Shrek, el musical: una superproducción de Broadway regresa al Maipo con un elenco de lujo y un poderoso mensaje
La versión teatral se presentará en la cartelera porteña desde el 16 de julio hasta el 21 de agosto, pero antes de su estreno, LA NACION charló con sus protagonistas sobre la importancia de contar una historia que rompa con los cánones de los clásicos cuentos de hadas
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Si pensamos en una historia de amor que rompa con todos los cánones de los clásicos cuentos de hadas sin duda se nos viene a la mente la historia de Shrek, ese ogro que -a pesar de sus inseguridades e imperfecciones- logra conquistar a la princesa de sus sueños mientras nos enseña un claro mensaje: aceptar las diferencias y ser uno mismo es la única clave para encontrar el amor y la felicidad.
Un mensaje muy poderoso y necesario -sobre todo en una época donde el bullying y la discriminación están a la orden del día- que The Stage Company se encargará de potenciar al máximo en esta versión teatral que, a partir del 16 de julio, desembarcará en el escenario del Teatro Maipo. Bajo la dirección de Carla Calabrese y una puesta impactante, esta multipremiada superproducción de Broadway (que ya fue furor en 2015 en nuestro país) recreará la historia de este carismático ogro que -junto a su leal amigo, el Burro, y por encargo del malvado Lord Farquaad- se embarcará en la difícil tarea de rescatar de una peligrosa torre a la princesa Fiona, sin imaginar que terminará enamorándose de ella y, menos aún, que será correspondido.
A lo largo de la función, tanto Shrek como otros entrañables personajes de famosos cuentos literarios serán perseguidos por el ejército de Farquaad, que los llama despectivamente “freaks” y los desprecia por ser “diferentes”. Sin embargo, después de algunas situaciones y aprendizajes, estos descubrirán que la verdadera fortaleza está en la diferencia y en la aceptación de la propia identidad. “Cuando Shrek descubre esa fortaleza en sí mismo, comienza a creer que hasta él, a pesar de ser un ogro, puede lograr cumplir sus sueños, y tal vez -por qué no- ser merecedor del amor de Fiona, una princesa encantadora, soñadora y sorprendente”, le cuentan Pato Witis, Melania Lenoir y Roberto Peloni (tres de los protagonistas de esta bella historia) a LA NACION, antes de su estreno.
Con un elenco local de renombre, orquesta en vivo y canciones originales, este musical ideado por Dreamworks Theatricals y adaptado por Marcelo Kotliar y Calabrese viene a proponernos una misión: “Es hora de actualizar los cuentos de hadas, ¡es hora de disfrutar de Shrek: el musical!”.
Una historia que cobra vida
Después de cautivar a chicos y grandes en el cine, el ogro más carismático y gruñón del planeta vuelve a cobrar vida en esta versión teatral que regresa a la cartelera porteña, tras el éxito de 2015, durante todas las vacaciones de invierno y hasta el 21 de agosto. “Es un súper musical con un enorme mensaje y con el elenco más talentoso que tenemos en la Argentina. Van a ver un espectáculo como en Broadway”, asegura Peloni mientras se prepara para volver a ponerse en la piel del villano de esta historia.
Si bien tanto él como Lenoir ya estuvieron en la puesta anterior y vuelven a repetir papel, en esta nueva versión Shrek cambiará de cuerpo y será Pato Witis (conocido por su rol en La desgracia o como coach del Cantando...) el encargado de interpretar a este ogro con todo lo que ello implica. “No me lo esperaba en absoluto. Cuando la directora me lo propuso le dije que me deje pensarlo y cuando corté, dije: ‘¡Claro que quiero hacerlo! No tengo nada que pensar’”, recuerda el actor y cantante sin negar el miedo que, en un principio, le generó este desafío.
Sin dudas, personificar en carne y hueso al ogro más famoso del mundo implica una gran responsabilidad para la cual él se preparó de la mejor manera. “Ya probé el traje corpóreo, me falta lo que sería la cabeza que es un mundo aparte. Hablé con Pablo Sultani, que es quien lo hizo en 2015 y me dio algunos tips. Me dijo: ‘Vas a transpirar muchísimo, así que usá este tipo de calzoncillo con este tipo de tela. Adentro del traje no vas a escuchar mucho, así que tenés que estar muy atento. Después para girar la cabeza tenés que doblar todo el cuerpo’”, enumera, entre risas, quién también deberá someterse a un arduo proceso de maquillaje antes de cada función.
“Voy a llegar tres horas antes para el make up porque tengo una máscara de látex hecha por Germán Seres, pero las marquitas, las pequitas y las expresiones se van a pintar con aerosol en el momento”, agrega entusiasmado y muy ansioso por descubrir el resultado final.
