Quiero decir te amo: el vínculo imaginario como ilusión de salvación
Dos mujeres que no se conocen terminan unidas por correspondencia; Mariano Tenconi Blanco explora con maestría los géneros que consolidaron su carrera como dramaturgo y director, como el diario íntimo y la carta dentro del teatro
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Autor y director: Mariano Tenconi Blanco. Intérpretes: Lucía Adúriz y Violeta Urtizberea. Vestuario: Endi Ruiz. Escenografía: Rodrigo Gonzalez Garillo. Iluminación: Matías Sendón. Música: Ian Shifres. Coreografía: Jazmín Titiunik. Sala: Teatro Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857). Funciones: Sábados 19 h y domingos 21 h. Duración: 70 minutos. Nuestra opinión: buena.
Una mujer ve a un hombre que ayuda a los heridos de un accidente de autos y, sin conocerlo, por ese gesto, se enamora de él y comienza a escribirle cartas de amor que le deja al portero del edificio, donde cree que vive. La esposa de ese hombre captura las cartas y comienza a responderle haciéndose pasar por su marido. Así, por correspondencia, casi sin cuerpo y sin saber a quién se le escribe realmente, nace la idea del amor, en el último espectáculo que estrenó Mariano Tenconi Blanco, con las actuaciones de Violeta Urtizberea y Lucía Adúriz.
Quiero decir te amo, la obra que se presenta en el Teatro Picadero, es una nueva versión de una de las primeras piezas de este autor, que tuvo su estreno original en 2012, en La Casona Iluminada, con las actuaciones de Mariángeles Bonello y Yanina Gruden. Esta vez, con nuevo elenco y algunos cambios en el texto, se puede ser el germen de lo que será la consolidación de este autor, uno de los más reconocidos de la época, con piezas que irrumpieron en el mapa del teatro argentino, como La vida extraordinaria, Todo tendría sentido si no existiera la muerte y Las cautivas. Su vuelo literario y el diálogo que establece con los grandes textos de la literatura universal, las relaciones con la historia argentina y la reescritura desde la ficción de ciertos mitos fundacionales, el humor desenfrenado con actuaciones dispuestas al estallido lúdico y la vuelta a la narración y al amor por la escritura, con el uso de géneros como el diario íntimo y la carta dentro del teatro, han sido los puntos fuertes con los que Mariano Tenconi Blanco consolidó su carrera como dramaturgo y director y se instaló en los circuitos más importantes del teatro argentino.
Como se trata de un gran dramaturgo, con una voz propia y profundo amor y conocimiento por el lenguaje, Quiero decir te amo es un espectáculo con el cual es necesario discutir. La obra se presenta como un homenaje al amor. Dice el autor: “Solo hace falta decir “te amo”, y el amor existe” y suscribe en este pensamiento a la filosofía del lenguaje que sostiene que no hay nada por fuera de las palabras: la realidad es aquello que se nombra. ¿Se puede hablar de amor para relatar el vínculo de dos mujeres que no se conocen, que no saben nada de la vida de la otra? Estas mujeres sin trabajo, sin aspiraciones personales, sin vidas profesionales, ancladas en sus casas, se arman un mundo imaginario y ficcional en el cual un otro, un amor romántico, idealizado, del cual no se sabe absolutamente nada, es el que las salva.
Esta relación por cartas es un melodrama de la exaltación de una idea del amor, en la cual se puede amar sin conocer, sin poner el cuerpo, sin acompañar en la vida cotidiana. El amor sucede en la imaginación, no en los hechos. Cada personaje vive en soledad, casi en depresión y atravesadas por el vacío existencial y entonces la aparición de un otro imaginario, es donde depositan toda la ilusión de salvación. Y Mariano Tenconi Blanco, que es un maestro del lenguaje, genera en su teatro un diálogo con Manuel Puig. El autor de Boquitas pintadas, que supo innovar al mezclar géneros en sus novelas y contar historias de mujeres que vivían a través de las telenovelas, que postergaban sus vidas encerradas en casa, criando hijos e imaginando una realidad que no tenían, mientras que eran víctimas de una sociedad patriarcal, sufrían abusos, violencia doméstica o eran madres solteras, se ocupó en sus textos también de cortar con el sueño y mostrar la crueldad en la que vivían.
Si bien los personajes de Quiero decir te amo no están ubicadas en una época histórica determinada y no hay ninguna referencia a eso, se puede inferir que no son mujeres contemporáneas, como tampoco eran las de Puig. Viven en un mundo en el cual los hombres son médicos y ellas se llenan de resentimiento en sus casas, mientras escriben y en la escritura exploran y expanden el mundo interior, que en la realidad no pueden ni verbalizar. La escritura como un medio de salvación es una idea conmovedora que Tenconi explora en muchas de sus obras. La más notable, La vida extraordinaria, con la cual se puede generar una semblanza con el actual espectáculo, son dos amigas que se conocen de toda la vida, se desencantan de los hombres y viven distintas experiencias personales, que se comparten a través de cartas. En este espectáculo hay un conocimiento profundo de un vínculo que se sostiene en el tiempo, una mirada crítica de las relaciones, un apoyo real en un otro, un arco dramático notable (tan notable que arranca en el inicio del universo y termina en el fin del mundo) y un diálogo con los grandes textos de la literatura universal. Es un gran texto dramático. Quiero decir te amo presenta la misma estructura, pero exalta un tipo de amor que en los ojos del presente es el que más daño le hizo a las mujeres, dejándolas postergadas, imaginando algo que no sucede en la realidad. Son mujeres prototípicas y no tienen una posibilidad de despliegue ni evolución.
Violeta Urtizberea y Lucía Adúriz sostienen con actuación y mucho humor sus monólogos y el músico Ian Shifres es uno de los puntos fuertes de este espectáculo, con sus interpretaciones conmovedoras. “El amor es una ficción que se escribe de a dos”, sostiene este talentoso autor, pero es importante no dejar de preguntarse si para que el amor realmente acontezca no es necesario muchísimo más que decir te amo.
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