Una familia muy poco normal
Comenzaron haciendo dos funciones semanales y ahora hacen 6 con igual éxito
La información "oficial" del espectáculo teatral La omisión de la familia Coleman cuenta que la obra trata de "una familia viviendo al límite de la disolución". En otro párrafo habla de "una convivencia imposible". A la luz del tiempo transcurrido, parece un chiste. Es que los Coleman resisten, aguantan y superan barreras casi infranqueables dentro del esquema de producción y exhibición del circuito alternativo. De hecho, hoy, el espectáculo de Claudio Tolcachir festeja su quinto año de vida.
Comenzaron el rito de contar la trama de esta familia al borde de la disolución permanente otro fin de semana de agosto de 2005. La función de aquel sábado fue a las 21, en un PH ubicado al fondo de un largo pasillo, en un departamento devenido sala teatral, que se llamó Timbre 4. Barrio de Boedo, para más datos.
A poco de estrenarse, la obra comenzó a ganarse un lugar. A cinco años de aquella noche de estreno, La omisión de la familia Coleman se convirtió en un fenómeno que pasó por 35 festivales internacionales, se presentó subtitulada en más de cinco idiomas; su texto tuvo dos ediciones que se evaporaron al poco tiempo; hizo dos temporadas en Madrid y hará otra en París y Barcelona; ganó 12 premios (entre nacionales e internacionales), y desde hace poco se mudó a la vuelta del viejo PH donde pasó de dos funciones semanales a las actuales seis en una nueva sala (una extensión de Timbre 4), que triplica la capacidad de aquel lugar donde nació la leyenda.
Seguramente, para cada uno de los actores y para el mismo Tolcachir, la historia de esa familia implica, en términos artísticos y personales, un punto de inflexión. A lo largo de todos estos años, aunque ellos hayan anticipado que la convivencia en esa familia era imposible, en el elenco hubo un solo cambio. El resto sigue igual (igual de contundente, igual de desbocado, igual de violento y de patético en un espectáculo con rasgos de un grotesco muy actual).
En el mapa de la escena alternativa, son pocas las obras que logran una vida tan prolongada en el tiempo ( Open House llegó a las ocho temporadas, pero con mucha intermitencia y haciendo una única función semanal). Cuando se estrenó Coleman, comenzaron su ruta otros 11 espectáculos. Como es lógico para la lógica del circuito alternativo, ninguno de ellos sobrevivió a nuestros días, aunque, entre esos montajes, estaba Los mansos , la creación de Alejandro Tantanian que perduró en cartel tres temporadas (la misma cantidad de años de vida que actualmente tiene Lote 77 , el trabajo de Marcelo Mininno).
Por eso mismo, la permanencia y éxito de La omisión de la familia Coleman se convierte en un signo para analizar que permitió al grupo una consolidación (aun en términos económicos) que nadie ni ellos mismos imaginaban hace cinco años.
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