Qué ven los más jóvenes en el teatro: atentos a las promociones y a las redes, se inclinan por espectáculos de stand up y musicales
Según datos del Paseo La Plaza y el Metropolitan, un tercio de su público está compuesto por millenial y centennials, pendientes de “ofertones”
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Tanto las estadísticas sobre consumo teatral (que no son muchas, hay que reconocerlo) como la misma observación indican que los adultos mayores son mayoría en las salas y, más allá de recortes generacionales, son las mujeres la que asisten con más frecuencia al teatro. Claro que hay siempre hay excepciones a algunas reglas. El Grupo La Plaza, que gestiona las dos salas del Paseo La Plaza y las otras dos del Metropolitan, desde hace años viene indagando en el ADN de su público. En función de datos estadísticos brindado por la misma empresa surgen datos llamativos.
En la temporada 2023 ambas salas vendieron 490.000 entradas. Según los datos de quienes visitaron la página, que no necesariamente implica que hayan comprados sus entradas, el 60 por ciento pertenecen al género femenino y casi el mismo porcentaje responde a la franja de los 25 a 54 años. Pero hay un dato interesante: los sub-35 representan el 33 por ciento del total de la audiencia de esos dos teatros de la avenida Corrientes.
Ese tercio exacto en términos generacionales tiene un gusto definido: los que tienen de 18 a 24 años (el 12 por ciento del total de entradas vendidas) consumen obras de stand up o comedy shows (en las que generalmente uno o varios artistas despliegan una rutina de humor) y comedias musicales. Seis de cada diez espectadores de esas edades eligen este tipo de propuestas; el resto opta por obras que vienen de circuito alternativo y comedias o comedias dramáticas. Según se detalla, este sector presta mucha atención a descuentos y promociones, valora las recomendaciones de amigos y de influencers, y comparten sus opiniones en redes sociales. De hecho, muchos lo hacen mientras están sentados en las butacas, dejando muy de lado el protocolo de apagar los celulares cuando se inicia la función.
Los espectadores que tienen entre 25 y 34 años representan el 21 por ciento del público total del Paseo La Plaza y del Met. Como en la franja anterior, las obras de stand up o las comedy shows vuelven a picar en punta, con el 33 por ciento del total. El resto decide -en orden- por los musicales, las comedias o comedias dramáticas y cierra aquel amplio conglomerados por las obras nacidas y criadas en el circuito alternativo o en los teatros públicos. Como contrapartida, el stand up y los comedy shows, la estrella en los sub-35, entre los adultos mayores apenas representan el 15 por ciento que se ve atraído por estas expresiones, que suelen estar a cargo de un solo creador multifacético que oficia de autor, director, performer y agentes de prensa de sus propias creaciones.
Hay que aclarar que tanto el stand up como los comedy shows no son territorios exclusivos de La Plaza o del Met (como se lo conoce al Metropolitan). Tampoco es un fenómeno porteño: la Yenny, con Wali Iturriaga, es uno de los espectáculos con mayor cantidad de espectadores en Mar del Plata, según datos del circuito comercial. En concordancia con los hábitos de consumo de los más jóvenes, el correntino comenzó en las redes sociales hasta desembarcar en salas de teatros. La matriz de obras nacidas y criadas en las redes también tiene su influencia en la cartelera de Carlos Paz. Allí, Mauro Villaverde y Gerardo Coniglio están presentando Pirulo se raja, que suele tener de los mejores porcentajes de ocupación de sala en la villa.
En Buenos Aires, ejemplos similares abundan. De las cinco obras de la cartelera porteña que aparecen consignadas, cuatro pertenecen al stand up o a los comedy shows. Todas superan el 91 por ciento de ocupación de sala. Por orden de preferencia, se ordenan Qué olor en vivo, con Noelia Custodio y Charo López, en el Picadilly; la que protagoniza Noelia Pace, quien se convirtió en la primera médium en llevar sus encuentros de espiritismo a una sala teatral, en La Plaza; el unipersonal de Laila Roth, fan de las salas de escape que realiza funciones en el Maipo, y la propuesta de Lucas Lauriente, quien copa la parada en La Plaza.
