Presentación. Argentino Molinuevo, el actor de estirpe ecuestre que se jugó por sus sueños
Es parte del elenco de Come From Away, el multipremiado musical que narra la historia real de los pasajeros que aterrizaron de emergencia en una isla de Canadá, durante el ataque aéreo a los Estados Unidos, el 11 de septiembre de 2001
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Por las venas de Argentino Molinuevo corre la sangre de aquellos que tienen el coraje de galopar hacia el norte que propone la brújula de los sueños. Allá, donde el vértigo del desafío incipiente no es limitación sino combustible de cambio. Es el tercero en su familia que ostenta la suerte de su nombre –aunque afirma que es el último en portarlo– y asimismo es el primero en el clan en entregarse con pasión al arte. De estirpe ecuestre, su abuelo fue Argentino Macedonio Molinuevo, un multifacético hombre ligado a la hípica; y su padre es el renombrado jinete Argentino Molinuevo, campeón de equitación a nivel internacional.
El archivo digital se disputa cabeza a cabeza entre sus antepasados, al menos por ahora… dado que el Argentino que en estas líneas nos compete, suma horas de vuelo sin freno, en el firmamento teatral. “Sí, tiene sentido que haya poca data sobre mí. Come From Away es mi primera participación en una producción grande de la calle Corrientes”, afirma.
La obra es un musical que cuenta la historia real de más de siete mil personas de todas partes del mundo que aterrizaron inesperadamente en la isla de Gander, en Canadá, cuando 38 aviones fueron desviados de sus destinos para aterrizar en este sitio, el 11 de septiembre de 2001, en contexto del ataque aéreo a los Estados Unidos. Una obra conmovedora que permite imaginar un mundo sin fronteras y celebrar lo mejor del espíritu humano.
Argentino nació en Buenos Aires, y actualmente tiene 35 años. “Vengo de una familia chica, tengo a mi mamá, mi papá y dos hermanas mayores, yo soy el menor. Y nadie está ligado al mundo del arte o del teatro, así que soy un caso medio extraño dentro de mi familia –expresa y agrega–. El interés se me dio recién a los 25 años. Toda mi infancia yadolescencia estuve completamente alejado del mundo artístico. No me interesaba el teatro, y no solamente no hacía nada relacionado a eso, sino que no iba al teatro nunca”.
Pero a los 25 años todo cambió en su vida. “Fui a ver una obra. Creo que era la primera vez que iba al teatro en mi vida, sacando alguna excursión puntual del colegio. Fui a ver a un amigo que hacía una obra. Y fue en aquel momento que me dieron muchísimas ganas de estar en el escenario, y ser parte de eso que estaba sucediendo. No me podía quedar quieto en mi asiento. Y fue tan fuerte, que al año siguiente me anoté en un grupo amateur que montaba obras. Recién ahí, a los 26, empecé a hacer mis primeras experiencias actuando”.
Molinuevo antes había estudiado Administración de Empresas y, al recibirse, comenzó a trabajar en una multinacional de la Argentina. Por aquel entonces, él sentía que esa vida que llevaba “era lo suyo”, pero al igual que Thanos, el amor a primera vista es inevitable. “El teatro me empezó a gustar y a apasionar cada vez más, y más. Y a los 28, solo tres años después de haberme iniciado en su mundo, sentí que necesitaba dejar mi trabajo de oficina y dedicarme a full a mi rol artístico”, rememora con los recuerdos aún frescos por la proximidad de los hechos.
Muchos le advertían que es una profesión muy difícil, y cuestionaban cómo iba a dejar su trabajo “estable”, incluso a sus padres y al resto del entorno familiar no les gustaba tanto la idea. Pero Argentino estaba decidido.
“Ahí me metí a estudiar y a entrenar en la escuela Timbre 4. Fueron cuatro años enteros y, en paralelo, hice muchísimos otros seminarios y cursos con distintos profesores. Esos cuatro años los usé para formarme y también empecé a hacer mis primeros trabajos. Hice varias obras de teatro independiente, desde la autogestión y también algunas participaciones en televisión, para Polka. Así fue que empecé a recorrer este mundo”, cuenta.
“No sabía realmente en qué me estaba metiendo o qué iba a hacer ni cómo es un día en la vida de un actor. Entonces fue un salto al vacío absoluto que obviamente me generó miedo, pero supe también que, de alguna manera, me la iba a arreglar. Mi viejo me dijo que me enfoque en la decisión que estaba tomando con toda mi energía, y eso me marcó mucho y me sirvió”, reflexionó.
De la incertidumbre a las luces de la Avenida Corrientes
En todo este trayecto de revisión, deconstrucción y reformulación artística y profesional, Argentino Molinuevo atravesó varios momentos de “duda”. Sobre todo, por la irregularidad financiera que su nueva actividad traía aparejada.
“Pasaban los meses, pasaban los años, y se me complicaba generar una fuente de ingreso estable de la cual vivir. Es muy difícil hoy en día en la Argentina, y en cualquier parte del mundo, vivir exclusivamente de actuar. Y me costó un poco aceptarlo, porque creía que iba a poder tener trabajo constante, y no estar preocupado por si genero plata o no... y llegó la pandemia”, recordó.
Durante la emergencia sanitaria desatada por el Covid 19, muchas actividades se vieron frenadas, entre ellas las referentes al arte y la cultura. En ese contexto, el panorama de Argentino Molinuevo parecía complicarse aún más. Pero el destino siempre tiene una carta reservada para la vuelta de tuerca épica.
