta sabiduría, es así. No tiene filtro, es una bestia. Es el que te dice la verdad cruda”, se sinceró Suar al hablar de la mejor virtud de su amigo. “Parecemos una pareja”, remató en tono de chiste. La conversación derivó hacia el mundo de la pantalla chica a lo largo del tiempo, “Nosotros empezamos en la televisión de los 80, que era otra televisión. Vivimos cómo se hacía televisión con dos cartones pintados. Vivimos muchas generaciones en la ficción”, apuntó Bermúdez, el actor de telenovelas como Celeste, siempre Celeste; Antonella o Luz de luna. En tren de analizar su propia trayectoria, el creador de Polka, la gran fábrica de ficción televisiva, inevitablemente reparó en Poliladron, la serie de televisión policial que permaneció en el aire desde enero de 1995 hasta julio de 1997 que protagonizaron Suar y Laura Novoa. Y ese fue el primer gran éxito de Polka, que emitió eltrece.
“Poliladron no es casualidad, pero a veces en la vida uno sueña y se te alinean los planetas o no; siempre hay una cuota de suerte en la vida”, recordó quien supo interpretar al personaje de Nene Carrizo. En medio de esa evocación recordó los aportes de hacedores televisivos como Hugo Moser, Alberto Migré o Abel Santa Cruz. “Poliladron fue una época, y lo hice con ayuda de mucha gente, no lo hice solo -apuntó-. Después me puse la cinta de capitán cuando empecé a tener confianza en mí mismo. A ese talento de la confianza no le gana nadie ni nada”.
Frente al rito del programa de confrontar al invitado con las distintas etapas que traza Dante Alighieri en el libro La divina comedia, Suar reconoció no haber conocido el infierno, pero sí el dolor transitado ante la pérdida de su matrimonio o la muerte de familiares directos. “En mi caso hasta de los momentos tristes aprendí algo”, señaló Bermúdez.
En la deriva de la charla de quien hasta hace poco estuvo protagonizando junto a su expareja, Griselda Siciliani, la obra teatral Felicidades, admitió que se arrepiente de muchas cosas. “He cometido muchos errores en mi vida como padre, como marido, como productor; pero he aprendido mucho”, afirmó. Y en un punto coincidieron: para ambos amigos el nacimientos de sus respectivos hijos fueron los momentos más plenos de sus vidas.
Al finalizar el programa, y luego de los saludos protocolares, Suar le dijo al conductor: “Te esperamos el año que viene”. Y como si fuera otro paso de comedia, igual que al inicio de La divina noche de Dante, el conductor retrucó: “Vamos a ver si arreglamos...”.
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