Teatro Regina: los “fracasos” de Nacha Guevara, la memoria prodigiosa de Mirtha Legrand y el recuerdo de Norma Pons, en una noche llena de emoción
La emblemática sala reabrió sus puertas bajo la gestión del productor Ariel Perrotti; LA NACION recorrió sus instalaciones y habló con los protagonistas de una noche especial
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A medida que cae el sol, las luces del emblemático edificio art decó de Barrio Norte se van encendiendo. Una nueva marquesina retro sobre su frente, así como también una pantalla LED de gran visibilidad iluminan la imponente y conservada fachada, llenando de vida y optimismo el lugar. Una moderna boletería en la calle, los pisos de mármol totalmente recuperados y un pequeño pero cómodo hall de ingreso dan la bienvenida e invitan a sumergirse en un recorrido histórico por el Teatro Regina, desde la década del ‘30 hasta la actualidad. El viaje continúa hasta el foyer del segundo piso, donde dos obras originales del célebre pintor argentino Benito Quinquela Martín propician un marco imponente para el acceso a la sala.
Después de varias escalas, donde todo se vuelve una atracción, se llega a destino. Una vez dentro, las 350 butacas de terciopelo, el piso de madera original que se intercala con una reluciente alfombra roja, el amplio escenario y la tecnología de última generación confirman lo que hace meses muchos esperaban: la reapertura del legendario teatro ubicado sobre la Avenida Santa Fe es un hecho. “En octubre del año pasado vine a una reunión con Linda Peretz y al ver la sala le dije: ‘Hay que volver a instalar el teatro Regina como se merece’ y acá estamos. Le pusimos todo el esmero y las ganas”, le contó Ariel Perrotti, flamante director artístico de la sala a LA NACION este martes por la noche, en medio del lanzamiento.
El reconocido productor teatral se puso al hombro este desafío que, además de las reformas edilicias, ya propone una variada y versátil cartelera teatral con Aníbal Pachano, Dady Brieva y Gabriela Acher. “Se recuperó casi el 95 por ciento del teatro, aunque hicimos algunos cambios. Se ganó el espacio del hall (antes era un local) para poder darle una fachada sobre Santa Fe. Se recuperó el piso, las butacas, el foyer, los camarines. Fue una apuesta importante”, reveló el empresario sobre estas reformas que comenzaron en marzo de este año.
“Quiero traer obras comerciales, independientes, del off, volver a armar la escuela de teatro. Quiero que junto a la biblioteca y el museo sea un espacio cultural completo”, señaló el creador de Perrotti Producciones, quien cuenta con una larga trayectoria en el mundo teatral y reconoce esta oportunidad como un desafío personal. “Siempre me acuerdo de ese chico que empezó a producir con la excusa de juntar dinero para el viaje de egresados. Hoy 35 años más tarde, estoy reabriendo una sala tan importante e histórica que va a quedar por siempre en mis mayores logros profesionales, una meta que creía imposible y logró alcanzar”, reflexionó minutos después en su discurso de agradecimiento.
Quienes también se mostraron muy entusiasmados y deslumbrados por esta nueva reapertura fueron los artistas, que acompañaron al productor en este gran lanzamiento. “Me encanta, me pone muy feliz por La Casa del Teatro esta reapertura. Le va a dar como una inyección de vida a este edificio, que es una joyita en medio de la Ciudad de Buenos Aires”, comentó Florencia de la V que no pudo quedarse a la ceremonia conducida por Tete Coustarot y al cierre musical de Nacha Guevara, ya que tenía que “ir a buscar a sus hijos a taekwondo”.
Thelma Biral es otra de las que se puso feliz con esta apertura, ya que esta sala ha sido parte de su larga trayectoria. “Es una alegría que se abran salas, es muy importante para los actores y para el público. Acá he dirigido, acá he actuado, acá he hecho Teatrísimo (un ciclo de obras a beneficio de La Casa del Teatro) un montón de veces”, recordó la actriz mientras barajaba la posibilidad de volver a esas tablas con la obra El príncipe azul.
Por su parte, el productor teatral Carlos Rottemberg rememoró ese enero del ‘77 cuando hizo con Ernesto Bianco la última versión de La Fiaca, obra del dramaturgo Ricardo Talesnik. “Siempre fue un ámbito muy acogedor, un lindo lugar que ahora está más lindo aún después de esta puesta en valor. Además, tiene un crédito especial por la cantidad de obras importantes que pasaron por su historia”, señaló quien se mostró a favor de la labor de Perrotti para esta nueva etapa. “Estoy muy feliz de que hayan elegido a Ariel Perrotti como su nuevo responsable porque es una persona muy profesional a la cual valoro mucho”, le confesó el productor teatral a LA NACION antes de subir al escenario a decir unas palabras.
