Stephen Sondheim: un autor de culto
Es la figura más prestigiosa del musical
Este año Stephen Sondheim cumplió 80 años y Broadway decidió celebrarlo con festejos de todo tipo. Desde un musical que celebra sus canciones hasta reportajes públicos y homenajes varios. Es el intelectual del teatro musical y, junto a Harold Prince, quien desarrolló el llamado "musical conceptual" (aquel cuyo concepto prevalece sobre la trama).
Creció al lado de un maestro de lujo, Oscar Hammerstein II ( La novicia rebelde, El rey y yo, South Pacific, Oklahoma ), con quien descubrió su vocación: escribir canciones para obras teatrales. Su primer paso lo hizo en Amor sin barreras y, luego, en Gypsy , obras para las cuales escribió las letras, pero no la partitura (ambas estrenadas ya en la Argentina). Pero en Algo gracioso ocurrió camino al foro consiguió comenzar a escribir letras y música, camino que prosiguió con Company, Follies, A Little Night Music, Sweeney Todd, Passion, Sunday in the Park With George y Assassins , entre otras. Nunca pretendió hacer canciones que se conviertan en hits, ni que el público salga tarareando alguna melodía. Sus partituras son preciosistas, complicadas pero absolutamente teatrales. De hecho, él prefería enseñarles esas difíciles melodías a actores que supieran interpretar su significado, antes que a cantantes exquisitos que no pudiesen expresar sus emociones.
"La música de Sondheim es un vértigo. A partir de su partitura pude encontrar la voz de Lovett. Ahí comprendí su genialidad. Nunca tuve en mis manos un material tan detallado y estricto. Favero me preguntó: «¿Vos hiciste algo tan difícil en tu vida?». Claro que no. «Yo tampoco», acotó", describe Karina K.
Y Favero es el músico ideal para tomar del brazo a Sondheim. Cuando vivía en Nueva York, durante su exilio, habitaba el piso de arriba del compositor y estableció un fuerte vínculo. Eso queda plasmado en una anécdota casi providencial. En el momento en que Sondheim presentó Sweeney Todd había un músico amigo suyo, prestigioso en su país, que daba vuelta las hojas de su partitura mientras presentaba el material: nada menos que Alberto Favero.