"Saltimbanco" está cerca
La compañía canadiense fue creada por un artista callejero, hoy convertido en millonario, y llega por primera vez a América latina
La carpa del Cirque du Soleil impacta. En cualquier lugar del mundo donde se encuentre. Tiene que ser carpa. Porque aunque la música es uno de los factores más importantes de cada espectáculo y los efectos lumínicos, de vestuario y ambientación son espectaculares, es circo. Sin animales, claro. Es que cuando se creó, en 1984, una de las consignas inalterables era esa: ningún animal. Sólo artistas humanos. Pero de esos que no sólo despiertan la atención por su destreza, sino que trabajan para un concepto que atrapa y no le deja ni una pequeña chance al aburrimiento.
Es caro. Por eso tantas veces se dijo que podría llegar a la Argentina, pero nunca se concretó. Es que debía coordinarse una gira por otros países de la región que justificase la inversión. Finalmente, se pudo y el Cirque du Soleil comenzó una gira hispanoamericana que incluye México, Chile, la Argentina y Brasil. Ya estuvo en la capital mexicano y, actualmente, está en Santiago, desde el 15 de marzo, donde permanecerá hasta el 22 de abril, para cumplir con el plan de 52 funciones. En
la Argentina se tienen un poco menos de fe porque son menos días. El estreno será el 5 de mayo y las funciones están programadas hasta el 28.
Ya se está instalando una carpa de 20 mil metros cuadrados en la Costanera Sur, exactamente donde estaba la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors. Se dice que la permanencia podría prolongarse según la demanda de entradas que, hasta ahora, ha sido más que satisfactoria. Sobre todo si se tiene en cuenta que la entrada más barata cuesta 90 pesos (para los martes y miércoles) y 120 (de jueves a domingo), mientras que la más cara, para aquellos privilegiados que se ubiquen en el "tapis rouge", costará 450 pesos para cualquier día.
De los siete espectáculos que están en gira, el que llega a América del Sur es "Saltimbanco", nada menos que el primer show exitoso de la compañía, estrenado en 1992. Los demás son "Alegría" (actualmente en Milán), "Corteo" (a punto de llegar a Nueva York), "Dralion" (en Ginebra), "Quidam" (en Long Beach), "Varekai" (en Portland) y "Delirium" (en la Florida). Pero, además, hay otros cinco shows instalados en forma fija: "Ka", "O", "Zumanity" y "Mystére", en Las Vegas, y "La Nouba", en Orlando. "Aunque es el mismo show que estrenamos en el 92, es distinto cada noche por su evolución natural. Sabemos que en la Argentina el público es muy exigente, culto y refinado, por eso esperamos recibir una respuesta emocional fuerte que valore la sofisticación del espectáculo", dijo oportunamente el director artístico Matthew Jessner, en su llegada a Buenos Aires. A su vez, Marcelo Ripoll, director general de CIE Argentina, afirmó que la idea es traer un espectáculo del Cirque du Soleil cada dos años, aproximadamente.
El concepto general de "Saltimbanco" ofrece "una nueva visión de la vida urbana basada en el optimismo y la alegría", según lo definió el director. Participan 55 artistas de 15 nacionalidades diferentes, con todo tipo de disciplinas artísticas y circenses, pero en total, 180 personas forman parte del espectáculo. Hay payasos, malabaristas, un diábolo vestido de blanco que hace pruebas con un yoyó chino, un número de boleadoras, cuatro acróbatas en bungee, un dúo de trapecio, una familia rusa entera en el columpio, una bailarina que hace destrezas en el doble cable de acero, un solo de trapecio, pértigas chinas, dos gemelos en un cuadro de fuerza, y un matrimonio ruso con su hijo en una coreografía acrobática.
Entre las múltiples nacionalidades de "Saltimbanco" hay una argentina: Adriana Pergorele, que participa en el número de boleadoras. Pero hay más compatriotas recorriendo el mundo. Entre los identificados figuran Guillermo Toto Castiñeira, Cristian Zabala (en "Alegría"), Gabriel Chamé Buendía (quien fue parte del Clú del Claun) y Cachi Bratoz (el maestro de ceremonias de "Dralion"). Kris Niklison también fue parte importante, pero se retiró para formar su propia compañía.
En marzo de 2004, el argentino Cachi Bratoz recibió un video del personaje de "Dralion" y él envió otro componiéndolo. Al mes estaba firmando el contrato para viajar, en mayo, a Montreal, para ensayar y, luego, a Viena, para estrenar. Todo fue cuatro años después de haber hecho un casting bastante general. "El Cirque es una tremenda fábrica de cultura que no deja de sorprenderme. Me han visto actuar miles de personas en muy poco tiempo, lo que me da una tremenda felicidad. El ritmo es muy intenso porque se hacen entre 8 y 10 funciones semanales, pero entre cada ciudad tenemos una semana de descanso. Por suerte, viajo con mi novia y siete valijas, en las que guardamos desde ropa hasta una tostadora y adornos varios, con los que intentamos que las habitaciones de hotel se parezcan más a un hogar", comentó Bratoz en comunicación telefónica desde Ginebra. Es que la sede del Cirque du Soleil está en Montreal (Quebec), donde se entrenan los artistas seleccionados para integrar las distintas compañías. A veces entrenan hasta cuatro meses, cuando sus números son considerados perfectos como para salir a la pista. Aunque muchos se quedan en el camino.
De hippie a millonario
Un grupo de artistas callejeros, lanzallamas, zancudos y malabaristas se juntaron en 1982, en un pueblito de Quebec para formar una compañía de circo. El Cirque du Soleil fue creado oficialmente en 1984, con la asistencia del gobierno de Quebec. Su creador fue Guy Laliberté (47 años), un tragafuegos, zancudo y acordeonista, pero, fundamentalmente, el dueño de un agudo sentido artístico y empresarial.
La multiplicidad de nacionalidades y costumbres en cada compañía obliga, por ejemplo, a que haya una directora terapéutica. En estos momentos, está en Buenos Aires dictando un taller Diane Jules, quien se ocupó de esta tarea en "Quidam" y "Alegría", en las giras de Australia y Japón. "Estos atletas son muy jóvenes y viven como gitanos. No tienen una residencia fija y forman sus familias en los viajes. Algunos hace 15 años que vienen girando. Con ellos hice talleres intensivos, conviviendo con ellos doce horas por día. No sólo hice un trabajo de expresión artística sin la necesidad de la palabra, sino que pasé muchas horas observándolos", explica Jules. "Soy una actriz, pero mi trabajo fue casi terapéutico. Observo cómo afecta lo cotidiano a lo artístico. Hay muchas nacionalidades mezcladas. Pero puedo decir que fue uno de los mejores momentos de mi vida."
Sin duda, la mística del Cirque du Soleil hace que todos quieran verlo. Lástima que serán sólo privilegiados los que puedan hacerlo. Cosas irremediables del show business.
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