“Yo estoy muy contenta que entro en el vestido todavía”, interrumpe Lenoir, que no solo repetirá el mismo vestuario de la puesta anterior sino que deberá redoblar su energía para “convertirse” en cuestión de segundos: “En menos de un minuto me tengo que transformar. Es una obra súper aeróbica y vertiginosa. Es impactante visualmente”, reconoce la actriz que tiene una gran trayectoria dentro del mundo de la comedia musical.
Por su parte, quien quiere casarse con Fiona para obtener el título de rey de su pantano no solo se destaca por su gran transformación sino por su trabajo físico sobre el escenario, ya que durante toda la función debe caminar de rodillas para simular su pequeña estatura. “El esfuerzo físico es muy grande, termino muerto pero feliz. El estar en esa posición es muy cansador porque además de ser un laburo muy aeróbico necesitás capacidad de aire para poder cantar y bailar”, revela este multipremiado actor que cuando se pone “las patitas” ya se siente “un sinvergüenza”.
Quien se suma a este trío protagónico y tendrá el gusto de interpretar al burro; uno de los personajes más queridos de esta historia debido a su gracia, torpeza y lealtad para con su amigo el ogro es Manu Victoria, un actor, cantante y bailarín nacido en Santo Domingo. “Lo que más me gusta de este rol es que puedo jugar con lo que digo y con mi cuerpo (me tiro al piso, salto), realmente es como volver a ser niño. Y me encanta su corazón. Es enorme, simple y tranquilo”, revela quien, al igual que sus compañeros, encontró varios puntos en común con su personaje. “Los dos amamos a nuestros amigos. Mis amigos son mi familia”, explica este dominicano que al radicarse en la Argentina tuvo que construir nuevos vínculos y relaciones.
Para convertirse en este tierno animalito, Manu también tuvo que someterse a un gran proceso de composición que, según sus dichos, se basó en mirar muchos dibujitos animados y estudiar con su cuerpo los movimientos súper marcados que hacen. “Encontré la voz del personaje, la corporalidad y sobre todo el “timing” de comedia, que tiene que ver con la precisión justa de las miradas y las acciones”, revela feliz con el resultado.
El elenco se completa con Mariano Condoluci, Flor Anca, Pilar Muerza, Mía Saguier Marcuzzi, Tomás Albertoni, Fátima Seidenari, Tomás Martínez, Agustín Pérez Costa, Lucila Asad, Sofía Franks, Santiago Tezza, Pedro Velázquez, Azul Botticher, Jonathan Vidal y Lucas Noda.
“Ver una peli de Disney vs. estar en Disney”
Mientras los protagonistas coinciden en que la versión teatral es mucho más atractiva que la cinematográfica, hay una frase que, según Peloni, resume las diferencias a la perfección: “Las diferencias son: ver una peli de Disney y estar en Disney”, sintetiza dando cuenta de la enorme superproducción que se verá en escena. En el mismo sentido, Lenoir señala que es como estar en un simulador real y detalla: “La película tiene temas comerciales que todos conocemos. La obra tiene canciones originales (el único en común es “I am a believer”) que son superadoras. Están muy bien escritas, son muy lindas de escuchar y además, cuentan cosas del vínculo entre los personajes”.
Esos personajes con los que, a pesar de ser ficcionales y animados, los protagonistas reconocen sentir una fuerte conexión. “Yo soy la antiprincesa. Soy muy torpe, muy parecida a Fiona”, asegura Lenoir, quien aprovechó estas similitudes para ponerle su propia impronta a la heroína de esta historia. Al igual que ella, quien será su “príncipe” sobre el escenario reflexiona sobre aquello que lo une a este ogro tan tierno pero gruñón. “Yo tiendo a parecer híper accesible pero soy muy reservado, tengo como una capita de cebolla y a Shrek le pasa lo mismo: le cuesta salir hasta que descubre que puede ser quien es y ser aceptado tal cual es. Creo que Carla fue astuta al poder ver esa agudeza en los dos”, indica Witis dejando en claro que no podía haberle tocado mejor papel.
“En mi caso es un villano, pero lo entiendo así que debo ser un poco así. Entiendo cómo piensa, por qué lo piensa, cada giro que va dando”, bromea Peloni mientras, más que similitudes, encontró diferencias a la hora de encarnarlo. “Es un metro más bajo que yo, tiene un palacio; cosa que yo no tengo... El flequillo podría compartir quizá”, expresa al tiempo que destaca el placer que le da hacer de “malo”. “Yo me mato de gusto haciendo este papel, cada respiración es disfrutable. Es muy divertido hacer de este negador absoluto, alguien que está todo el tiempo con el ojo afuera criticando y no ve que él es tan freak como los demás”, agrega.
¡Qué viva la diferencia!
