Se cumple el sueño de Carlos Gandolfo
Llegar a la fachada del edificio de estilo que fue durante muchos años la casa y el estudio de Carlos Gandolfo es emocionante para quien haya pasado alguna vez por sus clases de actuación... o de vida, como dirían muchos. Ahora tiene estandartes que señalan que allí se trasladó el Actors Studio Teatro, que regentean su hijo Matías y su ex esposa Dora Baret. Hoy se inaugura como sala teatral, con capacidad para 120 personas.
Y el espectador entrará a una casa de mosaicos de estilo, y pasará por unas puertas que encierran tanto ensayo, tanta improvisación, tantas miradas y "sueños de pasión", como decía siempre el maestro, parafraseando a Lee Strasberg.
Más allá, el porche fue convertido en un cálido barcito, donde se pueden consumir gaseosas, café y alguna empanada o sandwichito. Hay un patio, que seguramente será lugar de tertulia en verano, y la sala. El teatro precioso con el que Carlos Gandolfo soñó cuando se instaló en ese solar de Díaz Vélez 3842, entre Medrano y Salguero.
"La idea de papá no era hacer un teatro comercial, sino que sus alumnos tuvieran un lugar para mostrar lo que hacen. Había hecho la boletería y los camarines, pero ésta es la primera vez que vamos a sacar esa idea a flote", explica Matías, con una indisimulable emoción, mientras acomoda tachos de luces.
"Esto es muy movilizante. Es seguir lo que Carlos quería. La sala se abre con una obra que dirige uno de mis hijos. Además, es nuestra y no tenemos que depender de la renovación de un contrato de alquiler", agrega Dora Baret, quien conoció a Carlos Gandolfo en 1958, formó parte de su primera camada de alumnos, se casó con él y, aunque se divorciaron, nunca se separó de él afectivamente.
Es que el Actors Studio de Matías y Dora no nació ahora. Hace nueve años lo abrieron en un sótano amplio y acogedor de la calle Perón, en Balvanera, donde hicieron sus primeros éxitos en el off: "Bang-Bang" y "Un tranvía llamado deseo". Pero a los cuatro años les quisieron aumentar el valor del alquiler y tuvieron que mudarse a una vieja maderera en la teatrera zona del Abasto, sobre la avenida Corrientes, donde estuvieron cinco años. Pero algunos problemas con la habilitación, primero, y luego el escollo de un alquiler que se les triplicó los obligaron a cerrar nuevamente. "Aníbal Ibarra y nuestro público fueron quienes nos apoyaron siempre, porque el Instituto Nacional del Teatro nos dio la espalda", acusa Matías.
En el aire flota un halo de alivio, de entusiasmo y de homenaje. Grandes retratos de Dora Baret y Carlos Gandolfo (nombres de la sala inaugurada), de Marlon Brando y otros actores que pasaron por el Actors Studio, parece que observaran casi con aprobación. Más allá, una señora lustra el importante escenario de 8 m por 7 m de profundidad, y los colabores de siempre hacen ajustes en la consola computarizada, de 24 canales, y en el equipo de luces de 50 tachos.
Estrenos
La sala se inaugura hoy con "Déjà-vu, o yo estuve aquí alguna vez", la obra de J. B. Priestley, que adaptó y dirige Matías Gandolfo y que estará en cartel los sábados, a las 21. Trabajan Héctor Magnoli, Iara Ruiz, Sebastián Blanco Leis, Julián Caisson, Natalia Masseroni y Gustavo Cenatiempo, el grupo con el que trabajó en "La soga", de Hitchcock. "Ayer vi un ensayo general y me conmueve porque Matías tiene características de Carlos en sus puestas. Mirá lo que son los genes... Le sale así. Hay cosas que son el sello Gandolfo. Hay como una cosa de verdad ahí arriba", dice Dora Baret, quien no tuvo inconvenientes en quedarse toda la noche despierta, con su hijo y su nuera, pintando el escenario.
Pero también el 26 de mayo se estrenará una nueva versión de "Extraño juguete", de Susana Torres Molina, dirigida por Ana María Giunta y Ricardo Racconto, con Vanina Ramírez, Gimena Racconto y Claudio Veliz, que se verá los viernes, a las 22.30.
"Desde que conocí a Carlos, estuvimos abriendo lugares. El primer café concert que hubo en el país fue nuestro: el Café Teatro Estudio, con el que también tuvimos problemas de habilitación. Pero cuando nos la dieron, ya habíamos devuelto el lugar. Posteriormente tuvimos la sala Planeta, en la que Carlos era el director general. Después, cada vez que él alquilaba un estudio, lo transformaba. Por eso, esto para nosotros es habitual. Mis hijos Matías y Emanuel nacieron y se acostumbraron no sólo al teatro y al cine, sino a estar transformando todo el tiempo el hábitat", recuerda Dora.
Hoy, la inauguración, con la primera función de "Déjà-vu...", contará con la presencia de muchos de los que hoy son actores prestigiosos y que pasaron por aquellos salones donde el maestro Gandolfo se esmeraba en conducir a cada uno para encontrar la firmeza de su inspiración.
Tocan el timbre. Llegan del San Martín para traer enormes láminas de "Copenhague" y "En casa, en Kabul", los últimos trabajos de dirección de Gandolfo, quien falleció el 12 de enero de 2005, a causa de un cáncer de garganta que padeció durante 20 años, pero que no le impidió seguir trabajando por el teatro. Esos afiches adornarán el nuevo espacio. "Se está generando una energía muy linda. Hasta cuando me hacen reportajes descubro gente que estudió con mi viejo. Esto es especial por eso y porque ya estamos libres de los alquileres. Nos da una tranquilidad porque es nuestro, pase lo que pase", reflexiona Matías. "La idea es seguir prestando el espacio, principalmente, para la gente del estudio, y estamos viendo otros proyectos. La idea es que la sala funcione todo el día."