Un cuento de hadas
Desde hoy, "Floricienta" en el Gran Rex
En persona, Florencia Bertotti se parece bastante a sus personajes. Gesticula mucho, habla rapi-dísimo y se sonríe todo el tiempo, con una sonrisa enorme. Y aunque asegura que es algo que trae desde la infancia, ahora tiene verdaderos motivos para tamaña grandilocuencia. La chica que junto a sus hermanos de ficción se robó el primer plano de la exitosa "Son amores" es ahora la protagonista de "Floricienta", la tira de Cris Morena que no sólo arrasa en el rating de las tardes de Canal 13, sino que además estrena hoy, a las 17.30, su versión de comedia musical, en el teatro Gran Rex.
Este cuento de hadas versión Cris Morena cayó en el momento justo en las manos de Florencia. Y ella, que asegura que jamás pudo resistir más de una clase de teatro porque le da vergüenza, se animó aquí a todo: actúa claro, pero también baila y hasta canta. Y no sólo en el escenario, sino también en un disco, "Floricienta y su banda" que figura entre los más vendidos. Algo que esa chica que se admite tímida fuera de la pantalla no puede creer. "Yo tocaba la guitarra en la escuela, pero no me destacaba por eso, era más bien de caradura", se ríe de ella misma la Cenicienta local, que debe lidiar con los principitos Fritzenwalden.
Algo de cuento de hadas hay en la vida de esta chica que a los doce años le pidió por favor a su mamá que la inscribiera en un casting porque quería aparecer en la TV. "Yo tenía dos primitos muy lindos, de propaganda y la más chiquita hizo una publicidad de pastas. Entonces le dije a mi mamá: «Yo tengo que ir». Y me anotó en una agencia. Me llamaron una vez, dos veces, tres veces, y nada. «Evidentemente no sirvo», le dije a mi mamá. Es que yo no tenía una característica especial: no era ni rubia de ojos celestes, ni pelirroja con pequitas, ni gordita mofletuda. ¿Viste que antes, para hacer publicidad tenías que ser un estereotipo? Bueno, yo era la nena con menos gracia del mundo: tenía flequillo, un diente que no me había crecido... Nadie quería que fuera la imagen de ningún producto. No podía vender nada. «Evidentemente no funciono. Me voy a dedicar a la repostería», le dije a mi mamá. Pero un día llamó una señora para un casting y fui. Y me eligieron para "Dulce Ana".
Desde entonces, no paró. Trabajó en cine en las películas "El faro", "Déjala correr" y "Mala época". Y en la TV, hizo "Verano del 98" y fue una lesbiana en "Culpables", antes de desembarcar en "Son amores" y "Floricienta".
Día de ensayo
El Gran Rex está completamente a oscuras. En una de las primeras filas, Cris Morena da indicaciones, atenta a todo. Controla que la fuente de agua -que sorprenderá a los espectadores- tenga el efecto esperado, que los personajes puedan bailar donde deben, que la luz sea la correcta y que Florencia esté lista para la entrevista. Se ocupa incluso de conseguir el camarín para que la protagonista se tome un pequeño descanso. Florencia, sentada a un costado, da gritos cada vez que algo la sorprende en el escenario (cosa que ocurre todo el tiempo). Y gesticula mucho, por supuesto.
"Yo nunca había hecho un musical y a juzgar por lo que estoy haciendo es mucho más exigente porque si no das el pie, te baja una cortina, y si no te moviste te parte la cabeza, o si no moviste el pie te caíste en un pozo donde hay un truco. Es superexigente. Hay que incorporar el canto, tener en cuenta el baile, el tiempo, el cambio de peinado. Y me encanta, porque es empezar a pensar distinto. Es un desafío enorme", se entusiasma, sin ninguna huella de cansancio a la vista, aunque ya lleva horas de grabación y ensayo encima.