Un teatro con historia
Sin dudas, el Regina no es cualquier teatro. Ubicado dentro del edificio donde se encuentra La Casa del Teatro (residencia que alberga a aquellos artistas retirados que tienen necesidades económicas), este espacio comenzó a funcionar a partir de 1936 pero recién se inauguró dos años después, cuando se celebró un festival artístico para estrenar la residencia actualmente presidida por la actriz Linda Peretz. La primera función con público se realizó el 25 de julio de 1938, y ese fue el puntapié inicial para múltiples actos culturales y obras de texto.
Cuando se habla de su historia, de su magia y de su aura no sólo es por el contexto en el cual fue creado sino también por los artistas que pisaron sus tablas. Es que en ese legendario escenario debutó Astor Piazzolla, se pudo disfrutar del talento de María Elena Walsh con su music-hall Juguemos en el mundo y se representó tres inolvidables versiones de ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, el clásico de Edward Albee (en 1964, con Myriam de Urquijo; en 1974, con Cipe Lincovsky; y en 2006, con Selva Alemán y Arturo Puig).
Mientras que en los ‘70 fue sede del éxito El gran deschave, con Haydée Padilla y Federico Luppi, en los ‘80 albergó a Emily, con la inigualable China Zorrilla bajo la piel de la poeta Emily Dickinson. Convivencia (con Luis Brandoni, Federico Luppi, Rubén Stella y Betiana Blum), Encantada de conocerlo (con China Zorrilla y Ana Maria Picchio) y Los japoneses no esperan (con Bárbara Mujica, Soledad Silveyra y Victor Laplace), fueron algunos de los espectáculos que se destacaron dentro de su prestigiosa cartelera teatral.
“Este teatro significa mucho para mí. En la adolescencia siempre venía al Regina porque sabía que no me iba a ensartar, sabía que siempre había algo bueno para ver. Acá vi a Claudia Lapacó, a Lidia Catalano, a las actrices que siempre admiré. Por lo cual tiene un gran lugar en mi formación artística. Cuando muchos años después formé parte de la programación fue como un sueño cumplido para mí”, confesó José María Muscari, que pasó por esa sala con obras como El anatomista, Extinguidas, La Casa de Bernarda Alba y Derechas.
La casa de los artistas
Nuevamente, lo que realza a este histórico teatro es el contexto y el lugar en el que fue creado: como herramienta y soporte de La Casa del Teatro, un refugio para artistas que pueden transitar su retiro en ese hogar. Fundado en 1938 por la soprano Regina Pacini, esposa del Presidente Marcelo Torcuato de Alvear y construido ad honorem por el arquitecto Alejandro Virasoro, a lo largo de los años este edificio ha recibido en sus 45 habitaciones a grandes figuras nacionales como los cineastas Hugo Fregonese y Luis Moglia Barth, el actor Roberto Airaldi, la vedette Carmen Lamas y la actriz María Ester Buschiazzo, entre otros.
“¿Quién sabe la historia de cómo se fundó La Casa del Teatro?”, preguntó Mirtha Legrand en plena ceremonia poniendo en aprietos a más de uno. “Regina Pacini, la mujer de Marcelo Torcuato de Alvear, era portuguesa. El presidente Alvear la escuchó cantar y se enamoró de ella. Pero como él provenía de la alta burguesía y ella no, la rechazaban, no la querían. Entonces empezó a hacer obras de caridad, entre ellas este teatro, y así fue conquistando a la gente y todos terminaron adorándola”, relató la conductora sobre los orígenes de esa sala que desde 2019 lleva su nombre y que ayer estreno una placa en su honor.
Tras aclarar que una iniciativa como La Casa del Teatro existe únicamente en la República Argentina y en Francia -aunque “esa no es igual”, aclaró-, la también madrina de honor y presidenta honorífica de esta institución incitó a todos los presentes a colaborar y comprometerse con sus huéspedes. Además de las donaciones recibidas y los aportes que a partir de ahora recibirá por la renta del teatro, este lugar se solventa con su tradicional boutique, donde se venden históricas prendas donadas por los artistas. “Yo mando ropa divina, impecable, y las mejores ventas son las de La Legrand”, dijo “La Chiqui” despertando la carcajada de toda la platea.
