Teatro por teléfono: una obra a cielo abierto y vía WhatsApp en la calle Corrientes
¿Teatro por teléfono? Sí, lo tecnoconvivial define parte de los lenguajes posibles. Este sábado 23 de enero, la calle Corrientes será el territorio escogido para la realización de WhatsApp a cielo abierto, una experiencia teatral sobre el margen peatonal de la avenida. La propuesta, de carácter inmersivo, se inicia en la vereda del Teatro Metropolitan Sura y propone que los espectadores circulen por la vía pública con una mirada lúdica y ficcional. "Es un recorrido performático, una aventura donde los participantes son los protagonistas y el escenario es la ciudad", explica Ezequiel Hara Duck, responsable de la propuesta junto con Jony Camiser.
Las funciones serán los sábados a las 19.30 y 21 y se enmarcan en el ciclo Verano off en el Met, una interesante propuesta donde la producción independiente accede a una sala como la del Metropolitan Sura o a su vereda, como en este caso. "Es una invitación a vivir la avenida Corrientes con humor, bajo todos los cuidados para prevenir el Covid. Digo aventura porque, durante la hora que dura la experiencia, hackeamos la calle, alteramos la realidad urbana. Los peatones o ciclistas se paran a mirar y hasta sacan fotos. Y para el público, las 30 personas que forman parte del grupo de WhatsApp, también hay sorpresas", anticipa Hara Duck a LA NACIÓN, a horas del singular estreno. Como una brújula en el océano, acá la comunicación por la famosa aplicación de la telefonía móvil es esencial para acceder a esta disruptiva forma de la representación y llegar a buen puerto.
-¿Cómo nació la idea?
-Voy mucho al teatro y como espectador me inquietaba cuando veía que alguien se quedaba dormido o se apoyaba en el hombro de su pareja, o cuando había una mirada juzgadora ante quien usaba su celular o abría un caramelo en plena función. No estoy en contra de eso, pero pienso que tiene que haber alternativas para quienes quieran vivir el hecho teatral con otros códigos: siendo protagonistas, interviniendo y fuera de la lógica escenario-butaca. De ahí nació esta idea.
Hara Duck es director teatral, productor de radio y televisión y agente de prensa. Estudió dramaturgia con Mauricio Kartún y tomó clases de actuación con Alejandro Catalán y Gabriel Lima. Camiser, también creativo de la propuesta, es productor y asesor creativo de iniciativas culturales y sociales, tiene una ecléctica formación en arte y educación y es especialista en recreación y juego.
Anticipatorio
Los tiempos pandémicos se ensañaron especialmente con el teatro, una de las últimas actividades en retomar su dinámica presencial. El streaming generó nuevos lenguajes en un maridaje entre lo audiovisual y la representación escénica, aunque, desde ya, el teatro se define en la presencialidad. Hara Duck hace años que viene vinculando tecnología, virtualidad y presencia de los cuerpos casi de manera anticipatoria a los tiempos que corren. Cuando estalló la crisis del Covid y la reclusión fue una de las formas de protección, diseñó Vengan de a uno, una propuesta por videollamada donde los espectadores mantenían un diálogo con un actor en vivo, en tiempo real. Antes, ya había experimentado con Perfil bajo y Clavemos el visto, ésta última junto con Jony Camiser.
-¿Se puede definir WhatsApp a cielo abierto como una propuesta teatral?
-Lo defino como experiencia teatral, porque decir "teatro" refiere, en el imaginario, a algo más tradicional: entrar a una sala, apagar el celular, sentarse en una butaca, estar callado y aplaudir al final. En WhatsApp a cielo abierto, todo eso se altera. Los espectadores están en movimiento, tienen sus celulares prendidos y con las notificaciones en volumen máximo. Sin embargo, hay ficción, contrato de lectura con los espectadores, una puesta, dramaturgia, dirección, actuación y un aquí y ahora que son pilares del teatro.
-Tu teatro se sostiene en modalidades inmersivas y en espacios no convencionales, ¿qué potencialidad nace en este tipo de propuestas?
-Tanto a Jony Camiser como a mí, desde nuestro lugar de directores, nos potencia la creatividad. Pensar una obra site specific para la calle Corrientes y en contexto de pandemia es una estimulación a diseñar dinámicas y maneras de contar que eviten que la gente se amontone mirando para un solo lugar.
-¿Cómo lo logran?
-Utilizamos todos los estímulos que nos ofrece la calle Corrientes, como teatros, pizzerías, librerías, artistas callejeros y pantallas LED. Creemos que el público está muy entrenado, ha visto demasiado. Hoy, el teatro tiene el desafío de competir contra el peor capítulo de una serie de Netflix, por eso nosotros no concebimos que el espectador se aburra ni un solo minuto, tenemos un guión dinámico que se va adaptando al ritmo del grupo que participa de cada función. Ver lo urbano con ojos de ficción creo que es emocionante para los espectadores.
-¿Se rompe con la polaridad público y privado? ¿Todos somos actores y espectadores a la vez?
-El público es el protagonista. A quien le gusta, tiene la opción de convertirte en actor o, de lo contrario, mantener un perfil bajo.
-¿Es apto para tímidos?
-Por supuesto, se puede ir siguiendo el recorrido, no es algo invasivo. La realidad es que siempre la gente se entusiasma y aporta muchísimo a la experiencia. Nunca nos pasó que alguien se fuera del grupo de WhatsApp, de hecho, se animan a hacer muchas cosas que fuera del marco ficcional no harían. El público rápidamente entiende el código, se anima a jugar y ver lo urbano con ojos de ficción.
-¿Qué actitud toma el que transita Corrientes desprevenido, sin tener conocimiento de la experiencia?
-Hay dos públicos: los que participan de la experiencia a través del grupo de WhatsApp y hacen cosas locas en la calle, y el otro es el que camina y no entiende que sucede.
-Concretamente, ¿qué tipo de acciones deben cumplir los participantes?
-Un grupo de 30 personas de diferentes edades mira su celular y responde a consignas como caminar en fila contando en voz alta o ladrar como perros. La complicidad y la contención que se genera en este grupo de desconocidos hace que la mirada sobre los integrantes no sea incómoda.
Un dato no menor es que el espectáculo esta creado y concebido con todos los protocolos y cuidados sanitarios, dado que se desarrolla al aire libre, con barbijos colocados, respetando los dos metros de distancia entre espectadores y con alcohol sanitizante a disposición.
"Incorporamos estos elementos en la experiencia y trabajamos para que no tenga ningún tipo de riesgo sanitario", finaliza Hara Duck, el creativo que apuesta a un sistema de representación donde el espectador abandone el maní con chocolate y tenga en sus manos un celular con su batería cargada y buena conexión.
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