Teatro en episodios: historias de mujeres contadas por mujeres
Se presenta en Tadrón No es amor, es deseo, tríptico de Patricia Suárez y Sandra Franzen
Historias de mujeres contadas por mujeres. Obras que pueden verse como unitario o como una serie. Para disfrutar por la noche o a la tarde, con café y ricuras armenias: tres tonos a ritmo con este tiempo de visibilidad de los géneros, de contenidos en cápsulas libremente articuladas y de combinatoria entre el arte, la gastronomía y la comodidad. Todo eso reúne y ofrece No es amor, es deseo, un melodrama triplicado por la pluma de Patricia Suárez y Sandra Franzen, dirigido también por mujeres, que se presenta en el bar y teatro Tadrón, en Palermo.
Bajo el ardiente título conviven tres historias femeninas que enfrentan deseo y mandato, en un recorrido por la Pampa gringa, París y Buenos Aires, entre 1925 y 1955: El corazón del incauto, la única de las tres ya estrenada anteriormente (con dirección de Alejandro Ullúa, en 2014) y que esta vez dirige la misma Franzen; El despertar de la ingenua, puesta de Herminia Jensezian, curadora y fundadora de la sala, y La tentación de Marta Ortiz, de María Laura Laspiur (que el año pasado, dirigió Amanda y Eduardo, de Armando Discépolo).
"Pensamos en el deseo como motor, como impulso de vida puesto en la mujer, e investigamos qué sucedía con eso, hasta dónde se llegaba. Históricamente a la mujer se la ha identificado con el amor: amor de madre, amor de esposa, amor de compañera y de amiga. Pero ¿qué sucede cuándo la mujer desea? La escritura es una forma de dar respuestas a estos interrogantes", dice Franzen, que escribió "a cuatro manos" con Suárez, las dos amantes de la historia de las mujeres y el melodrama. La continuidad de El corazón del incauto surgió de las preguntas, entre lúdicas y filosóficas, que genera el teatro. "Casi naturalmente escribimos la segunda parte con ese hijo, Nino, que tanto deseaba tener María en la primera parte, ya grande y tomado por una pasión. Y a su vez nos preguntamos por esta mujer, Marta Ortiz, que será la amante de Nino, qué juventud habría tenido", dice Suárez, autora también de la trilogía Las polacas (2003), sobre las inmigrantes del este europeo que, engañadas, traía a Buenos Aires la organización mafiosa Zwi Migdal, a principios del siglo XX.
En el primer episodio actúan Anahí Gadda (como María, personaje que reaparece en el tercer episodio), Nicolás Barsoff y Diego Cassere. En el segundo, Victoria Reyes Benz, Renata Marrone (Marta Ortiz joven) y Daniel Dibiase. Y el último, con Mónica Felippa, Mathias Carnaghi y Laura Castillo: respectivamente, María 30 años después, su hijo Nino y Marta Ortiz, la amante.
"Nos gustó el formato de serie porque tiene una peculiaridad que es darles una importancia vital a los personajes secundarios. Eso nos parecía atractivo, porque en ese sentido el arte imita la vida: aquellos que pasan a nuestro lado de pronto pueden convertirse en protagonistas. Por ejemplo, tu historia, tu serie, trata de una joven que cría a su bebé y prepara un viaje a Galicia para conocer a sus abuelos. Pero ¿qué pasaría si de pronto ese primo lejano que vive en Galicia y al que viste una vez en foto se instalara en tu casa y enamorara a tu marido?", sugiere Suárez.
A un precio muy conveniente, la propuesta invita al espectador a quedarse en el teatro por una hora (lo que dura cada episodio) o por más y así completar este universo ficcional que transita tres décadas y tres ciudades y una sola obsesión, la del deseo femenino y su determinación en contra de las imposiciones sociales.
No es amor, es deseo
de Patricia Suárez y Sandra Frazen
En Tadrón, Niceto Vega 4802.
Funciones, viernes, a las 20.30, 21.45 y 23; sábado, a las 15.30, 16.45 y 18.
Abono por los tres episodios, $400; por dos, $350, y por uno, $250.
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