Hair: mágica recreación de este himno de la rebeldía
Hair
Autor: Gerome Ragni, James Rado y Galt MacDermot. Adaptación, dirección general y puesta en escena: Pablo Gorlero. Intérpretes: Agustín Iannone, Diego Rodríguez, Belén Ucar, Mariel Percossi, Sacha Bercovich, Camila Giúdice, Nicolás Cúcaro y elenco. Escenografía: Magalí Acha. Funciones: viernes, sábados y domingos, a las 21, en la Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131.Nuestra opinión: muy buena
Si el cuarto movimiento de la 9ª Sinfonía de Beethoven se tituló "Himno a la alegría", por el poema de Schiller, Hair, de Ragni, Rado y MacDermot, en sus 50 años, es un himno profético, antibélico, que derriba las barreras de la intolerancia, la discriminación, la diferencia de clases, la homofobia y propone disfrutar de cuerpo, mente y espíritu, a partir del amor libre.
En épocas en que los líderes del mundo aplastaban gente con sus tanquetas, la pieza alude, además de levantar las banderas del amor y la paz, a la banalidad de los discursos políticos. Estrenada en 1967 en el off Broadway, se consagró en el Biltmore Theatre, en 1968. En nuestro país se conoció en 1971, en el Teatro Argentino.
Actualmente, por idea de su director, Pablo Gorlero, y con producción de Lino Patalano y Ciudad Cultural Konex, llega en una excelente y muy bien diseñada versión que hace estallar la sala grande del predio de Sarmiento 3131. El equipo de cerca de 40 personas con músicos incluidos despliega una energía que a los pocos minutos de comenzada la función envuelve a la platea en un vértigo de electrizante complicidad que, en su primera función, logró que el público prodigara un aplauso cerrado y de pie a estos valiosos intérpretes, entre 18 y 30 años, cantando a coro el famoso himno "Acuario, deja que entre el sol".
Hair fue escrita entre 1964 y 1967 por Ragni y Rado, quienes, impactados por la llegada del movimiento hippie, escribieron sus más de treinta canciones, que con música rock, pop, baladas e himnos, refieren a negros y blancos y a líderes políticos y sociales (Martín Luther King, Abraham Lincoln, Lyndon Johnson, Mick Jagger, Margaret Mead o el papa).
El título de la pieza, para Ragni y Rado, que eran amantes (sus protagonistas, Berger y Claude, están inspirados en sus propias vidas, que en la versión local son asumidos en un contrapunto de meritoria complementación por Agustín Iannone y Diego Rodríguez), surgió según ha trascendido de un cuadro que vieron en un museo, titulado Hair, pintado por el artista Jim Dine.
La obra amplía los postulados que Allen Ginsberg, figura de la generación beat, que precedió al hippismo, expuso en su poema "Aullido". Los conceptos de libertad, paz y amor, como una forma de despojarse de prejuicios que alimentan los egos, son subrayados a través de la rebeldía y la quema de documentos, en contra de la Guerra de Vietnam.
El musical de Ragni, Rado y MacDermot nunca fue una pieza más. Ambientada en 1968, en el East Village, en Nueva York, definida como conceptual, al tomar como estandarte el camino del héroe y la parábola del hijo pródigo, está dividida en dos actos, con un intervalo, y va in crescendo en una espiral en el que cada cuadro precede al otro, a través de un aparente y vertiginoso clima de anarquía, inteligentemente diseñado por su director, Pablo Gorlero, creador del exitoso musical infantil Saltimbanquis. Perteneciente a la generación intermedia, Gorlero logró transmitir con verosimilitud el concepto de tribu, pocas veces encontrado en las distintas versiones locales. Su puesta encierra la magia de un exquisito manejo grupal, en el bien aprovechado y extenso espacio del Konex. De lo íntimo a lo épico, el puestista se atrevió a emplear dosificadamente el humor, la burla y la rebeldía de esa tribu, en un clima de ingenua confraternidad, en una exuberante atmósfera de amistad que despierta sonrisas y regocijo en la platea.
Este "Evangelio de la Contracultura", tiene aliados de notable oficio, como la coreógrafa Verónica Pecollo; la inconfundible creatividad de Renata Schussheim en vestuario y la dirección musical de Juan Ignacio López. Junto a ellos, las prodigiosas actuaciones en canto e interpretación de un equipo por demás meritorio, en el que sobresalen por sus personajes, Agustín Iannone, Diego Rodríguez, Belén Ucar, Mariel Percossi, Sacha Bercovich, Emanuel Ntaka y Nicolás Cúcaro, que en un guiño escénico personifica a Gerome Ragni.
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