Un domingo en familia: inquietante retrato de una Argentina violenta
Texto: Susana Torres Molina / Elenco: Anabella Bacigalupo, Lautaro Delgado Tymruk, Juan De Rosa y José Mehrez / Música: Guillermina Etkin / Luces: Patricio Tejedor / Escenografía: Paola Delgado / Vestuario: Roberta Pesci / Dirección: Juan Pablo Gómez / Sala: Teatro Nacional Cervantes / Nuestra opinión: muy buena
Un domingo en familia transcurre en un año clave que sigue en permanente discusión en estos tiempos agrietados: 1975. Momentos de una Argentina militarizada, clandestina, violenta, inflacionaria e ideologizada en la que conviven el retorno de Juan Domingo Perón, la Triple A, el accionar guerrillero, Mario Firmenich, un golpe de Estado que se viene, los ruidos de los bombos en la Plaza de Mayo, López Rega, las listas negras, las consignas políticas y los imaginarios de justicia social. Ese concierto de voces en pugna es el cuerpo central del texto de Susana Torres Molina, que bordea el registro de una investigación periodística. A la dirección del Teatro Cervantes se le ocurrió que Juan Pablo Gómez, que no vivió esa época y no tiene experiencia en montar textos ajenos, sea el encargado de llevar esos territorios en conflicto a escena. El resultado de estos gritos personales e históricos es esta inquietante propuesta coral que tiene algo de un biodrama sobre ese momento crucial de nuestro país.
Un dato histórico sirve de disparador para este pantallazo: el 28 de diciembre de 1975 secuestran y desaparecen al dirigente de una organización revolucionaria a la vera del Río de la Plata, en uno de los recreos que bordean la costanera. La puesta transcurre ahí, en esa playa en donde se condensan las voces, las arengas, las contradicciones, la épica y las paradojas de esos meses previos al peor momento de la historia argentina. En medio de esos actos confesionales y de proclamas recargadas no inocentemente el director superpone apenas unos cortos audios de políticos actuales entre los que aparece la inconfundible Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad, diciendo "el que quiere estar armado que ande armado".
Un domingo a la tarde tiene algo de una texto con enorme dificultad para llevar a escena. Sin embargo, el director de Prueba y error y de Diógenes al sol transforma esa supuesta dificultad en su acierto. Anabella Bacigalupo, Lautaro Delgado Tymruk, Juan de Rosa y José Mehrez se desplazan por esa playa deliberadamente despojada de elementos en una especie de coreografía cuyos pasos son guiados por la música en vivo compuesta e interpretada por Guillermina Etkin y por los mismo actores en un delicado dispositivo que alumbra lo confuso.
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