Renovación y riesgo
Así como los actores y directores que se desarrollaron en los espacios experimentales han podido probarse en los circuitos comerciales, estoy seguro de que se trataría de una sana apuesta dar lugar para que la maravillosa generación de autores que tenemos, extraordinariamente formados, tuvieran la oportunidad de crear trabajos pensados para ese circuito.
En cada uno estará defender su identidad creativa y su capacidad de adaptación al medio. Se trataría de un estímulo por parte de los productores y un desafío para los escritores. Porque es indudable de que gran parte de los materiales que se ofrecen en el circuito comercial no representan necesariamente una dramaturgia original, novedosa ni eficaz. Y posiblemente esto nos termine condenando a un teatro comercial licuado de identidad. Ojalá se pueda impulsar un encuentro entre dramaturgos y un público diferente con quien dialogar para generar una vibración renovadora y riesgosa. Esto siempre será saludable. Personalmente no considero al teatro comercial un lugar de llegada ni de consagración, simplemente se trata de una experiencia que, en mi caso, fue tremendamente enriquecedora.
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