Todas juntas son mucho
Veintidós figuras deslumbraron a un Gran Rex colmado que las aplaudió de pie
Cómo elegir un momento del shock de placer que fue para muchos la noche que ocupó el Gran Rex el jueves pasado? Cada quien, presente allí porque sí, por nada en especial, o profundamente fanático o fanática del género, tendrá el suyo propio guardado en el centro del alma, para nunca jamás dejarlo ir.
Puede sonar exagerado, pero es que estuvieron todas sobre el escenario. Pero no sólo las 22 figuras femeninas del musical argentino, sino los personajes, las historias, las obras, la música que puso la piel de gallina (esa noche o muchas veces antes, por eso vibraban: también por el recuerdo). Colmó las expectativas del público, a juzgar por los aplausos y los gritos de "necesidad de expresar", que no cesaron durante las casi tres horas que duró el concierto. Hubo fans, sin dudas, que hicieron más ruido cuando aparecía la pieza de su musical preferido. Conmovió también la presencia de Estela de Carlotto entre el público, quien se veía extasiada, al igual que el grupo de Abuelas que la acompañaba.
En un escenario despojado de todo, enorme pero minimalista, habitado sólo por un piano, el juego de luces que completó cada cuadro, una especie de podio por el que pasaron las 22 diosas, el Coro de la Comedia Musical Argentina más los músicos que dirigió Gaby Goldman con una solidez impactante (mucho de lo que sonó fue su creación), pintaron, dibujaron, ocuparon y amplificaron este concierto.
Hubo lugar para el juego de los actores Juan José Marco y Pedro Velázquez, bien regidos por el coreógrafo Gustavo Wons. Y, claro, el maestro de ceremonias, Rodolfo Valss, que más que trabajar, disfrutó y se contagió de la energía que desplegaron quienes fueron ["y serán siempre"] sus compañeras. Todo esto, pensado, creado, dirigido por Pablo Gorlero y Ricky Pashkus, un periodista-escritor, un director consagrado.
Entonces, las veteranas y las más jóvenes, todas con trayectorias de esas que dejan sin aliento, aportaron su magia: Beatriz Bonnet, con gracia y sabiduría, dejó allí a su "Hello, Dolly"; Elena Roger, acercó Eva con "Si yo fuera como ellas"; Sandra Guida interpretó un arrollador "El beso de la mujer araña" y luego "Santa quiero ser"; Alejandra Radano impactó con su poderoso "Si"; Florencia Peña desplegó su capacidad de hacer reír ["soy una actriz que canta"] en diferentes momentos, con "Si mis amigos me pudieran ver", por caso, y sorprendió con "Qué más da"; por su parte, Lucía Galán presentó otra faceta artística y arrancó suspiros con "Recuerdo"; en un "Midley de nacional" impactaron Magalí Sánchez Alleno, Josefina Scaglione, Melania Lenoir, Vanesa Butera, Candela Cibrián y Natalia Cociuffo; Marisol Otero enterneció con "La canción inesperada"; de la mano de "No hay más que hoy/Ciclos de amor" se lució Florencia Otero, acompañada por Laura Conforte y Melania Lenoir; con "Sola en mí" conmovieron Vanesa Butera y Candela Cibrián; esa voz dulce pero potente llegó con Laura Conforte, en "Sin las montañas"; las compañeras de elenco en la última versión de Chicago, Melania Lenoir y Natalia Cociuffo, presentaron "I know him so well" y también, lógicamente, "Chicago", junto con Marcela Paoli, Florencia Peña, Sandra Guida y Alejandra Radano (estas dos habían protagonizado la puesta anterior, que muchos recuerdan con marcada nostalgia); Julia Zenko arrancó lágrimas con "Volver a estar de pie" y con "Voy a perder la razón"; una monja-títere muy graciosa, rígida, casi mala, acompañó a Ana María Cores en "Lo que debe ser una monja" (y el público le regaló risotadas); su carisma y experiencia arrolladora y desplegó Vicky Buchino en "Por eso te dejo"; encantadoras, Marisol Otero y Magalí Sánchez Alleno compartieron "Hogar"; una brillante Josefina Scaglione pareció desnudar alma y talento en "Soñé un sueño"; María Roji se lució con "Mi esposo dirige"; una poderosa Marcela Paoli apareció con "Quizás ahora"; la gracia, la parodia y la crítica corrosiva llegaron con las ultratalentosas Karina K en "Quiero brindar" e Ivanna Rossi en "El lamento de una diva". Estas mujeres talentosas entregaron sus voces, teñidas de distintos colores, tonos, expresiones, sentimientos, potencias y capacidad interpretativa para vestirse nuevamente, por un rato, de los personajes que alguna vez interpretaron o quizá, simplemente, admiraron o amaron.
Como esta cronista no pretende disfrazarse de esa objetividad que, sabemos, no existe, y mucho menos frente a un megaespectáculo como éste, vale atreverse a reconocer que una Karina K emocionada hasta las lágrimas junto con la fabulosa Alejandra Radano y la potencia interpretativa que ambas hicieron explotar en "Cabaret"? fue todo.
En el final, abrazadas, brillaron todas. Allá abajo, desde cada butaca ya se imaginaba la próxima presentación de estas damas, mientras se las ovacionaba de pie. Tal vez, las cámaras de TN allí presentes, les den la oportunidad de volver a disfrutarlas.
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