Quien también es una asidua benefactora de la entidad es Florencia de la V, que suele donar vestidos, zapatos y bijouterie en solidaridad con sus colegas retirados. “Ahora con este auge de lo vintage la gente viene a buscar vestuarios para las obras de teatro. Aparte acá encontras los tailleurs de Mirtha Legrand, que son de grandes diseñadores y que se pagan a un precio que no podrían comprarlos de otra manera. Entonces ese es el valor agregado”, explicó la conductora de Intrusos.
Actualmente, la institución que se encuentra en el edificio de 10 pisos de la calle Santa Fe 1235 alberga a 30 personas que dedicaron su vida a la actividad teatral. Según aclaró Peretz, su presidenta desde hace cinco años, los residentes no son sólo actores, sino que allí conviven autores, maquinistas, iluminadores y administrativos que cuentan con una habitación, atención médica y provisión de las cuatro comidas diarias. “Nosotros trabajamos mucho. Somos personal de servicio y estoy tan involucrada con esto que a mí me fortalece como persona. Pero hay mucho para hacer todavía. Los actores tienen que tomar consciencia de las necesidades de La Casa del Teatro”, expresó la actriz, intentando crear consciencia entre sus colegas.
Detrás del telón
Basta con recorrerlo unos minutos para darse cuenta que el Teatro Regina no se parece a ninguno. Cada rincón, cada tabla del escenario y cada camarín guarda secretos, vivencias y emociones de todos los que alguna vez pasaron por allí. “Que alegría estar en un teatro que se renueva, que se rejuvenece. Yo hice muchas cosas aquí, bueno dos, y fueron dos espectáculos que fueron grandes fracasos. Lino Patalano lo debe recordar muy bien, él era parte de la producción”, lanzó, entre risas, Nacha Guevara sobre el escenario antes de comenzar con su repertorio musical.
Sin embargo, el empresario que estaba presente en el recinto la desmintió desde la platea. “Te tengo que decir que no es cierto lo que dijiste. Acá hiciste Hay que meter la pata: canciones para señoras flacas, que fue un éxito y Delicado equilibrio, que estuvimos seis meses a lleno completo”, advirtió Patalano recurriendo a su memoria prodigiosa.
En un divertido ida y vuelta, Guevara explicó los motivos por los cuales ella no tiene el mismo recuerdo que su amigo. “En Canciones para señoras flacas duré cuatro días porque me echaron. Nunca supimos si fue un éxito o un fracaso; las señoras gordas me echaron”, comentó la actriz haciendo estallar de risa a todo el público. Respecto a la segunda puesta, la pelirroja prefirió no ahondar en detalles: “Fue un martirio esa obra, mejor de eso no hablemos”, dijo cambiando de tema.
Más allá de si sus obras funcionaron o no, la cantante hizo especial hincapié en un recuerdo imborrable y que volvió a su mente en la noche de ayer, cuando traspasó la puerta de uno de los camarines. “Lo más interesante es que mi hijo Gastón se crió en el camarín número 3. Pasó los primeros meses de su vida en un canasto en el camarín número 3. Así que es un hermoso recuerdo que tengo de este teatro y de ese hermoso camarín en especial”, confesó emocionada.
Quien también se emocionó al hablar de sus épocas en el Regina fue José María Muscari. “Este lugar tiene un valor emocional para mí porque es la sala en la que estábamos haciendo La Casa de Bernarda Alba cuando Norma Pons falleció. Es un luto luminoso porque yo siento que Norma está en este teatro”, indicó el productor teatral que, antes de retirarse del lugar, le dejó una dedicatoria a su amiga en un mural de la entrada. “Te amo, Norma. Te amo, Teatro Regina. Por el éxito y la posteridad, juntos”, escribió el actor debajo de la foto de la artista fallecida.
Y al recordar su paso como productor por esta sala, el creador de Sex volvió a emocionarse y habló de su vínculo con los artistas que residen en La Casa del Teatro. “Es un lugar que respeto enormemente. Acá está esa gente a la que queremos tanto y es parte de nuestra cultura. Cuando yo hacía mis espectáculos siempre venían a verlos. Tenían rienda suelta para venir a ver los ensayos, las funciones y para opinar. Pasaba algo genial porque después de verlos me decían: ‘Esta obra va a ser un éxito’. ‘Para esta ya hay gente preguntando en la vereda’. Sin dudas, son el aura del lugar”, concluyó movilizado.
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