Sesenta años de un crimen exitoso
El domingo pasado, La ratonera , la comedia policial de Agatha Christie, cumplió sesenta años de representaciones continuas -salvo una pausa de dos días para cambiar de teatro, en 1974-, convirtiéndose en la obra más longeva de la historia. Siete días antes, el 18 de noviembre, festejó las 25.000 funciones, siempre a teatro lleno.
En su origen fue un breve radioteatro, titulado Three Blind Mice , transmitido por la BBC el 30 de mayo de 1947 y dedicado por Christie a la reina Mary. Cinco años después se estrenaba, transformado en una obra en tres actos, el 25 de noviembre de 1952, en el New Ambassadors Theatre. Aunque responsable de dar forma dramática a su historia, la autora no abrigaba muchas esperanzas sobre el futuro de la obra: "No durará más de ocho meses", sentenció. Pero se aseguró de que los derechos estuvieran a nombre de su nieto, Matthew Pritchard, que a estas alturas ya acopió una más que regular fortuna.
En realidad, la primera representación se hizo el 6 de octubre de 1952, en una localidad cercana a Londres, en el Theatre Royal, de Nottingham. Las funciones en el New Ambassadors se hicieron desde la fecha inaugural hasta el 23 de marzo de 1974, cuando la producción se mudó al teatro de al lado, el Saint Martin's, y reabrió dos días después. Hace ya mucho tiempo que la dirige David Turner.
En el reparto original figuraba Richard Attenborough, quien años después dirigiría el multipremiado film sobre la vida de Gandhi. De ese primer elenco, siguen actuando Mysie Monti y David Raven, pero el equipo se renueva anualmente. La escenografía fue modificada en 1965 y en 1999: el único objeto de utilería que permanece sobre la repisa de la estufa, después de seis décadas, es el reloj, ese elemento fundamental en casi todas las ficciones de Christie.
Con motivo del acontecimiento se hizo este domingo una función de gala, a beneficio de una institución derivada del éxito interminable, la Mousetrap Foundation, que se ocupa de becar a jóvenes dramaturgos, actores, técnicos y directores, dirigida por el beneficiario de los derechos, Matthew Pritchard. Actuaron, entre otros, Hugh Bonneville (el conde de Grantham en Downton Abbey ), Patrick Stewart y Julie Walters.
La única rival de La ratonera (título derivado de una frase de Hamlet : "La obra es la ratonera en la que atraparé al rey") es La cantante calva , de Ionesco, estrenada en París el 11 de mayo de 1950, dirigida por Nicolas Bataille en el Théâtre des Noctambules, e instalada desde 1957 en el diminuto Théâtre de la Huchette.
En estos días, críticos y eruditos británicos se empeñan en descubrir dónde está el secreto de semejante longevidad, puesto que La ratonera (aparte de un final sorprendente) es una obra menor. Un dato importante es el turismo, también fuente de espectadores para La cantante calva en París; si bien La Huchette es una sala ínfima. Entre nosotros, cabe recordar como ejemplos de permanencia en cartelera, La virgencita de madera , con los hermanos Ratti; Cuando los duendes cazan perdices , con Sandrini, y Salsa criolla , con el formidable Enrique Pinti. En todos los casos se reconoce la importancia del boca en boca. O, más exacto, de boca en oreja.