“Y arrancó la pandemia, y estuve encerrado durante meses pensando qué hacer, y ahí decidí volver a trabajar de lo que estudié, que era administración de empresas. Conseguí un trabajo remoto para una startup, que incluso al día de hoy mantengo –cuenta Argentino, y agrega– a todo esto, yo había audicionado por primera vez para Come from Away en diciembre de 2019, porque la obra originalmente se iba a hacer en 2020, y no quedé. El elenco comenzó a ensayar en febrero de 2020, y a dos o tres semanas de estrenar, tuvieron que frenar todo por el Covid y suspendieron la obra indefinidamente”.
Pasó todo 2020, y no se estrenó. Pasó 2021, y tampoco se estrenó. “Hasta que, en marzo del año pasado, decidieron retomar los ensayos para estrenar y se encontraron con que uno de los actores se había ido a vivir a España. Y me llamaron otra vez para audicionar otras líneas, y esa vez quedé. El estreno fue una locura, el teatro estaba reventado de gente, y cuando terminó la obra y fue el apagón final, todo estalló en un aplauso. Cuando encendieron las luces no podía creer estar parado ahí, en ese momento, en el escenario del Maipo, mirando al público en ese teatro tan lindo e icónico, luego de hacer esta obra tan emocionante y divertida. Además lo pasé muy bien durante todo el proceso. Obviamente me puse a llorar instantáneamente durante todos los saludos, y durante un rato después de que terminara la función estábamos todos muy, muy emocionados. Así que fue un día muy emocionante y lindo”, recordó con un tono latente de felicidad.
Come From Away, el musical que permite imaginar un mundo mejor
La obra está basada en historias reales, y busca inspirar e iluminar lo mejor que podemos ser como seres humanos. Cuenta la historia real de más de siete mil personas de todas partes del mundo que aterrizaron inesperadamente en la isla de Gander, Terranova, en Canadá y de la gente de este pequeño pueblo canadiense que les dio la bienvenida desde la solidaridad más pura. Cuando 38 aviones fueron desviados de sus destinos para aterrizar en esta isla, el 11 de septiembre de 2001, el lugar vio duplicada su población en un instante. Mientras el mundo era testigo de una de las peores atrocidades de la historia, los pasajeros que quedaron varados durante días en este pueblo recuperaron su fe en la humanidad gracias a la empatía, dedicación y calidez con la cual los habitantes de este pueblo los recibieron y reconfortaron. Una obra conmovedora que nos permite imaginar un mundo sin fronteras y celebrar lo mejor del espíritu humano.
“El hecho de que sea una historia real le da un condimento adicional al público, y a nosotros como actores. O sea, estamos contando algo que pasó de verdad, no hay nada que haya sido inventado y eso lo hace aún más increíble, y creo que el mensaje que tiene que es de solidaridad y esperanza y de que miren lo que hace la gente cuando se une por el bien común. Es súper inspirador y es súper lindo poder estar en la posición de representar eso. Creo que todas las historias que se cuentan y de la manera que están contadas, genera que el público no pueda respirar durante toda la función, y cuando termina es como que se derrumban en la silla. Yo veo que salen muy excitados y muy emocionados”, sostiene Argentino.
Dirigido por Carla Calabrese, el elenco de Come from Away está integrado por Argentino Molinuevo, Edgardo Moreira, Gabriela Bevacqua, Marisol Otero, Sebastián Holz, Melania Lenoir, Fernando Margenet, Silvina Nieto, Agustín Perez Costa, Federico Couts, Silvana Tomé, Manu Victoria, Lali Vidal, Patricio Witis, Luli Asad, Agustín Perez Costa, Fátima Seidenari y la misma Calabrese. La dirección musical es de Santiago Rosso y las coreografías de Agustín Pérez Costa.
“Todo el elenco interpreta a más de un personaje en la obra, y los cambios entre un personaje y otro se dan muchas veces en escena y muchas veces son cosas sencillas... Me pongo una gorra y soy otro personaje, y la gente tiene que entenderlo. Hubo que buscarle pequeñas particularidades a cada uno de ellos como para que se pueda entender la diferencia entre uno y el otro, y después obviamente ir uniendo todo eso porque todos vamos y venimos entre un personaje y el otro durante toda la obra. Internamente también hay que procesar ese cambio y estar preparado con todos los accesorios del personaje, para hacer el cambio justo en el momento indicado sin demora. Es una obra relojito, que requiere mucha precisión, así que fue un desafío muy lindo el proceso”.
Y efectivamente, Come From Away (que arrasó con los Premios Hugo el año pasado) es un gran exponente de una maquinaria teatral donde cada uno de los engranajes funciona con aceitada precisión. Todo fluye de forma orgánica, desde las interpretaciones magníficas del elenco y sus voces, hasta las coreografías cuasi acrobáticas mientras el escenario gira, pasando por la música, las luces, la escenografía sustentable y la certera dirección. Es un suceso artístico de experiencia necesaria. No es casual que la obra haya recibido 23 nominaciones y 7 premios Hugo al Teatro Musical, además de 12 nominaciones y 2 premios ACE.
“Creo que más allá de ser un espectáculo que nadie debería perderse, es una obra muy amiga del público no teatrero. Me lo dicen mis amigos y conocidos que no son de ir al teatro, que salieron absolutamente fascinados y se la recomiendan a otras personas”, finalizó Argentino Molinuevo, el primero con su nombre que se puso a actuar para brillar. Y bienaventurado sea todo aquel que se anime a galopar la vida con el fin de alcanzar sus metas.
Para agendar
Come From Away, viernes y sábados, a las 20.30; domingos, a las 19.30, en el Teatro Maipo, Esmeralda 443. Entradas por Plateanet.
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