Actores Sub15: cuando estar en pantalla es como un juego

Llegaron para hacer la nota con cierta timidez. Los tres se conocían de la pantalla, pero no personalmente. Maite Lanata (10 años), muy distinta a su personaje de Almita en El elegido, tomó la palabra enseguida y empezó a compartir con sus pequeños colegas las adivinanzas de una revista que traía. Tupac Larriera (14 años), con un desenfado similar al de Franco, el hijo de Guillermo Francella que interpreta en El hombre de tu vida, fue el primero en contestar. Joaquín Flamini (10 años), que interpreta al hijo adoptivo de Julio Chavez en El puntero, se mantuvo serio un rato, pero de repente largó un chiste con la misma gracia que tiene su personaje en el programa. Hora y media después, luego de la sesión de fotos y la charla para la nota, se fueron intercambiando direcciones de mails y teléfonos, con una amistad en ciernes, de esas que el ego de sus colegas más grandes a veces no permite crear.

–¿Cómo aprenden a hacer lo que hacen cuando actúan?

Tupac Larriera: – Soy mucho de mirar cómo actúan los demás y sacar algo de cada uno y convertirlo en algo mío. Eso para hacer comedia Para hacer drama soy más de experimentar hasta sacar lo que quiero. Me paso mucho tiempo experimentando cómo llorar por diferentes cosas, por ejemplo. Es diferente llorar porque te abandonaron a llorar porque te cagaron a trompadas, por ejemplo. Yo ensayo y ensayo hasta que encuentro la manera de cada una.

–Solución de menta en los ojos y esas cosas, no, ¿verdad?

TL: –A veces sí, porque repetís muchas veces la escena y ya no te salen más lágrimas sin ayuda.

–¿Y a quien copias?

TL: –Francella es uno de mis preferidos. Lo veía de siempre en televisión y en algunas de sus películas. Otro es Jim Carrey. Me encanta tratar de imitar lo que hace.

Maite Lanata: – Para hacer de Almita yo no tenía mucha referencias. Nunca había visto a una chica autista en la tele. Sí en mi escuela, que es una escuela integradora. Conozco a dos chicas que tienen algunos problemas de autismo, pero no como los que mostraba el programa. Busqué algo en Internet y así fui armando lo que tenía que hacer. Para llorar algunos actores me dicen que ellos se acuerdan de cosas feas que le pasaron. El problema es que yo no me acuerdo nada feo que me haya pasado.

–¿Y cómo hacés?

ML: – Miro fijo a un punto y al rato me salen las lágrimas.

Joaquín Flamini: – Yo pienso en mis abuelos que se murieron y así lloro.

–Pero seguro que para hacerte el canchero como en El puntero no necesitas ayuda...

JF: (Se ríe) –No, eso me sale perfecto.

–¿Les gusta la música? ¿Qué tipo?

TL: –Yo escucho todo tipo de música. Ultimamente lo que más escucho es rap.

–¿Te gusta escuchar o también tocar?

TL: –Me gustaría componer rap, pero en inglés. También algún día aprender guitarra. Otro hobby que tengo es dibujar. Suelo diseñar grafittis en mis cuadernos cuando en el colegio tengo algún rato libre.

–¿Y los deportes?

JF: –El año pasado yo hacía handball y rugby. Este año solo hago rugby, pero me encantan los deportes.

ML: –Yo cero deportes. Lo que me gusta es cantar. Pero me pasa es que para cantar soy tímida. Eso no me pasa cuando tengo que actuar.

–¿Son vergonzosos para actuar?

JF: –Cuando empecé, sí, pero con confianza eso se va.

TL: –Cierto, con la confianza te acostumbrás. Depende mucho de quien te acompaña. Algo que ayuda mucho es improvisar sobre lo que tenés que decir. Es mágico, hacés lo que marca la escena como si no hubiera nadie alrededor.

La fama es así

Los tres empezaron a actuar en publicidades. Tupac siguió su carrera en cine en las películas de 100% Lucha, El pozo y El informe. En TV estuvo en Consentidos, Epitafios y ahora en el programa que dirige Juan José Campanella. Maite hizo un papel en la película Mía, que se estrena hoy (ver aparte) y luego, su rol en la tira con Pablo Echarri. Por su lado, Joaquín tuvo su primer papel en la pantalla chica en la serie Impostores, con Leonardo Sbaraglia y Leticia Brédice, luego estuvo en Caín & Abel junto a Joaquín Furriel y Julieta Cardinali, y ahora participa del elenco del programa que emite El Trece.

–¿Cómo se llevan con sus compañeros de elenco?

ML: –Con Leticia [Brédice] me llevaba bárbaro. Me enseñó mucho. Es una genia para improvisar. Me gusta como actúa. Es muy divertida.

JF:– En este momento, con la que mejor me llevo es con Gabriela Toscano. En Caín & Abel, mi amiga era Julieta [Cardinali] y en Impostores Leticia [Brédice] y Leo [Sbaraglia].

–¿Les cuesta organizarse con la escuela?