Mientras resaltan el compromiso que implica trabajar para el público infantil, los protagonistas de este musical revelan que es lo que más disfrutan de sus espectadores bajitos. “Verlos reaccionar y cantar es lo mejor. Cuando no funciona te la hacen sentir y cuando funciona también. Son muy honestos, no te la caretean. Como entrenamiento actoral es algo único”, advierte Lenoir mientras Witis da algunas tácticas para cautivarlos: “Si los captás con algo que llame su atención, te siguen hasta el final”. Por su parte, y fiel a su sentido del humor, Peloni bromea: “Es más honesta la comunicación porque el adulto te sonríe, te aplaude y a la salida si no le gustó te putea, pero el nene te escupe ahí mismo”.
Con un despliegue de artes combinadas, marionetas en escena y muchas referencias a la actualidad o “chascarrillos” para los adultos, Shrek: el musical no solo propone diversión para toda la familia sino un poderoso mensaje que reivindica la diversidad, las diferencias y aceptar al otro tal cual es; ideal para estos tiempos de tanto bullying y discriminación. Mientras que los protagonistas aseguran no haber sufrido esto en carne propia durante su infancia, coinciden en la importancia de “cambiar ciertos patrones de comportamiento” y crear espacios de contención para quienes lo padecen. “Dejemos de creer que una persona vale por su belleza y no por sus capacidades. Tenemos la responsabilidad de ser conscientes y generar cambios en esos patrones culturales”, ruega la figura femenina de este musical porteño.
Si bien no vivieron este tipo de situaciones de chicos, los actores pueden entender lo que genera en el otro el sentirse desplazado o rechazado; una sensación similar que identifican con cada “no” recibido a lo largo de esta competitiva carrera. “Nuestro ambiente puede ser hermoso y también un lugar muy duro. Creo que todos hemos pasado por muchos ‘no’. Yo me he sentido frustrado en varias oportunidades pero lo que me salvó fue el entorno familiar. Poder ir a apoyar la cabeza, llorar y exteriorizar lo que me pasaba en el hombro de mis padres, hermanos y amigos”, revela Witis enfatizando la importancia de poder crear espacios de contención.
Quien coincide cien por cien con su compañero es Lenoir que reconoce haber gastado mucho taco sobre el escenario para poder llegar al lugar que ocupa hoy dentro de la comedia musical. “Esta profesión es muy difícil porque estamos constantemente exponiéndonos a que nos digan: ‘No me gustás, no me servís’ y es fuerte ese mensaje. Con el tiempo uno va aprendiendo que no es tan personal y que hay que seguir moviéndose. El ‘no’ te tiene que poner en un lugar de disponibilidad creativa, te tiene que incentivar a seguir trabajando y mejorar”, aconseja quien además de este infantil protagoniza la obra Come from away, Forever Young y se está preparando para codirigir junto a Calabrese la obra Consentimiento.
“Que el éxito no se te suba a la cabeza y el fracaso no se te baje al corazón”, interrumpe Peloni para compartir su frase favorita; esa que tanto lo ayudó durante los altibajos de su carrera. “Que el otro te diga que sí no significa que seas bueno tampoco. Lo que hagas tiene que ser para vos. Cuando yo entendí eso, disfruté de mis trabajos mucho más”, aclara, quien en octubre estrenará un unipersonal llamado El brote de la mano de Emiliano Dionisi.
A raíz de los dichos de su compañero, Witis suma una acertada reflexión: “Pensándolo bien: hoy no seríamos quiénes somos si no hubiéramos pasado por todos esos ‘no’. En lo personal, tuve tantos que ya me curé de espanto y entendí que van a seguir estando pero el tema es como te los tomás vos”, señala, quien a partir de fines de julio alternará su labor en las tablas (también protagoniza Come from away) con la TV, ya que será uno de los 100 jurados en Canta Conmigo Ahora, el nuevo formato de Marcelo Tinelli.
Función distendida: 7 de agosto
En el marco de este gran mensaje inclusivo que propone la obra, la producción de Shrek: el musical anunció una función distendida para todo aquel público con necesidades especiales en la comunicación o del espectro autista. “The Stage Company siempre intenta ser muy consecuente con el mensaje que da y por eso, vamos a hacer funciones distendidas para que todos puedan disfrutar de la obra. Se les armará el clima ideal e idóneo para que puedan venir y disfrutar del espectáculo”, explica Lenoir, quien ya fue parte de este tipo de apuestas.
Como parte de los cambios necesarios para llevar a cabo este tipo de funciones, se adaptará no solo la obra sino la sala, el hall del teatro y la iluminación para recibir a personas especialmente sensibles a la luz, a la oscuridad, al volumen alto y a las estridencias. A su vez, durante la función se podrá circular libremente dentro de la sala que permanecerá todo el tiempo con la luz encendida. El volumen será más bajo que de costumbre y habrá altísima tolerancia a los ruidos y movimientos de los espectadores. “Todas las obras deberían implementarlo porque no es tan difícil. Además es tan hermoso ver a algunos niños disfrutar por primera vez”, confiesa la actriz intentando contagiar a otros espectáculos mientras Witis define esta experiencia como un desafío hermoso, donde “el corazón te estalla”.
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