Teatro. La búsqueda de hechos históricos para ser representados, en manos de la dramaturga Adriana Tursi
La autora suele encontrar el material de sus obras en personajes del pasado, como Remedios de Escalada de San Martín, Mariquita Sánchez de Thompson, Felicitas Guerrero o Eva Perón
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Inició su trabajo profesional a mediados de la década del 80, luego de cursar la carrera de regie en el teatro Colón. Comenzó a formarse en dirección teatral en el estudio de Luis Agustoni pero pronto descubrió que ese era un terreno en el que no se sentía muy cómoda y que prefería desarrollarse en el campo de la dramaturgia. Adriana Tursi se lo comentó a su maestro y él le explicó que era un buen camino por seguir. “Todo director debe conocer la cocina de la creación”, le dijo. Comenzó tomando clases con Ricardo Monti y luego realizó la tecnicatura en dramaturgia en la EMAD, bajo la tutela de Mauricio Kartun. Como guionista televisiva trabajó para Pol-ka colaborando con Leonardo Bechini y Oscar Tabernise (Poliladron, una historia de amor) y para otras miniseries que se emitieron en la Argentina, México y Perú.
El teatro se impuso a la televisión y es así como la autora desarrolló una prolífica carrera. Hoy reparte su actividad entre la dramaturgia y la gestión (forma parte de la Fundación Somigliana), dos actividades que la apasionan y en las que pone toda su energía. Actualmente Tursi tiene tres obras en cartel: La patria al hombro en el Teatro del Pueblo, Remedios una mujer sin patria en la sala Itaca y Partido homenaje en el teatro El Jufré.
La creadora explica que la pandemia obligó a que los estrenos de estas obras se fueran demorando y es así que se ofrecen en una misma temporada. Mientras en Partido homenaje la trama gira en torno a un jugador de fútbol que expone aspectos de su vida amorosa, en las otras se reflejan cuestiones que a Adriana Tursi le interesan sobremanera desarrollar. Por un lado, la historia argentina y por otro la figura de ciertas mujeres que acompañaron a destacados próceres que dieron forma a esa historia. En La patria al hombro muestra las dificultades que debieron sortear las primeras maestras norteamericanas que Sarmiento trajo a la Argentina y en Remedios una mujer sin patria se detiene a analizar los momentos en los que Remedios de Escalada de San Martín dejó Cuyo para regresar a Buenos Aires.
“El eje de La patria al hombro –explica la autora– es la llegada de aquellas maestras y con qué se encuentran cuando se instalan en Córdoba. El poder de la Iglesia entonces era muy fuerte y enfrenta a estas mujeres que buscan poner en práctica un proyecto pedagógico que les quita terreno en cuanto a lo educativo, algo que para ellos era muy importante. Además, se refleja lo que sucedía políticamente en esa provincia, en aquel momento. Sobre todo remarco que quienes llevan adelante el proyecto son esas mujeres y en un marco muy complejo y cómo, esos defectos que vemos, se replican con el tiempo. Es como el devenir. Como diría Adriana Puigrós cuando analiza el tema pedagógico en este país, ‘hay defectos que son de origen y los vemos reflejados hoy’“.
En el caso de la pieza que rescata a Remedios de Escalada hay un dato histórico que a la autora le llamó mucho la atención y que fue el momento en que ella se despide de San Martín y regresa a Buenos Aires. Está muy enferma y su esposo decide que detrás del coche en el que viajaba fuera un carro con un ataúd por si ella moría en el camino.
“Desde el punto de vista humano, dramático –confiesa Adriana Tursi– me pareció de una potencia enorme pero además coincide con que es la última vez que ellos se ven. Ella logra llegar a Buenos Aires, va a vivir unos años más pero no volverán a verse. Remedios muere, San Martín no viene. Ella fallece un 3 de agosto y él recién llega en diciembre a llevarse a su chiquita. Lo primero que me pregunté es, ¿qué pasó? Hay muy poco material sobre esta historia. Se dice, ‘bueno, el hombre estaba con sus temas militares y políticos, por eso no llegó. Ella estaba enferma’. Me parecieron argumentos insuficientes y ese fue el disparador de Remedios, ¿qué pasó en Cuyo?, ¿qué pasó entre ellos dos para hacer esa despedida definitiva y en esas condiciones? Entonces la obra abre una hipótesis de posible conflicto sobre lo que pudo haber pasado en ese matrimonio para que decidieran no volver a verse más y dar por terminada la relación”.
