¡Adiós, KUWTK! El docureality que lanzó a la fama a las Kardashian se despide de la pantalla
Está medianoche, por E!, estrena la vigésima y última temporada del programa encabezado por la famosa familia de influencers
- 9 minutos de lectura'
En 2007, el apellido Kardashian no le sonaba a casi nadie más allá de los confines de Calabasas, un suburbio para los ricos y desconocidos de Los Ángeles. Allí se había instalado décadas atrás exitoso abogado Robert Kardashian, marginalmente famoso en los Estados Unidos por ser uno de los mejores amigos de O.J. Simpson y quién ayudó a representarlo en el juicio por el asesinato de su exesposa, Nicole Brown. De aquella primera dosis de relevancia pública nadie hubiese podido imaginar que el apellido de origen armenio se transformaría unos años después en un símbolo de la cultura de la celebridad vacua y global, de un negocio miles de veces millonario sostenido en selfies, escándalos mediáticos y las redes sociales.
Esta medianoche, cuando la señal E! estrene el primer episodio de la vigésima y última temporada del docureality Keeping Up with the Kardashians ya a nadie sorprenderá que la familia comandada por mamá Kris y sus hijas Kim, Kourtney, Khloe, Kendall y Kylie, además del ausente Robert, comparta cada detalle de su vida íntima con las cámaras. Un estilo de TV “realidad” tan invasivo como morbosamente fascinante. Un espectáculo que surgió y creció junto a las redes sociales y con los teléfonos celulares inteligentes como el mejor socio.
Gracias a esos avances tecnológicos y su impacto en la vida social a nivel global, las Kardashian, consiguieron pasar de celebridades clase C, parte del círculo de amistades de Paris Hilton, a potentadas reconocidas en todo el mundo y con influencia en cada aspecto de la vida pública norteamericana. El sueño americano que comenzó con la difusión no autorizada de un video sexual de Kim junto a un exnovio; de aquel escándalo menor a ser parte del cambio de la cultura pop de los Estados Unidos, su superficialidad atronadora hizo que algunos temas como la transexualidad, el abuso de drogas y el cyberbullying pudieran ser tratados y contemplados masivamente en su país.
Pero ahora las Kardashian parecen haber cumplido su ciclo. Al menos en el formato actual porque aunque su programa y su contrato con E! llegó a su fin, ya tienen un acuerdo con Hulu para nuevos proyectos televisivos, millonarias empresas con presencia constante en las redes y tantas cosas más. Lo que sigue son 8 de los momentos más destacados del programa que se va. Aunque las Kardashian quedan, claro.
Kim, la pionera de las selfies
Gran parte del mérito que se le atribuye a Kim Kardashian como la influencer original fue su dedicación de avanzada por las selfies. De hecho, antes de que existieran las cámaras frontales en los teléfonos, la empresaria solía retratar cada momento de su día con cámaras digitales, perfeccionando el arte de la cara en trompita antes que nadie. En uno de los primeros episodios del programa, mientras acompañaba a su hermana Khloé a la cárcel para cumplir su condena por haber conducido borracha, Kim seguía probando poses para molestia de su mamá. Años después, ese esfuerzo redundó en la publicación de Selfish, un libro de sus fotografías de más de 500 páginas.
Más extraño que la ficción
Con cuatro hermanas siempre dispuestas a apoderarse del centro de la escena, la competencia entre ellas, acompañada por una lealtad familiar a prueba de todo, llevó a que por momentos sus vidas parecieran una puesta en escena digitada por un guionista con más imaginación que sensatez. Así, llegó el casamiento de Khloé, la tercera hermana, la que por su altura muchos sospechaban podía ser la hija biológica de Simpson. Después de un mes de noviazgo, la joven se casó con el jugador de la NBA Lamar Odom, que se incorporó a la familia y al programa de inmediato. Curiosamente, cuando, ya separado de Khloé, destruyó su carrera profesional por problemas de drogas, fue rescatado por su ex familia política.
Enamorada del amor
Un casamiento casi saliendo de la adolescencia que, años después, admitió que estuvo motivado por el consumo de éxtasis y no el amor. Kim Kardashian ya era una celebridad reconocida en todo el mundo, una marca millonaria pero lo que le faltaba era una vida sentimental estable. Así, cuando conoció y se enamoró del basquetbolista de la NBA Kris Humphries, no demoró mucho en comprometerse con él y en empezar a planear su boda. Para sorpresa de nadie, ni la inicial del nombre del novio, ni el programa emitido por el casamiento del año, ni la fiesta de costo millonario pudieron impedir que 72 días después de la celebración, el matrimonio llegara a su fin. La buena noticia, en aquel entonces, fue que esa decepción le dio lugar a la aparición del talentoso Kanye West en la órbita Kardashian. Que su nombre empiece con K seguramente le allanó el camino.
