Retratos del teatro de variedades
La propuesta de Noralih Gago divierte y tiene tres buenas actuaciones
Varieté de las tabas. Intérpretes: Matilde Campilongo, Marcelo Keller, Silvia Villazur. Vestuario: Marcelo Silvera. Escenografía: Silvina De Gennaro, Juan Manuel Maseda, Silvina De Gennaro. Diseño de luces: Ignacio Spaggiari. Música original, arreglos y producción musical: Alberto Horst. Asistencia de escenario: Javier Gómez. Asistente de producción: Julieta Alfonso. Asistencia de dirección: Guillermina Schauman. Coreógrafo adjunto: Gustavo Monje. Coreografía: Matilde Campilongo, Marcelo Keller. Dirección y puesta en escena: Noralih Gago. En Anfitrión (Venezuela 3340). Jueves, a las 21. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: buena
Tres intérpretes buscan recorrer el mundo del varieté. Y, en sus miradas hacia el pasado, rescatan a seres incuestionables que, a través de sus trabajos, han aportado algo importante a esa historia del género. Está el cantante glamoroso que pone en su sensualidad más compromiso que en su propia voz; la sexy vedette tonta que invita a participar de un espectáculo que dice ser fundamental; la artista veterana que sólo traerá algunos recuerdos vencidos y, los de siempre, los infaltables, esos bailarines que, entre rutina y rutina de los actores y los cantantes, darán continuidad al show con puro histrionismo.
La contraescena, mientras tanto, dará cuenta de ciertos preparativos para ingresar al show, pero sólo veremos las piernas de los artistas. Esa parte del cuerpo que se planta en la escena y que obliga a un impulso mayor a la hora de mostrarse a la platea y conseguir de ésta la aceptación.
El espectáculo está conformado por una serie de sketches y, entre ellos, una pareja de baile o un cantante algo desaforado irán construyendo un varieté, cuya mayor riqueza está en la capacidad de los actores para transformarse en ricos personajes, cuyas aristas están explotadas al máximo.
Una pequeña dramaturgia imposibilita un desarrollo mayor a la propuesta en su concepción integral. Pero todo lo que en escena sucede tiene precisión, está bien planteado y entretiene. Los tres actores -guiados por Noralih Gago- demuestran una seria adhesión a ese juego que transitan con ganas y también con mucho talento. Como los viejos artistas de varieté, salen a escena dispuestos a conquistar a los espectadores, y lo logran.