En términos de su historia, el Paseo La Plaza siempre fue un punto clave de la escena comercial en lo que hace a obras de contenido humorístico programadas casi en las trasnoches. En 1996, la parada la copaba Favio Posca. Luego vino Fernando Peña, desde 2000, con Esquizopeña. Algunas funciones del genial y desbocado Peña terminaban al filo de las 4 de la mañana con café y medialunas. Claramente, en ambos casos el público joven era fundamental. En ese tránsito, el primer stand up programado allí fue en 2003, con Cómico stand up, con Damián Dreizik, Gustavo Garzón, Peto Menahem, Diego Reinhold y Martín Rocco. Hasta 2011 hubo distintas versiones de este propuesta.
Más cercano en el tiempo, dos temporadas atrás, cada vez que la sexóloga Cecilia Ce anunciaba sus funciones en Met se agotaban a las pocas horas. Fue tal el impacto que generó con Beer and Sex Night que, cuando se permitió que las salas trabajaran con el aforo total fue la primera que colgó en cartelito de entradas agotadas. En aquella temporada, 62 por ciento era público femenino y el 36 por ciento los de menos de 35 años. Actualmente, el amplísimo abanico de los espectáculos standaperos también se presentan en los teatros Maipo, Picadilly o Chacarerean, todos de la escena comercial.
En el Paseo La Plaza y el Met, los datos de Plateanet (el portal de venta de entradas), aportan otras particularidades en cuento a edades y género. Por ejemplo, Soltero, a cargo de Juampi González, el mendocino que comenzó su carrera de Ingeniería hasta que conoció el stand up, las mujeres constituyen el 60 por ciento del público y casi la mitad de la platea tiene menos de 35 años En lo que se refiere a teatro musical, entre quienes compraron entradas para Querido Evan, el premiado trabajo que este año volvió a la cartelera en el teatro Maipo, las mujeres eran más del 60 por ciento y el 31 por ciento no había cumplido aún los 35 años.
Al cambiar de criterio de programación, las cifras difieren. Por ejemplo, en Petróleo, los sub-35 arañan el 25 por ciento. La franja etaria más consolidada de este espectáculo que se repone en pocos días es la de los 45 a 55 años. Algo similar sucede con Votemos, comedia dramática estrenada en 2023. En ese caso, la franja que va de los 35 a 54 años representa casi la mitad de la audiencia.
La generación de nuevos públicos obsesiona a artistas y programadores, por lo que queda claro que hay un nicho atractivo que la escena comercial trabaja hace años con resultados a la vista. Que los sub-35 representen el 35 por ciento del movimiento en estas dos salas comerciales no difiere de los datos que aportó un estudio de público de 2023 realizado por Alternativa y Enfoque/Consumos culturales. Según esos datos, el público sub-30 en las salas independientes porteñas representaba casi el 30 por ciento del total. Las mujeres eran casi el 70 por ciento.
En 2019 se dio a conocer el resultado de la Encuesta Nacional de Consumos Culturales realizado por el SInCA, el Sistema de Información Cultural de la Argentina. Según ese dossier que hizo foco en los hábitos de consumo de la franja comprendida entre los 13 y los 24 años ya aparecían algunos datos que complementan la foto. Dentro de los consumos presenciales se consignaba que esa generación es la que más asiste al cine y a los espectáculos de música en vivo, y la que menos al teatro. Pero surgía un dato a tener en cuenta: el teatro era el consumo cultural en vivo más elegido entre los millennials y centennials de clase media.
Todo este movimiento viene acompañado por la cantidad de público joven fanático de la última propuesta del grupo Fuerza Bruta como por la capacidad que viene demostrando Nicolás Vázquez con sus diversas producciones (actualmente, con Tootsie, un verdadero tanque del circuito) por sumar a su público a nuevas audiencias que terminan enriqueciendo al circuito, tenga usted mucha o poca edad.
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