Una sincronizada pintura con aires de Molina Campos
La denuncia / Autor: Rafael Bruza / Dirección general: Claudio Martínez Bel / Intérpretes: Marcelo Mazzarello, Gastón Ricaud, Marcelo Xicarts y Federico Cécere / Iluminación: Pablo Alfieri / Escenografía, vestuario y diseño de máscaras: Gabriela Aurora Fernández / Música original: Esteban Ruiz Barrea / Asistencia de dirección: Florencia Orce / Teatro del pueblo, Av. Roque Sáenz Peña 943 / Funciones: miércoles, a las 20 / Duración: 70 minutos / Nuestra opinión: muy buena
Por un camino que articula recursos procedentes de distintas fuentes teatrales (algo de la picaresca criolla o las máscaras y trasmutaciones de la comedia del arte, entre otros), el autor santafecino Rafael Bruza, de larga y reconocida trayectoria como dramaturgo, director y actor, logra recrear un suceso de comienzos del siglo XX, según él lo consigna verídico, en un muy divertido fresco de costumbres que, por momentos, recuerda al desenfado erótico de algunos de los cuentos de El Decamerón de Giovanni Boccaccio, si bien trasladado a un ambiente de la pampa gaucha donde los rostros y las figuras tienen el estilo de las pinturas de Florencio Molina Campos.
Historia políticamente incorrecta vista desde los ojos contemporáneos, pero por contraste reveladora de cuánto ha cambiado en un siglo la situación de la mujer en el mundo y en propio país, no obstante todo lo que aún se debe avanzar, la obra de Bruza va mostrando los hechos que se producen en una comisaría de Las Flores en 1909 a partir del momento en que una viuda, Angélica Solores, llega a esa dependencia administrativa a denunciar que su pareja, un foguista de tren llamado Bonifacio Estrella, ha seducido y embarazado a sus dos hijas de 18 y 15 años después de haber vivido con ella durante un tiempo en la misma casa. Y le confiesa a esa autoridad, el comisario Marcos Andrade, que está dispuesta a casarse con el abusador con tal que se quede en la casa y mantenga a toda la familia.
Los distintos episodios de esta pieza son desarrollados por cuatro actores que cambian una y otra vez de roles. Llegan al lugar como intérpretes de una compañía y se dirigen a una suerte de camarín único, sobre el fondo del escenario, donde encuentran las diversas ropas y máscaras que deben usar para mutar en sus distintas criaturas. Delante, sobre la izquierda, se instala la oficina de la comisaría y a la derecha ocurren los demás acontecimientos. Y en ese fluir de cosas surgen los personajes, entre los cuales los más destacados son el comisario, su ayudante (el sargento Feliciano Troncoso), la viuda y el ferroviario. Éste (Marcelo Mazzarello) tiene un par de pasajes muy logrados en el texto cuando habla, en un tono lírico que no elude el humor, de su oficio, del hechizo que le producen las estaciones con nombres de mujeres y de esa existencia siempre en tránsito, nómada a que lo condena su condición laboral.
Bruza trabaja con habilidad los diálogos y las situaciones, siempre chispeantes y oportunas. Con la dirección muy cuidada y atenta de Claudio Martínez Bel, los actores -en una atmósfera de luminosidad entristecida, como era en aquel entonces y en especial en los espacios rurales- cumplen sus labores con una sincronización perfecta, de relojería. Y logran impactar a los espectadores con composiciones de una teatralidad fresca, graciosa y muy atrayente.
Estreno
Una pareja en conflicto
Mañana se estrenará Te mataría (antología de un desencuentro), sobre textos de Mariela Asensio, con dirección de Paola Luttini. Es un recorrido por la historia amorosa de un hombre y una mujer que no pueden estar juntos, pero tampoco separados. Se buscan y se repelen con la misma intensidad, confundiendo amor y odio. Con Raquel Ameri, Guillermo Jáuregui y Guillermo Dorfman, los jueves, a las 21, en El Extranjero, Valentín Gómez 3378 (4862-7400).ß