Dos potencias se saludan
Con las cámaras propias y las ajenas siguiendo cada uno de sus movimientos, ningún aspecto de la vida de la familia quedaba fuera del ojo público. Lo empezó como una elección consciente del unido clan se transformó en un monstruo con vida propia. Y así, cuando el estilo de Kim empezó a cambiar muchos sospecharon que su relación con West era algo más que una amistad. Aunque en principio ellos se ocuparan de intentar ocultar su romance y de negarlo, lo cierto es que la discreción no es lo suyo. Y pronto, la influencia del músico y su esporádica presencia en el programa confirmaron que por fin Kim había encontrado a su media naranja.
Cuando el mundo conoció a Caitlyn Jenner
Parte del atractivo inicial del programa era el padrastro de las Kardashian, Bruce Jenner. Deportista olímpico y figura reconocida en los Estados Unidos por sus éxitos en atletismo, Jenner llevaba más de quince años casado con Kris con la que construyó una familia ensamblada que incluía a los cuatro hijos de ella y el fallecido Robert y los cuatro de él. Su papel como la voz de la razón y el ancla conservadora entre los alocados hijos de Kris le ganó a Jenner un nivel de popularidad que ni su medalla de Oro en las olimpiadas de Montreal le había conseguido. El problema es que su nueva vuelta en el centro de la vida pública ocultaba el sufrimiento íntimo de saberse una mujer transexual. Así que contra viento y marea, separado de Kris después de 25 años de matrimonio y después de la incesante persecución de los paparazzi, finalmente Bruce contó su verdad y se presentó en sociedad como Caitlyn Jenner. Un reality show propio y más de un puñado de escándalos públicos después, esta semana Jenner anunció que se postulará como candidata a la gobernación de California.
De Vogue a la página de policiales
París en plena semana de la moda. Para las Kardashian no había otro símbolo más acabado de su estatus como íconos de la moda que formar parte central de esa fiesta. Las chicas que regenteaban una boutique familiar en Calabasas de repente tenían acceso en primera fila a lo mejor de la moda, tapas aseguradas con la revista Vogue y el mundo a sus pies. Y lo demostraban públicamente a través de las redes. Especialmente Kim, que documentaba cada uno de sus pasos por Instagram. Así fue que la exposición que catalizó su entrada al paraíso casi le cuesta la vida. Es que luego de su llegada a París, Kim utilizó las redes para mostrar las joyas que había llevado consigo y una banda de ladrones pudo así planear el robo a mano armada que la sorprendió en su habitación de hotel en París. La traumática experiencia y sus consecuencias emocionales tuvieron su espacio en el programa dónde por fin, la familia entendió que la exposición mediática podía ser peligrosa.
De niñas a billonarias
Cuando comenzó el programa, en los márgenes de las escenas con los cuatro hijos mayores de Kris aparecían las pequeñas Kendall y Kylie Jenner, las hijas del matrimonio de Kris y Bruce. De doce y diez años, respectivamente, las chicas se divertían con las excentricidades de sus hermanos mientras lidiaban con una infancia que pasó del anonimato a las tapas de las revistas. Crecer en pantalla, se sabe, no es sencillo para nadie y probablemente sea aun más complicado cuando tu mamá ejerce también como manager de todo el grupo familiar. Lo cierto es que a pesar de un par de situaciones incómodas, ambas consiguieron salir de la sombra de sus hermanas para construir algo propio. En el caso de Kendall, logró tener la carrera como supermodelo con la que siempre soñó y a la benjamina Kylie su afición por el maquillaje y especialmente los lápices labiales, la llevaron a ser la “empresaria más joven en ser billonaria”, según la revista Forbes.
Kim en la Casa Blanca
Pocos momentos representan el largo camino transitado por las Kardashian que ese episodio de la temporada 19 en el que Kim llega de impecable traje a la Casa Blanca y es recibida con la pompa y circunstancia digna de un dignatario. Aunque fue su futuro exmarido, West, quien participó como candidato a presidente en las últimas elecciones, fue ella, la chica del trasero monumental, los escándalos y las cirugías plásticas quien accedió a la oficina oval en ese momento ocupada por Donald Trump para hacer uso de su influencia. En este caso no se trataba de vender su línea de ropa o cosmética sino de apoyar una nueva ley para asistir a personas encarceladas injustamente. Así, la modelo que no podía dejar de sacarse fotos de la primera temporada, cerrará el programa con más de un triunfo político y a punto de transformarse en abogada. Un arco narrativo digno de la primera famosa coronada por las redes sociales.
Otras noticias de Kim Kardashian
Más leídas de Espectáculos
"Con vos es 4 de noviembre". Qué significa la canción de Tan Biónica escrita por Chano
Eterno Roberto Carlos. Un artista “de antes” para el que las canciones están por encima de todo lo demás
Confirmación de romance. El video de Wanda Nara y L-Gante a los besos en el que se dijeron “te amo” por primera vez
Un rodaje envenenado. La película más cruel de Hitchcock, que retrató su obsesión con una actriz inaccesible y resultó un amargo fracaso