Recuperaron en Córdoba el Teatro Real
Fue en una ceremonia que se llevó a cabo anteanoche, con una versión que Mauricio Kartún hizo de Romeo y Julieta
CORDOBA.- "Esta no es una reinauguración. Este es un teatro nuevo, y se ha reconstruido respetando el pasado, pero creyendo en el futuro. Este es un teatro para cien años más. Los cordobeses se merecían este espacio recuperado, ubicado en el centro de la ciudad y frente a la plaza mayor." Estos son algunos de los conceptos que pronunció el artista plástico Pablo Canedo, presidente de la Agencia Córdoba Cultura, durante el acto de reinauguración del Teatro Real, Complejo Cultural, que se produjo en Córdoba en la noche del miércoles.
La sala mayor del espacio, que lleva el nombre del fallecido director Carlos Giménez, estaba colmada por funcionarios y creadores teatrales cordobeses de diferentes generaciones. No faltaron a la cita el gobernador de la provincia, José Manuel de la Sota, ni el vicegobernador, Juan Schiaretti. Tampoco algunos invitados especiales que viajaron desde Buenos Aires, como el director ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro, Raúl Brambilla; el presidente del Instituto Nacional de Cine, Jorge Alvarez, y los artistas Thelma Biral, Carolina Pelleriti, Jorge D Elía, Daniel Suárez Marzal, Héctor Presa, Jorge Paccini y Roberto Vega.
El acto de apertura, que abrieron los actores Adriana Quevedo y Mario Lugones, contó con la participación del músico Lito Vitale y el tenor Luis Lima; hubo palabras de Jorge D Elía, quien se refirió al valor del acto, y finalmente la Comedia Cordobesa presentó, con dirección de Omar Viale, Romeo y Julieta, de William Shakespeare, según la versión de Mauricio Kartún.
La recuperación del espacio
El edificio fue inaugurado en 1927 con el nombre Real Cine Theatre. Su sala, en forma de herradura y con tres filas de palcos, posibilitó el esparcimiento de varias generaciones de cordobeses. El ámbito tiene una historia singular, ya que después de varios años de funcionar como cine esa función fue abandonada y más tarde el Real se convirtió en banco. Durante ese tiempo se levantó la fila de plateas y su construcción se deterioró. Fue recuperado como teatro por el gobierno en la década del 90 y desde entonces en él presentan sus espectáculos los elencos estables de la provincia -la Comedia Cordobesa, el Teatro Infanto Juvenil y el Teatro Estable de Títeres -, y además hacen funciones los diversos elencos teatrales porteños que salen de gira, como también grupos musicales y compañías de ballet.
Juan Ratti, gerente del Complejo, explica que el Real "es un teatro abierto". Tanto que cumple además una importante función de extensión, ya que semanalmente se realizan allí funciones gratuitas para colegios e instituciones de bien público. El funcionario comenta que la obra demandó un gasto de $ 3.600.000. "El proyecto -cuenta Ratti- fue de la Dirección de Arquitectura de la provincia de Córdoba y el trabajo se desarrolló en varias etapas. Se recuperó la fachada, tratando de volverla al original de 1927, hubo que construir un balcón en el primer piso, se descubrieron frisos y murales y hasta se realizó un relevamiento histórico del lugar."
Además de la sala Carlos Giménez, con capacidad para 700 espectadores, el nuevo Real cuenta con tres espacios más, disponibles para albergar a 70 personas cada uno: las salas Azucena Carmona, Jolie Libois y Eugenio Filipelli. Cada uno de estos pequeños ámbitos cuenta con hall, baños para el público y camarines.
En el nuevo hall del teatro se ha construido una escalera que posibilita conectar todos los espacios. En la sala mayor, por ejemplo, se reconstruyeron camarines debajo del escenario y éste se avanzó unos 40 centímetros sobre el proscenio. Allí también se reconstruyeron y levantaron las parrillas y se rescató el vitroux de la lunera del techo de la sala, además de ponérselo en valor. Todo el equipamiento técnico -luz, sonido y maquinarias- también ha sido renovado.
"Es un espacio pensado tanto para el público como para los artistas -destacó en su discurso Pablo Canedo-, entre ellos se cierra el ciclo de la cultura. La cultura siempre necesita espacios y el teatro no trasciende."
Una protesta sorpresiva
Poco tiempo antes de comenzar la ceremonia de inauguración del Teatro Real, un grupo de manifestantes se apostó frente a la sala. Eran cerca de 200 personas que portaban pancartas con la leyenda: "Exigimos lo que nos prometieron". Firmaba "La clase media". La sorpresa no se hizo esperar entre los invitados. El grupo formaba parte de un conjunto de familias a las que se había incluido en un plan de viviendas. Pero ellas iban a construirse al lado de una villa de emergencia. La clase media en cuestión reclamaba que se los ubicara en un espacio más adecuado.
La segunda sorpresa de la noche la aportó una actriz local. Su demanda también fue dirigida al gobernador De la Sota. Es que ella y otros compañeros habían sido expulsados de la Comedia Cordobesa en tiempos de la dictadura militar y nunca habían sido consideradas sus peticiones de reincorporación.
En un intervalo del acto otra intérprete concluyó: "Córdoba siempre te da sorpresas", entre sonriente y preocupada.
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