Sandro les canta a sus "nenas"
La obra cuenta la historia de una fanática y su relación con su esposo y el ídolo
Litto Nebbia está sentado en la banqueta de un bar tocando la guitarra. "Con mi balsa yo me iré a naufragar", entona ante la atenta mirada de un colega y las cabecitas danzantes de las mujeres que se dejan conquistar por esa melodía. "¿Qué te parece, Roberto?", le consulta a su amigo. "Le falta rocanrol", contesta él e inmediatamente empieza a mover las caderas a lo Elvis para delirio de hombres y mujeres.
El es Sandro, el protagonista de un nuevo musical que se estrena hoy en la calle Corrientes: Por amor a Sandro. El musical de América subirá a escena en el Broadway con la dirección de Ariel del Mastro, libro de Daniel Dátola y producción de Héctor Cavallero.
Shock de colores, luces, psicodelia por doquier. El escenario se llena de esa moda sesentista y kitsch que tanto dio que hablar. Allí bailan "las nenas", con frenesí, con amor total. Idolatran a Sandro como si fuera un dios y lo harán por siempre. Pero, ¿cómo amar a un ídolo y a un esposo al mismo tiempo? Algo de eso cuenta esta obra y no es casual que sean tres los protagonistas, los necesarios para conformar un perfecto triángulo amoroso: Fernando Samartín, Natalia Cociuffo y Christian Giménez, se ocuparán de poner cuerpo y voz a esta historia.
"Estamos viendo a Sandro desde una fan. Es una historia de amor con los matices que tiene el amor. Antonio (Giménez) y Alicia (Cociuffo) se aman mucho y tienen hijos. Hay una salida tangencial que es la relación de ella por su ídolo. Y tratamos de contar cómo se resuelve o no eso", explica Ariel del Mastro, que viene masticando esta historia desde hace más de un año y está ansioso por verla funcionar.
En busca de una puesta casi arqueológica, Del Mastro investigó en profundidad el universo simbólico de la Argentina que vio nacer el fenómeno Sandro. La obertura se sitúa en los comienzos: Pipo Mancera presenta a Roberto Sánchez en uno de sus Sábados circulares , uno de los programas televisivos más populares en los albores de la década del 60. "Fue difícil establecer el código. Investigamos cómo hablaban, cómo se vestían, cómo se movían las personas en esa época. Ojalá que la gente entienda que no está mal actuada sino que hay una elección estética", explica Del Mastro.
Un elenco ecléctico
"Pensé que para hablar de Sandro como artista tenía que buscar a alguien que sea muy parecido. Vi a mucha gente que le rendía tributo, vi muchos, muchos?" Del Mastro recorrió el país en busca de su Sandro durante meses hasta que apareció el indicado.
"Daniel Dátola me encontró en un video en YouTube. Me empea seguir. Me vinieron a ver al teatro Roma a un espectáculo en que hacía a un Sandro de los años 80 y a uno más adulto. Eso les interesó porque en la obra iban a necesitar representar el paso del tiempo", relata Fernando Samartín, el "inpersonator"–tal es la forma en que se define, en detrimento de "imitador"–, que será el encargado de convertirse en Sandro para este musical. "Me emocionó mucho cuando lo vi", cuenta el director. "Me transportó a cuando lo vi en el escenario. Algo de su emoción, de sus manos, de sus gestos me conmovieron". Ariel no tiene dudas. Sabe que su ojo entrenado en descubrir talentos no se equivoca. Fernando tenía que ser Sandro.
"Lo estudio desde hace mucho tiempo mirando videos. Siempre traté de actuar su personaje pensando en qué haría él plantado en este mismo lugar. Los músicos se sorprenden porque a veces tengo salidas que hubiera tenido él", cuenta. También está ansioso, más por el desafío de ser parte de una obra de teatro que por vestirse de Sandro. Ya está acostumbrado y hasta conoce a "las nenas" por su nombre. "No quiero ser él, lo hago desde la admiración desde el cariño y las nenas cuando me van a ver juegan a rememorarlo un ratito", aclara.
Natalia Cociuffo tuvo que tomar una difícil decisión antes de aceptar ser Alicia. Había sido seleccionada para interpretar a Tania en Mamma Mía!, musical de Broadway que es un éxito probado en todo el mundo. Mientras esperaba que le den un contrato para firmar, la convocaron para las audiciones. "Hice la prueba y tuve que hacer una escena que es una de las más fuertes de la obra. En ese momento sentí que mi mundo pertenecía más a eso, porque se pone un fuerte acento en lo actoral", comenta Cociuffo, quien ya había tenido un acercamiento al mundo del Gitano en 2007, como parte del elenco de Quiero llenarme de ti. "Me encantaba toda esa sensación de Sandro: la corbata roja, las rosas, la presencia de él que hay permanentemente. Me encantó volver a elegirlo".
Ser fan
"Hace un año escuchamos que iban a hacer una obra. Nos convocaron para que les enseñemos a las nenas a ser nenas", cuenta entusiasmada Graciela Montaña, aunque admite que al comienzo les preocupaba que no se respete la memoria de su ídolo: "Teníamos miedo que no esté a la altura de Sandro, pero vimos que su imagen fue muy cuidada".
"Me parecía muy importante tener un feedback de las nenas a la hora de construir esta historia. Tuvimos muchas charlas, ellas nos trajeron material fílmico, anécdotas y cuando hubo que caracterizar a cada actriz del ensamble con una nena las trajimos e hicimos que se identifiquen con alguna", explica Del Mastro y todavía sigue buceando en las características del fanatismo a ultranza de estas mujeres. "Es que es un personaje realmente increíble. Como artista, lo vimos todos, y como persona, tenía una relación auténtica con las fans. Ellas siempre cuentan que las llamaba por teléfono para ver que estén bien. Era cálido, afectuoso y cercano", continúa el director. Aunque no pudo conversar con Olga Garaventa, la viuda del Gitano, cuenta con el visto bueno: "Leyó el libreto y hasta se emocionó. Incluso nos aportó algunas anécdotas, como la de Litto Nebbia".
"Yo fui fanática de un grupo a los 15 años, pero nunca con tanta fascinación como estas mujeres", explica Cociuffo, que tuvo que nutrirse de las vivencias de "las nenas" para configurar a su fan: "Alicia es un poco de todas. Ella lo dice en una frase: el amor por Antonio y la pasión por Roberto, que ni ella misma puede entender ni expresar. Es lo que les pasa a muchas nenas. Es lo que más les pregunto a ellas. Muchos de sus maridos se las bancan, las acompañan. Pero en su intimidad más profunda, Roberto las enamoró a todas.
PARA AGENDAR
Por amor a Sandro: de Daniel Dáttola. Teatro: Broadway, Corrientes 1155. De miércoles a domingos. Desde 100 pesos.
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