Un extraño mito del tango
El regreso de Mario Cárdenas / Libro, dirección e interpretación: Luis Longhi / Piano, arreglos y dirección musical: Víctor Simón / Cantante invitada: Emma Longhi / Funciones: miércoles, a las 21 / Sala: Pista Urbana, Chacabuco 874 / Nuestra opinión: muy buena
Dicen que Mario Cárdenas debutó como cantor en 1969, a los 14 años, en los estudios de Radio Nacional, con el acompañamiento del maestro Carmelo Pizzarotti. También argumentan que se hizo muy famoso al pasar por el programa televisivo Nuevos valores y lideró shows multitudinarios en los carnavales de 1974. Parece que su primer long-play, Tangos a la bartola, batió récords de venta en toda América. Luego tuvo que exiliarse en Francia hasta 1991. Pasó el tiempo, pasaron los gobiernos y el misterio de por qué tantos años de ausencia, pero Mario Cárdenas volvió a abrazar a Buenos Aires en pleno San Telmo. "Hay que saber ir y hay que saber volver, la patria y el tango se lo merecen", dirá el astro.
Esta mística es el eje de la nueva propuesta del polifacético Luis Longhi, que aquí encarna a un personaje entrañable. Mario Cárdenas, en el cuerpo del actor, es una perdida gloria del tango que ansía volver al ruedo y lo hace con prepotencia de poesía, con ironía de empedrado y verba de tertulia barrial. Pista Urbana también es un lugar entrañable, donde atiende su propia dueña, que también oficia de anfitriona. Es el sitio perfecto para el "regreso" de este tipo al que los años le encorvaron la columna, le dejaron un bracito "discontinuo" y media parálisis en el rostro. Pero eso no es impedimento para alguien que tiene la fuerza del arte y una dialéctica propia, contundente. Se plantará frente al público, en este café concert nostálgico y sensible, para mezclar sus definiciones sobre el tango como sujeto vivo, su propia poesía susurrada e íntima, sus anécdotas de milongas, antaño y libertad, con interpretaciones de tangos poco transitados y otros propios, con la picardía social característica del autor. "El tango del pan" es una divertida metáfora social que, sin dudas, quedará para la antología.
Siempre acompañado en el piano por un gigante como Víctor Simón, también Longhi se dará el gusto de acompañarse por su mejor amigo: el bandoneón. Y cuando lo toca son uno solo. El actor frente al instrumento temido, el difícil. Se vuelven una obra de arte en sí mismos: sentimiento, pasión.
Cárdenas anuncia también que estará acompañado por artistas invitados que le propone el espacio. Así es como presenta a una joven cantante, Evita Rodríguez, encarnada por su talentosa hija Emma Longhi. Sacrílega frente al astro, hará lo que quiera: una virtuosa e irreverente canción italiana.
Luis Longhi es de esos artistas a los que hay que tener siempre presentes. Porque es garantía. Todo lo hace bien, es un meticuloso de la composición y un obsesivo de las letras. Y así como durante varios años lo hizo con el personaje del Licenciado Eugenio Rataplán, es venturoso augurar que Mario Cárdenas perdurará. Porque es un grande que apareció por arte de magia. Porque, como a todo grande, hay que respetarlo y conservarlo.
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