
Un artista capaz de desdoblarse para ser una travesti sufriente
Sebastián Holz hace un excelente trabajo en Juegos de amor y de guerra, y se consolida como intérprete de Piazzolla

A los nueve años, atraído por la convocatoria de una producción televisiva, decidió participar de un casting con la intención de ser seleccionado para formar parte del elenco de Cantaniño. Esa fue la primera prueba que dio el cantante y actor Sebastián Holz quien, por aquel entonces, fantaseaba con ser artista. Un hecho insólito le quitó la posibilidad de integrarse al programa: su altura apareció como obstáculo. Pero un año después, la discográfica BMG lo llamó para grabar un disco con el grupo La Plaga.
La experiencia tuvo buena repercusión pero, al poco tiempo, el intérprete sintió que debía reforzar su formación y el teatro resultó una apuesta segura. Ricardo Passano fue su primer maestro, quien le hizo descubrir "el placer por la palabra, el texto y el escenario." A partir de ese momento Holz inició una carrera ascendente en la que intercala el canto, el teatro y la comedia musical. Drácula, bajo la dirección de Pepe Cibrián, lo llevó a girar por todo el país. Luego se animó a algunos clásicos, Numancia y El perro del hortelano, bajo la dirección de Daniel Suárez Marzal, o La discreta enamorada, dirigida por Santiago Doria. Además, uno de los trabajos más importantes lo tuvo en Los miserables. "Me voy dando los gustos -afirma-. Voy respondiendo a mis necesidades. Trato de armar mis proyectos para generar los espacios en los que puedo decir lo que necesito, a través de la música o de la palabra."

Actualmente Sebastián Holz forma parte del elenco de Juegos de amor y de guerra, una pieza de Gonzalo Demaría que, bajo la dirección de Oscar Barney Finn, se presenta en el Centro Cultural de la Cooperación con un elenco que completan Andrea Bonelli, Luciano Castro, Santiago Magariños y Diego Vegezzi. Allí desarrolla una interpretación muy destacada. Compone a un personaje que se llama Celeste Imperio, una travesti europea que en la década del 40 llegó a la Argentina escapando del nazismo. Un ser de una debilidad extrema que es acusado de espía y a quien se obliga a comparecer ante la Justicia. Su alegato es breve pero provoca una gran conmoción en la platea.
"Hace unos años estuve a punto de trabajar con Oscar Barney Finn, pero por problemas de agenda debí bajarme del proyecto -comenta el actor-. El año pasado estuve haciendo un concierto con temas de Astor Piazzolla y Oscar vino a verme. Me habló de este personaje. Me entusiasmé. En un comienzo Celeste Imperio intervenía sólo como cantante, pero le comenté al director que yo necesitaba que estuviera más involucrada en la acción. Se puso a trabajar con Gonzalo Demaría y así el personaje adquirió mayor dimensión. El proceso de creación fue arduo porque Celeste Imperio habla en francés y en alemán y yo no manejo idiomas con lo cual tuve que prepararme con dos entrenadores. Por otro lado, no quería hacer algo burdo, sino elegante, que su estética no fuera sólo visual sino que se reflejara en su manera de hablar, de comportarse."
Y realmente lo logra a la vez que transmite aspectos de ese ser que resultan muy inquietantes. "Más allá de su condición sexual -explica- ella necesita defender su supervivencia. Sabe que en cualquier momento puede ser «boleta» pero debe convencer a la Justicia de que es una artista y tiene que hacerlo mostrando su carisma."
El mundo Piazzolla
Sebastián Holz posee un papá músico al que, extrañamente, no le interesa la música nacional. De niño, en su casa, jamás se escuchó tango. Siendo pequeño, a través de un programa televisivo descubrió "Balada para un loco", de Horacio Ferrer y Astor Piazzolla, y confiesa haber quedado atrapado por ese "cuento cantado".
Muchos años después, cuando interpretaba Los miserables sintió la necesidad de armar un repertorio de canciones que sintiera como propio. Recordó la anécdota infantil y comenzó a buscar el repertorio cantado de Piazzolla y Ferrer. No sólo se deslumbró con temas conocidos como "Balada para mi muerte" o "Los pájaros perdidos" sino que descubrió un material poco divulgado que lo apasionó. Acompañado por Gaby Goldman armó Astor inédito, un trabajo que combina textos de Jorge Luis Borges y temas de Piazzolla.

"En 2008 -cuenta el artista- me acercaron una convocatoria para ser el cantante oficial de la Fundación Astor Piazzolla y hacer María de Buenos Aires en Italia. Audicioné y quedé. Para mí es un honor trabajar con el quinteto de músicos que conduce Julian Vat en una experiencia que tiene una muy buena reggie de Laura Escalada. Es impresionante lo que sucede con el público. En el exterior la gente se emociona aún sin conocer el idioma. Hice otros autores que me interesan pero Piazzolla posee una intensidad encarnada que me representa. La ciudad que pinta en sus temas sigue siendo esta Buenos Aires. Me siento en carne viva cuando canto su producción. Me traspasa y me suceden cosas que no me pasan con otro repertorio. Más allá de la formación creo mucho que uno debe sentirse muy involucrado en lo que hace. De lo contrario, nada tiene sentido."
Juegos de amor y de guerra
Dirigida por Oscar Barney Finn
Viernes y sábados, a las 22.30; domingos, a las 20.
Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543.