TL: –En mi caso, por ejemplo, estudio comedia musical los sábados porque no grabo. Al colegio voy por la mañana y las grabaciones son por la tarde. Pero también me dan algunas facilidades. Si me tengo que ir más temprano, después me lo justifican.

ML: –Tuve oportunidad de ir todos los días a la escuela. Las grabaciones de El elegido eran a horarios diferentes a los que iba al colegio. Algunos días sí, por la tarde tenía algunos talleres de deportes o teatro que podía recuperar y rendir después. La verdad es que me arreglé bien.

JF: –A mí me pasó como a ellos. Tengo escuela a la mañana y las grabaciones son por la tarde. Si alguna vez tenía que faltar, me justificaban.

–¡Y vos te hacías un problema!

JF: (Se mata de risa) ¡No sabés la lástima que me daba!

–¿Le piden ayuda a sus familiares para aprender la letra?

MT: –¡Sobre todo yo que tenía tanta letra en El elegido!

(Carcajadas)

TL: –A mí me dejan decir la letra de una manera muy particular. Tengo que leerla varias veces y después decirla como me salga, aunque no sea exactamente lo que estaba escrito.

ML: –Así sale mejor. Cuando te la estudiás exacto, sale muy rígido.

JF: –A mí tampoco me cuesta aprenderme la letra. La leo un par de veces con los ojos cerrados y ya está. Es más, la estudio en el cuarto de mamá viendo la tele.

–¿Cómo los tratan en la calle y sus compañeros de colegio?

TL: –La típica es que en el colegio te pidan que les traigas un autógrafo de tal o cual. O si no, te dicen: "mandale saludos a tal". ¿Para qué? Si "tal" no lo conoce. (Risas)

JF: –Cierto. Esa es la típica. Uno le dice que sí, pero nada.

TL:–A veces, cuando salgo con mis compañeros y se acerca gente a pedir fotos, ellos se meten y bromean que cuesta 5 pesos. A mí me da vergüenza, pero ellos me dicen: "Flaco, estás con Francella ¿Sabés lo que cuesta una foto tuya?" y nos matamos de risa.

ML: –En mi grado al principio se burlaban. Ahora ya no dicen nada.

JF: –A mí los primeros días algunos compañeros quisieron cargarme, pero como saben que soy de pocas pulgas y estaba empezando a engranar, la cortaron enseguida.

ML: –Cuando estaba haciendo el personaje de Almita, si por la calle la gente me pedía que hablara, sólo les decía que no con la cabeza.

Para terminar les preguntamos si de grandes seguirán actuando. "¡Sí!", contestan Maite y Tupac a coro. Joaquín se que callado. ¿Vos no?Niega con la cabeza. "Cuando sea grande quiero jugar al rugby", confiesa. Habrá que avisarle a los colegas de deportes, porque seguro que hasta ser Puma no para.

JOAQUÍN FLAMINI
10 años
Comenzó su carrera en distintos comerciales. En televisión participó de Impostores, Caín & Abel y ahora está en El puntero.

TUPAC LARRIERA
14 años
Empezó haciendo comerciales. Luego trabajó en cine en la películas 100 % Lucha, El pozo y El informe. En televisión estuvo en Consentidos y ahora en El hombre de tu vida.

MAITE LANATA
10 años
Tambien empezó haciendo publicidades. En televisión acaba de interpretar a Almita, la hija autista de Pablo Echarri. En cine trabajó en Mía.

EL PEQUEÑO TRABAJO DE UNA ACTRIZ DE CINE
Hoy se estrena la película Mía, en la que Maite Lanata comparte rol protagónico con Rodrigo de la Serna y Camila Sosa Villada. Esta película es la primera incursión en el largometraje del actor, guionista y director Javier Van de Couter, que luego de dirigir el mediometraje experimental Perro amarillo (2005), se sumerge de lleno en este melodrama cuyo principal protagonista es una travesti en busca de la felicidad.

El personaje con el Maite Lanata hace su debut en lla pantalla grande es el de Julia, una niña que perdió a su madre hace poco y vive con su padre alcohólico (De la Serna). Ale (Sosa Villada) es una travesti que trabaja como cartonera y vive en una villa miseria conocida como la Aldea Rosa, un asentamiento ubicado entre la Ciudad Universitaria y el Río de la Plata que surgido a mediados de la década del 90 tras las polémicas declaraciones del entonces arzobispo de Buenos Aires, Antonio Quarracino, acerca de la construcción de un ghetto que albergara a gays, lesbianas y transexuales.

En su recorrida diaria por la ciudad en busca de basura, Ale encuentra en la calle el diario íntimo de Mía, la madre que murió. A partir de allí, Ale trata de ponerse en contacto con esa familia. La relación entre ella y la autora del diario, sumado al deseo de ocupar su lugar, en especial junto a la pequeña Julia con la que se lleva de maravillas, la llevarán a descubrir su verdadera naturaleza.

"Venía con la idea de hacer una película con este tema desde que vi un trabajo de tesis sobre la Aldea Rosa de alumnos de la carrera de diseño de imagen y sonido de la UBA", aseguró el director en declaraciones a la agencia Télam.

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