"Terapia", comentada por su autor
El novelista inglés analiza la versión local de su obra
No me tomó del todo desprevenido la experiencia de ver mi novela transformada en una obra teatral en Buenos aires. Gabriela Izcovich, la adaptadora, directora y alma mater del proyecto, me había mostrado una primera versión de su guión, traducido al inglés para mi beneficio, y me había enviado por e-mail fotografías de los actores durante los ensayos. Todo eso me hizo sonreír y en un caso prorrumpir en carcajadas, de modo que supe que si alguna vez veía la obra me resultaría divertida. Pero no podía predecir cuál sería el efecto general.
Por lo tanto, el sábado pasado llegué a La Carbonera invadido por emociones mezcladas: gratas expectativas, curiosidad y cierto suspenso. Esperaba disfrutar de la obra, ya que había venido de tan lejos para verla, y sabía que se había invertido en ella un duro esfuerzo, pero por supuesto es imposible garantizar el placer de antemano. Pero quedé sorprendido, encantado e impresionado.
El teatro mismo me causó una instantánea impresión favorable: un cubo esculpido dentro de un viejo edificio comercial, con un gran espacio de escena proporcionado con el espacio para los espectadores, que inmediatamente sugiere un cierto conjunto de prioridades, la prioridad de los valores artísticos por encima de la mera comodidad y conveniencia. El foyer es diminuto, los camarines son mínimos, pero el área central de actuación, con una galería elevada y una escalera lateral, ofrece muchas posibilidades de performance, que Gaby y su compañía explotan plenamente. Se trata de una actuación conjunta de alta calidad.
Admiré particularmente el estilo fluido y económico de la producción, que corta rápidamente una escena y pasa a otra con el simple recurso de la iluminación, el sonido y los gestos. Por ejemplo, cuando el héroe, Lorenzo, y su amante platónica, Ana, sentados en su departamento de Londres, deciden tomarse unas vacaciones, hay un cambio de luces, una nueva banda de sonido, ambos se ponen anteojos ahumados... e inmediatamente nos vemos transportados a un balneario de Tenerife, que ambos contemplan casi estáticos.
"Therapy" no es una novela fácil de adaptar para el teatro. Hay en ella más material de relato y más personajes de lo que puede admitir lo que Shakespeare denomina "las dos horas de tráfico de la escena", y combina la comedia farsesca con seria emoción y reflexión filosófica. Inevitablemente, el proceso de adaptación implicó mucha poda, pero lo que queda es fiel al original. Casi todo el diálogo está tomado del libro. El estilo de la representación confiere a la obra una nueva cualidad, tanto teatral como quizá distintivamente argentina. Hay en estos personajes más pasión y energía que en sus contrapartes ingleses, oscilaciones anímicas más súbitas y más extremas. Pero así debe ser. El propósito del empeño no es producir una fiel réplica de mi novela --algo imposible--, sino elaborar una nueva interpretación de ella arraigada en Buenos Aires.
Soy muy posesivo con mis novelas, y sería reticente a autorizar a otra persona para que las adaptara dentro del ámbito del inglés. Pero autoricé con gusto a Gaby y sus actores a que reimaginaran la historia en términos de su propia cultura, y aplaudo el éxito que ha coronado su empeño.
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