Pero, además, aparece una cuestión que a la creadora la lleva a reflexionar acerca de que en aquellos tiempos era muy común que las mujeres se casaran siendo muy jóvenes. Remedios solo tenía 14 años cuando contrajo matrimonio con San Martín, quien tenía veinte años más que ella. “La respuesta a eso –señala Tursi– es: ‘bueno, las mujeres de esa época se casaban jóvenes’ y eso a mí no me alcanza. Me parece que se ha naturalizado una situación que es un horror. Una nena de 14 años será una nena siempre, cualquiera sean las circunstancias en las que le toque vivir. Y es más, yo supongo que había más ingenuidad, seguramente. Entonces, ¿cómo ponían el cuerpo estas nenas en esa situación?, ¿a qué se enfrentaban?, ¿sabían lo que les esperaba?, ¿estaban preparadas para eso?, por supuesto que no. Estas cuestiones son las tomo en Remedios”
La importancia de abordar materiales históricos le propone a Adriana Tursi actualizar la historia porque sino, aclara, “es algo que está congelado en el tiempo. A la hora de trabajar dramáticamente sobre un hecho histórico necesito encontrar una pregunta que me lleve a actualizarlo. En el caso de esta última obra para mí fue, miremos ese vínculo desde los 14 años de esta nena, observemos ese vínculo desde ahí”.
–¿Cómo nace este interés por trabajar sobre la historia argentina?
–Soy hija de inmigrantes italianos y no es fácil para la primera generación sentir que este lugar donde uno nació, en el cual se educó, es su lugar de pertenencia. Uno tiene el cuerpo partido en dos y eso crea una sensación de extrañamiento en la mirada. Trabajar la historia es como enraizar, echar raíz, este es el suelo donde estoy. La mayoría de mis materiales reflejan cuestiones de la historia argentina pero suelen ser personajes femeninos los que llevan adelante un hecho político en tanto que transforma una realidad y me parece que tiene que ver con eso. Por lo menos en mi caso personal creo que tiene que ver con este origen mío.
–Desde tus primeras obras esos personajes son mujeres emblemáticas de la historia. ¿Por qué te conmueven sus vidas?
–En el caso de las primeras obras que escribí aparecen Mariquita Sánchez de Thompson (Cartas de amor perdidas por Mariquita Sánchez de Thompson), un trabajo sobre su pensamiento político, las cartas y su accionar en ese momento. Después escribí sobre Felicitas Guerrero (Felicitas o las niñas mudas), el primer femicidio que tomó estado público en Buenos Aires y cómo fue tratado aquel caso. Después, en Las costureras de Eva asoma una mirada sobre Eva Perón pero a través de unas costureras, casi obreras. Cómo llega Evita a transformarse para ellas (una actriz que llega a primera dama) y como su figura las va modificando. La posibilidad del trabajo, el voto femenino, la militancia femenina. Cada vez más la mujer ha ganado protagonismo. Se hace dificultoso rastrear esta acción de la mujer hacia atrás. Hoy es visible la acción, la participación, el recorrido que realizan. Mirar hacia atrás es como entender de dónde vengo. De dónde me viene este impulso, de dónde nace. Quién estuvo detrás de mí haciendo este recorrido que estoy realizando hoy.
–La Colectiva de autoras, de la que formas parte, resulta un espacio muy importante para reconocerse.
–En realidad uno lo ve hoy ahí. Se formó en 2018. Todo nace a partir de unas encuestas que se hacen en el teatro San Martín sobre la producción de la temporada y había solo un texto de mujer y, la verdad, fue un impacto, porque hay mucha producción de dramaturgas para que haya un solo texto y, además, estamos hablando de un teatro oficial en el que no se veía reflejada la realidad actual y la calidad de lo que se produce. A partir de eso se empezó a nuclear la Colectiva. Con un grupo tuvimos una primera reunión en Argentores y decidimos armar un chat para estar conectadas. Lo abrimos un viernes a la mañana y a la tarde ya éramos 80 y el sábado habíamos pasado las 140. Es una locura divina, hay muchísima participación, hay muchas autoras dirigiendo, al frente de salas, gestionando, y con fuerte talento. Es muy esperanzador porque también hay mucha calidad en la escritura, esto lo vemos en la Fundación Somigliana y en Argentores.
Para agendar
Remedios una mujer sin patria
Dirección: Corina Fiorillo. Teatro Itaca, Humahuaca 4027. Lunes, a las 21
La patria al hombro
Dirección: Tatiana Santana. Teatro del Pueblo, Lavalle 3636. Sábados, a las 20.
Partido homenaje
Dirección: Leopoldo Minotti. Teatro El Jufré, Jufré 444. Sábados, a las 21.30
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