El tan piadoso final de la eutanasia
Gloria
Nuestra opinión: buena
Dramaturgia: Constanza Boquet y Dennis Smith. Elenco: Lourdes Invierno y Karina Hernández. Dirección: Dennis Smith. Sala: El método Kairós. Funciones: viernes, a las 21.
En un patio con plantas y enredadera, dos hermanas esperan la llegada de un médico para su madre. Son muy diferentes, hace mucho que no se ven y el tiempo las distanció: Daniela es la que permaneció en la casa materna, Constanza armó una vida muy lejos. Tomaron una decisión sin vuelta atrás. Pronto se sabrá que este doctor que tanto tarda en llegar se especializa en un servicio no legal, el de la eutanasia o intervención voluntaria para poner fin al sufrimiento de un enfermo sin esperanza de recuperación.
Polémica y piadosa, crimen o dignidad, la palabra "eutanasia" o "muerte dulce" no aparece nunca mencionada en la obra de Constanza Boquet y el director Dennis Smith. Y como no se nombra, permanece, densa, entre ambas mujeres "eso" que encargaron hacer. Mientras tanto, en la larga madrugada de vigilia en la que imaginamos en otra habitación a una anciana inerte, las hermanas hablan de Gloria, como si les costara o casi no pudieran decir mamá.
Daniela (Karina Hernández, la actriz que protagoniza la serie Gorda) no guarda rencores ni culpas. Estuvo cuidando a la madre durante mucho tiempo, fue testigo de su deterioro, hasta tuvo espacio para sentir empatía por esa mujer difícil. En cambio, Constanza (Lourdes Invierno) lleva encima las marcas de una madre potente, dominante, insoportable de la que muy joven eligió huir. Si para Daniela de lo que se trata es de dejarla descansar en paz, para Constanza se pone en juego la responsabilidad de matarla, como la maldición de un deseo cumplido.
Bajo la luz de un farol del patio, las hermanas alternan momentos de confesión. Cuentan escenas del pasado que traen a Gloria al presente, la Gloria de cada una. Otro momento que pone pausa al diálogo es cuando, al encender la radio, se escucha una canción que ambas cantan. Tal vez por su literalidad ("esta es la canción de mi mamá, que vive en la cama y no tiene fuerzas para despegar", dice el tema de Smith), crea un instante de humor y ternura familiar entre tanto reproche.
No hay juicio ni opinión sobre la eutanasia. En todos los sentidos, Gloria debe morir para liberar a las hijas y a la madre, dejarla ir y redescubrir el vínculo, volver a encontrarse sin intermediarios. Solo con una hermana se puede compartir el significado de "mamá". O de Gloria, término que estas dos sensibles actrices citan y definen, según el diccionario, en la apertura de la obra: es honor, majestad, oración y también, paraíso, un lugar adonde estar.