Tennessee Williams
Al tiempo que en el Lyric Theatre de Londres se repone, en estos días, "La gata sobre el tejado" ("Cat on a Hot Tin Roof"), de Tennessee Williams, acaba de aparecer el primer tomo de la correspondencia del escritor, que abarca 330 del total de 900 cartas hasta hoy encontradas, entre 1920 y 1945. Con el sello editorial de Oberon, el volumen tiene 582 páginas; los responsables son Albert J. Devlin y Nancy M. Tischler, quienes definen la recopilación como "un manual de supervivencia, destreza y reiterada huida".
Palabras que el mismo Williams (1911-1983) anticipó, al expresar: "Toda mi vida ha sido una serie de escapes, físicos y psíquicos, más milagrosos que cualquiera de los practicados por Houdini". Aquí están los fantasmas familiares (entre ellos, Rose, la querida hermana que debió ser internada en un hospicio; hay otro hermano, Darkin, vivo todavía), la sexualidad perturbada, las dificultades para ser aceptado socialmente y como escritor: en la Universidad de Iowa tuvo pésimas notas en escritura teatral y en una asignatura llamada Drama moderno. En 1938, después de la internación de Rose y harto de trabajar en la zapatería paterna, Tennessee (Thomas Lannier era su nombre) sufrió una depresión nerviosa, de la que emergió transformado. Aquí está también la carta con que se presenta a quien sería su agente hasta el fin, Audrey Wood: "Tengo 25 años, soy nativo de Mississippi, desciendo de pioneros de Tennessee que lucharon contra los indios". Declara admirar a Van Gogh y a D. H. Lawrence y establece claramente su ética y su estética, inseparables: "Tengo tan sólo un tema principal en mi trabajo, que es el impacto destructivo de la sociedad sobre el individuo sensible y no conformista".
* * *
Durante los seis años siguientes las cartas muestran a Williams convirtiéndose en un dramaturgo en serio. Pero al día siguiente del arrasador triunfo en Broadway de "El zoo de cristal", le escribe a Audrey Wood: "Creo que nadie sospecha cuán totalmente inseguro estoy de mi trabajo y de mí mismo y qué tormento de dudas me han provocado siempre las dudas de los demás". A través de la correspondencia se advierte que todas sus obras, menos "Un tranvía llamado Deseo" ("que me fue dado íntegro, completo, desde el principio"), eran sometidas por él a una incesante revisión, debida en gran parte a la obsesiva costumbre de Williams de pedir consejo a sus amigos y seguirlo, a menudo contra sus propias convicciones.
"La gata sobre el tejado" se estrenó en 1955, pero Williams venía pensándola desde veinte años antes, tras una visita a una plantación en el delta del Mississippi. La producción original, con Ben Gazzara al frente, padeció alternativas varias, sobre todo por el final. El autor había resuelto que Brick, perseguido por el fantasma del amor por un amigo muerto, abandonara definitivamente a su apasionada esposa, Maggie, pero el director Elia Kazan exigió una reconciliación, que nunca encajó demasiado bien con lo ocurrido hasta ese momento. El lector se preguntará qué pasa con Brendan Fraser en la actual versión londinense. Y bien, la crítica ha dicho que comparado con Gazzara, y con Paul Newman en el film, el macizo Fraser es "demasiado blando: difícil imaginar que la Maggie, poderosamente sexual, de Frances O´Connor, desee quedarse junto a él". Sobre todo, comparado con el personaje del padre de Brick, el formidable Big Daddy, que en la interpretación de Ned Beatty parece que exuda virilidad por todos los poros.
lanacionarTemas
Más leídas de Espectáculos
"Destruido para siempre". La contundente respuesta de Pampita a García Moritán y el nuevo paso que dio en su relación con Martín Pepa
Carolina Herrera deslumbró en la presentación de su colección Resort 25 en Ciudad de México
"Tengo una nueva reunión". Massaccesi define su futuro, tras la salida de Lapegüe de TN, y Nelson Castro le pone un punto final a los rumores