Retazos, un musical a la mexicana sobre la búsqueda de identidad
Interpretada por Julia Morgado y Mariela Passeri, fue generada en un seminario intensivo de la Bienal de Arte Joven
Es 1989 en Buenos Aires cuando Rosalinda crece al lado de una tía abuela. La madre se exilió en Europa y nunca volvió. El padre, en México, tampoco. A los doce años, está demasiado sola para comprender. Hasta que alguien muy especial la acompañará en el viaje hacia su identidad, una señora a quien la cultura popular mexicana llama la Catrina, un extraño ser con un pie en cada mundo, el de los vivos y los muertos, festiva y burlona porque sabe que todos tenemos destino de calavera.
"También le dicen la Calavera Garbanzera, otro nombre de la Catrina. Lleva joyas y adornos, se burla del dinero y la ambición, es cínica y alegre a la vez. La muerte es parte de la vida, es una rueda y esa imagen nos gusta, el renacer después de dejar atrás la infancia", dicen Ivana Schiaffino y Natalia Badgen, las autoras de Retazos, el musical que inicia su segunda temporada mañana en El Método Kairos con una novedad: en lugar de Karina Hernández, la Catrina es Mariela Passeri. El resto del equipo se mantiene igual: Rosalinda es Julia Morgado y los músicos en escena, que también actúan, son Joaquín Villazuela (batería), Moira Morgulis (acordeón), Federico Demicheli (contrabajo) y el compositor y director musical Gabriel Illanes, al piano.
"Siempre la pensamos como un musical. Cantar las cartas de amor del papá y la mamá fue solo el principio pero se fueron sumando canciones con ritmos de distintas regiones de América", dice Badgen, la directora además de coautora. Las tres patas de este proyecto, Badgen, Schiaffino e Illanes, fueron parte del seminario intensivo de Teatro Musical de la Bienal de Arte Joven 2019, tutoreados por Luis Longhi, Pablo Gorlero y Juan Ignacio López. Durante ese trabajo de creación y experimentación, cada vez que presentaban segmentos de la obra, quien leía la letra de Rosalinda era otra de las participantes del taller. "Viví el proceso de escritura de la obra porque, de onda, leía en las clases y así fue que me familiaricé mucho. Después me dieron la alegría de elegirme para interpretarlo. Un desafío que ensayamos mucho. porque es una nena de doce años y yo tengo 28. Le robé muchos gestos a mi hermana de doce, Catalina, que con razón me lo reclama (risas). Pero además, es una chica que se cría sola en 1989, cuando todavía yo no había nacido", dice Julia Morgado, hija de Esteban, el prestigoso guitarrista y compositor. "Me interesa el mundo de los muertos pero, sobre todo, visto con los ojos de una niña. Para ella, la Catrina es una amiga imaginaria, como en Totoro, las películas de (Hayao) Miyazaki, esos personajes imaginarios que inciden en la vida real. Viajé hace poco a México, vi Coco, la de Pixar, que obviamente es inspiradora y toca este tema, el Día de los muertos. Pero no sabía demasiado, fui acercándome con la obra", cuenta la actriz y cantante.
Para Passeri, en cambio, Rosalinda es una nena de su propia generación por lo que está más cerca de sus miedos y silencios. "No soy porteña, soy de Luján, con la Basílica al lado. Había mucho abismo entre padres e hijas, no se hablaba de ‘tabúes’ ni con las amigas, era más puertas adentro", dice la intérprete de Una vez en la vida, Sala de profesores, Por amor a Sandro, Saltimbanquis y Forever Young, entre muchas otras. En cuanto al reemplazo de Hernández, Passeri reconoce que no había visto la obra, solo un video: "No es la primera vez que me toca llegar a un elenco con todo ya armado. En esta ocasión, me dejé llevar por el espíritu onírico que tiene la obra. No me gusta meterme en una camisa ajena y esta que encontré me desafía a correrme de mis lugares conocidos. Esta señora es cínica y yo sé del cinismo en mí, mujer adulta, pero no en el trato con una nena donde gana la ternura. Catrina no es tierna, me desafía a entender otra manera de relacionarme con alguien que está entrando al mundo, es muy estimulante para la actuación".
Además de estimulante, muy disfrutable es el colorido vestuario de la Catrina, creación de Cecilia Zuvialde, y el maquillaje de Melina Roses. "Tanto el vestuario como la escenografía, las dos de Cecilia, siempre se pensaron como un ritual, jugar con las telas, los retazos que se van uniendo en búsqueda de la identidad. La obra le da una vuelta de tuerca a las consecuencias que ha tenido la dictadura en la Argentina y a otras cuestiones como el paso a la adolescencia, a convertirse en mujer, al género, temas profundos pero desde otro lugar", dice Badgen a la que le gusta definir, un poco en broma, a Retazos como un ‘musical boutique’ porque se arma un mundo a partir de un vínculo entre dos, algo chiquito y muy rico que crece y se recrea con los músicos. Para las protagonistas, se trata de una recorrido común a todos, universal: "La vida nunca es lineal, son pedacitos sueltos que te cuentan y vas uniendo para entender quién sos".
Retazos
De Ivana Schiaffino, Natalia Badgen y Gabo Illanes.
El Método Kairos, El Salvador 4530. Jueves, a las 21.30 / $ 450.
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