Un bello triángulo musical
Quiero el beso/ Libro: Martín Dichera y Florencia Muriel González/ Letras: Melisa Labat/ Música: Hernán Matorra/ Intérpetes: Mariela Passeri, Francisco Ruiz Barlett y Melisa Labat/ Dirección: Florencia Muriel González/ Dirección vocal: Mariela Passeri/ Pianista: Julieta Iglesias/ Escenografía y multimedia: Maxi Vecco/ Vestuario: Agustina González/ Luces: Verónica Alcoba y Fernando Chacoma/ Sala: El Ópalo (Junín 380)/ Funciones: martes, a las 21/ Duración: 70 minutos.
Nuestra opinión: muy buena
Con aroma al universo que Manuel Puig concibió en Boquitas pintadas , Quiero el beso es la historia de dos mujeres sumidas en la monotonía de mediados del siglo pasado en un pueblo bonaerense. Todo es rutina y hastío hasta que un hombre irrumpe en sus vidas. Así queda conformado un triángulo amoroso entre una costurera (Mariela Passeri), una dama de la sociedad (Melisa Labat) y un donjuán (Francisco Ruiz Barlett).
Passeri vuelve a deslumbrar con su gran talento y su voz impecable (quienes la vieron en Forever Young , comprenderán). Por su parte, Francisco Ruiz Barlett, tan versátil, protagonista de El loco de Asís , se luce también con su gran voz y esa criatura tan manipuladora como seductora. Completa este elenco Melisa Labat -es genial su escena donde, bajo el delantal de maestra normal, dicta una clase de ortografía-, a la altura de semejantes intérpretes.
Este melodrama muy bien construido tiene otros protagonistas. Uno de ellos es su libro, donde no hay una palabra de más. Bastan los gestos, los susurros y las miradas para que el espectador comprenda qué sucede en la historia y en el interior de los personajes. Además, destaca una bellísima música (compuesta por Hernán Matorra, con piano en vivo, a cargo de Julieta Iglesias) y letras más bellas aún, poesía que deleita los oídos.
En ese espacio acotado, Maxi Vecco, un experto en multimedia teatral, le imprimió una gran creatividad para dar a luz diferentes ambientes y escenas. Una cortina de puntillas es el manto sobre el cual se proyectan imágenes y efectos que dotan a esta puesta de gran dinamismo. A su vez, el vestuario (Agustina González) está muy bien logrado y resulta verosímil con la época.
La directora Florencia Muriel González -también coautora- coordina estos elementos en una puesta deliciosa con una gran sensibilidad para dar a luz una pieza delicada. Quiero el beso es una preciosa conjunción de un texto sólido, grandes interpretaciones e ideas originales.
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