Toc Toc, o la larga vida de una ansiedad ganadora
En los papeles, hablar públicamente de los trastornos obsesivos compulsivos no parece estar del todo bien. Sin embargo, hay que concluir que da sus réditos. Lo sabe, lo mama, lo vive el elenco de Toc Toc desde hace años (cuatro, para ser más exactos). En la mente de algunos, era un espectáculo más de la cartelera porteña. Pero el cálculo, en el incalculable mundo del teatro y de las conductas humanas, falló (y por mucho).
Toc Toc p asó por Buenos Aires, pasó por Mar del Plata, pasó por Carlos Paz y nunca lo hizo inadvertido. Hace pocos días volvió al Multiteatro, la sala en donde se ensayó, la sala en donde se estrenó. Y abrió su nueva temporada con entradas agotadas. Fue la función número 1111 (buen dato para el personaje de la obra cuya obsesión son los números y el juego). Esa noche, este rito compulsivo grupal comandado por Lía Jelin volvió a cobrar vida.
En escena hay seis personajes, a cargo de los actores Mauricio Dayub, Gimena Riestra, Daniel Casablanca, Laura Azcurra, Eugenia Guerty y Diego Gentile. En el escenario, todos ellos comparten sus lados oscuros, sus lados tullidos, sus lados menos ganadores. Sin embargo, los procesos de identificación que se activan con el público parecen ser los triunfadores en todo esto.
Una universidad norteamericana (fuente muy típica para estos temas) dice que somos más de 100 millones de personas en el mundo las que sufrimos algún trastorno de ansiedad. Pensando en esos términos, todo indica que hay Toc Toc para rato. Entonces, larga vida a las ansiedades.
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