Lo cierto es que la historia que se verá en el teatro tiene puntos de contacto con la tira que se emite diariamente por Canal 13, a las 18. Pero no será su continuación. Floricienta estará junto a su príncipe, Juan Manuel Gil Navarro, y sus principitos, Benjamín Rojas y Stefano De Gregorio. Habrá historia de amor, pero también muchas canciones, mucho baile y muchos enredos.
-¿Esperabas este protagónico después de "Son amores"?
-Yo siempre soy medio inconsciente. No me planifico mucho porque me angustio. Prefiero que me sorprenda el resultado. Yo decía, "Son amores" fue buenísimo, me redivirtió y me encantó. Si pensaba en lo próximo decía: "No sé si lo voy a poder superar", por lo cómoda que estaba, lo bien que me sentía, lo que la gente me decía en la calle, lo bien que le iba al programa. Yo pensaba qué bueno, a lo mejor ahora viene un tiempo donde uno se reacomoda para poder empezar otra cosa, porque la verdad es que es raro que te pase una cosa buena detrás de otra. Y de las cosas que tenía para hacer este año, la que más me gustó era "Floricienta". Era la que más me realizaba. Ya que iba a dar otro paso, quería hacer algo que me motivara tanto como "Son amores".
-¿Es cierto que cuando Cris Morena te contrató dijiste que era una suicida por pensar en vos?
-Yo sabía que ella quería que trabajáramos juntas. Y cuando hablamos y me dijo que le gustaría que pruebe cantar, yo le dije: "Si vos te querés tirar a la pileta conmigo, yo voy para adelante". Lo que pasa es que al principio, estaba un poco paranoica. Todo el tiempo les decía: "Si lo hago mal, por favor díganmelo". Pero después me dije: "A nadie le va a convenir que yo lo haga mal, que sea un perro cantando o bailando. A nadie le conviene". Entonces me relajé. Y está buenísimo. Eso es algo que no te paga nadie; pasarla bien haciendo lo que te gusta. Y eso es lo que hace que aguantes tantas horas. A veces llego a mi casa y me desmayo, pero vale la pena.
-Aunque estuviste en "Verano del 98", ésta es la primera vez que trabajás con Cris Morena, ¿tenías ganas?
-Es que yo había visto "Chiquititas" y me había encantado. Y cuando empecé a pensar en qué me gustaría hacer este año, me decía: "Buenísimo, jugar al hada...". Es otra manera de trabajar, otra realidad. Hay programas costumbristas, y éste es muy fantástico. Y está buenísimo hacerlo. Me encantaba la idea de hacer la tira, el videoclip, cantar. Y además, si no lo hago ahora, a esta edad...
-En el agradecimiento al premio Martín Fierro (como mejor actriz protagonista de comedia) dijiste que te daba vergüenza hablar y que te miraran. ¿Cómo se explica eso si después hacés los personajes más disparatados?
-Yo sé que suena contradictorio. Lo que pasa es que a mí me gusta llamar la atención con mi trabajo, pero no me gusta llamar la atención con mi vida. Me pongo colorada, me da calor, no me gusta. La sensación es rara. Me da vergüenza cuando, por ejemplo, estás en el supermercado, y alguien te grita algo y otras ochenta personas que no ven tu programa ni saben quién sos, se dan vuelta a mirarte. "Yo no tengo problema, yo te firmo, pero hablá más bajito", le digo enseguida.
-¿Es cierto que también te daba vergüenza en las clases de teatro?
-Fui a alguna clase de teatro y nunca me gustó. "Nos sacamos la vergüenza", decía el maestro, y para mí está buenísimo tener vergüenza. Reconozco que a veces tengo trabas por no haber ido a clases de teatro, pero finalmente lo resuelvo a mi manera, como puedo. Y me gusta que sea así. Yo hago mi trabajo, aunque sea de manera más artesanal. Disfruto mucho de lo que hago y sé que pude contar mis cosas desde ahí. Supongo que estaría bueno que estudie, pero hasta ahora no se dio. Y a mi manera, yo hacía mis ejercicios: jugaba en mi casa, me disfrazaba y lloraba frente al espejo hasta que era tan exagerado que paraba. Cada uno funciona como mejor le sale.
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